Derribadas dos chabolas en la avenida de Juan XXIII

Ayer, a las diez y media de la mañana, un funcionario de la Gerencia Municipal de Urbanismo, acompañado de tres números de la Guardia Civil, ordenó el derribo de dos chabolas en la colonia gitana situada al final de la calle Juan XXIII. Una de estas chabolas, aún no terminada, estaba ocupada por un matrimonio de la comunidad y la mujer había dado a luz durante la noche del jueves al viernes.Esta chabola, que el matrimonio estaba construyendo, se encontraba situada en una especie de tendejón, ya existente, utilizado para guarecer una furgoneta. La colonia gitana antes mencionada existe desde ha...

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Ayer, a las diez y media de la mañana, un funcionario de la Gerencia Municipal de Urbanismo, acompañado de tres números de la Guardia Civil, ordenó el derribo de dos chabolas en la colonia gitana situada al final de la calle Juan XXIII. Una de estas chabolas, aún no terminada, estaba ocupada por un matrimonio de la comunidad y la mujer había dado a luz durante la noche del jueves al viernes.Esta chabola, que el matrimonio estaba construyendo, se encontraba situada en una especie de tendejón, ya existente, utilizado para guarecer una furgoneta. La colonia gitana antes mencionada existe desde hace varios años y hace dos que el Ayuntamiento ordenó y ejecutó el derribo de más de diez chabolas. La prensa recogió ampliamente el hecho y, poco después, se ordenó la suspensión de derribos en tanto se encontrase una solución al problema de vivienda de las familias desalojadas, a las que se permitió el reasentamiento.

Las causas de los dos derribos acometidos ayer parecen estribar en la determinación municipal de impedir que surjan nuevos poblados de chabolas o aumente el número de las ya existentes, si bien esta cuestión es difícil de realizar, porque las viviendas de estos poblados se construyen en pocos días, clandestinamente, por los que serán sus inquilinos y con ayuda de los vecinos. El problema de la comunidad gitana de Juan XXIII se suma a los ya surgidos, con anterioridad, el último de los cuales fue el de Carabanchel, donde varias chabolas sufrieron inundaciones o quedaron destruidas.

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