«Cristianos por el Socialismo», contra el obispo de Orense

Ayer, responsables y militantes del Movimiento Cristianos por el Socialismo remitieron a los medios informativos un extenso escrito, en respuesta a la alocución navideña del prelado de la diócesis, monseñor Temiño.

Indican como sabida y conocida la política «que ha servido fiel y celosamente Angel Temiño durante las largas décadas del franquismo, con repetidos elogios públicos y privados y siempre sin la más leve crítica», sin embargo ignoran qué política «intenta servir con mensajes pretendidamente religiosos como el de esta Navidad».

Se explica luego en el escrito lo que es...

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Ayer, responsables y militantes del Movimiento Cristianos por el Socialismo remitieron a los medios informativos un extenso escrito, en respuesta a la alocución navideña del prelado de la diócesis, monseñor Temiño.

Indican como sabida y conocida la política «que ha servido fiel y celosamente Angel Temiño durante las largas décadas del franquismo, con repetidos elogios públicos y privados y siempre sin la más leve crítica», sin embargo ignoran qué política «intenta servir con mensajes pretendidamente religiosos como el de esta Navidad».

Se explica luego en el escrito lo que es el Movimiento de Cristianos por el Socialismo, afirmando rotundamente que no es un disfraz de marxismo, de ateísmo, ni de nada de lo que el prelado diocesano asegura.

Finalmente clasifican de ligereza increíble, que el obispo de Orense se haya atrevido a atacar tanto a Cristianos por el Socialismo como al marxismo, ignorando el contenido profundo y la seriedad de estas corrientes e ideologías, juzgando intenciones sin conocerlas, para rematar diciendo: «Quizá sea la misma alienante obcecación la que le lleva a ser tan comprensivo y condescendiente con los detentadores de la riqueza, sin reparar en que esas riquezas pueden estar amasadas en buena parte a cuenta de la pobreza de los demás», y se refiere luego a la admiración por el contraste entre el portal de Belén y el palacio de Herodes, expresada por el obispo en la alocución, preguntándose: «¿Olvidaba en ese momento -o cree que los demás lo ignoramos- que el único palacio existente en Orense es el ocupado por el obispo, mientras cientos de orensanos malviven en viviendas y chabolas no mucho mejores que las cuevas de hace 2.000 años?».

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