Carter piensa incluir republicanos en su Gabinete

Incluir en su Gabinete a varios miembros del Partido Republicano, aumentar el número de representantes de las minorías étnicas en la Administración y reducir al mínimo las ceremonias de su toma de posesión, son las tres primeras revelaciones que de sus planes inmediatos hizo el presidente electo, Jimmy Carter.Mientras disfruta de unas vacaciones en la isla de Saint Simons, en la costa de Georgia, Carter estudia la composición de su Gobierno, que se irá dando a conocer en las próximas tres semanas, junto con otros doscientos nombramientos de puestos clave de la nueva Administración, un número s...

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Incluir en su Gabinete a varios miembros del Partido Republicano, aumentar el número de representantes de las minorías étnicas en la Administración y reducir al mínimo las ceremonias de su toma de posesión, son las tres primeras revelaciones que de sus planes inmediatos hizo el presidente electo, Jimmy Carter.Mientras disfruta de unas vacaciones en la isla de Saint Simons, en la costa de Georgia, Carter estudia la composición de su Gobierno, que se irá dando a conocer en las próximas tres semanas, junto con otros doscientos nombramientos de puestos clave de la nueva Administración, un número sin precedentes dé los cuáles serán ocupados por negros y otros grupos minoritarios.

Las minorías étnicas y religiosas desempeñaron un papel fundamental en el triunfo de Carter el pasado dos de noviembre. Los primeros análisis de la elección, que ahora comienzan a hacerse públicos, muestran que un 82 % de los negros que votaron lo hicieron por el candidato demócrata, igual porcentaje que le concedieron los hispano parlantes que acudieron a las urnas.

Los judíos también votaron mayoritariamente por Jimmy Carter, con un 68 %, mientras que los católicos sólo le dieron el 54 % de sus sufragios.

Los menos favorecidos económicamente y los trabajadores manuales, eligieron asimismo al ticket demócrata, en proporciones, respectivamente del 61 al 59 %.

Simultáneamente, la iglesia Baptista de su pueblo de residencia, Plains, continúa creando problemas al presidente electo. El domingo pasado se volvió a prohibir la entrada en el interior del templo al reverendo Clemmon King, un activista de los derechos civiles, por el mero hecho de ser negro. Una ley de la iglesia Baptista de Plains, aprobada por sus feligreses hace once años, prohibe la incorporación a la misma de los «negros y otros agitadores de los derechos civiles».

King, que acudió por primera vez a las puertas de la Iglesia de Carter el domingo anterior a la fecha electoral, lo intentó nuevamente una semana después y expresó su intención de volver el próximo domingo, cuando Jimmy Carter, de regreso de sus vacaciones, se encuentre en el templo. El presidente electo declaró estar muy preocupado con la actitud de los diáconos de su iglesia y expresó su confianza en que todo pueda arreglarse el próximo domingo.

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Respecto a la inclusión de republicanos en su Gobierno, Carter hizo esta revelación en una entrevista concedida, al semanario US News and World Report, que se publicó ayer. «El Partido Republicano -dijo el nuevo presidente- continúa reflejando los puntos de vista de millones de americanos. Espero incluir a varios republicanos en mi Administración, y buscaré el consejo de los líderes republicanos en el Congreso, el mundo de los negocios y otros campos. Confío en que muchos republicanos apoyarán mis programas y objetivos. Reconozco del papel del Partido Republicano como "leal oposición" en asuntos internos y de política exterior.»

Tras señalar que el problema económico es el más grave de los que tiene planteados el país y que dedicará sus mayores esfuerzos a resolverlo, mediante la lucha contra la inflación y el desempleo, Carter declaró al semanario citado que, en su opinión, los votantes le habían elegido a él porque querían un nuevo liderazgo que sea capaz de dar a la nación nuevas ideas, nuevas metas, nuevos objetivos y restaurar la confianza y el orgullo en el Gobierno federal.

En cuanto a la ceremonia de toma de posesión, que se celebrará en Washington el próximo 20 de enero, colaboradores cercanos al presidente electo anunciaron que el deseo de éste es reducir al mínimo el lujo y la grandiosidad, en contraste con la toma de posesión de Nixon, en enero de 1973, en que la ceremonia costó cuatro millones de dólares. Carter piensa que la austeridad es el mejor símbolo de la nueva etapa que emprende la nación.

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