La flota pesquera considera vital la negociación favorable.

«Si el Mercado Común aplica rigurosamente la jurisdicción de las doscientas millas marítimas, ya podemos varar nuestros barcos. Es cuestión de vida o muerte.» En estos términos se manifiesta el presidente del Grupo Nacional de Arrastreros, Jaime Urbina, al referirse a la ampliación de las aguas jurisdiccionales de los nueve.La decisión, que entrará en vigor a partir del primero de enero próximo, afecta directamente a la flota de arrastre del Cantábrico, que agrupa a cerca de seiscientos barcos, con sede en los puertos que van desde Pasajes hasta Vigo. «Más del 95 % del pescado fresco de...

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«Si el Mercado Común aplica rigurosamente la jurisdicción de las doscientas millas marítimas, ya podemos varar nuestros barcos. Es cuestión de vida o muerte.» En estos términos se manifiesta el presidente del Grupo Nacional de Arrastreros, Jaime Urbina, al referirse a la ampliación de las aguas jurisdiccionales de los nueve.La decisión, que entrará en vigor a partir del primero de enero próximo, afecta directamente a la flota de arrastre del Cantábrico, que agrupa a cerca de seiscientos barcos, con sede en los puertos que van desde Pasajes hasta Vigo. «Más del 95 % del pescado fresco de arrastre que se vende en lonja, procede de Gran Sol, Mar del Norte y costa francesa, zonas que entran todas ellas dentro de las doscientas millas. »

Los armadores no ven ninguna posibilidad de sustituir los caladeros del norte de Europa por nuevas zonas de pesca en las zonas africanas. «De Angola y Mozambique nos echan. Sudáfrica extiende también sus aguas jurisdiccionales a doscientas millas, y en Marruecos existen problemas, aunque parece que se puede encontrar una solución. De todas formas, bastantes dificultades tiene ya la flota de Huelva y Cádiz para que echemos encima a seiscientos barcos más. La única salida posible son las aguas europeas y si nos echan no hay otro remedio que cerrar. »

El negocio de la pesca de arrastre en el Cantábrico moviliza unos 35 millones de pesetas por barco, lo que supone una inversión global próxima a los 21.000 millones. Cerca de, 8.000 hombres consiguen al año unas capturas que en lonja alcanzan una cotización superior a los 10.000 millones de pesetas.

«Todo ese mundo se viene abajo si no se llega a un acuerdo bilateral con el Mercado Común. En nuestro caso, además, nos encontramos con desventaja respecto a terceros países, como la URSS por ejemplo. A cambio de una concesión dentro de esas doscientas millas, los rusos pueden ofrecer permisos de pesca dentro de sus propias aguas. Nosotros, en cambio, tenemos una plataforma continental sin «playas» de pesca, a excepción de la zona de Estaca de Vares.»

La flota bacaladera -treinta parejas, dieciséis de ellas en Pasajes- se enfrenta a una reducción de cupos en Canadá y a la expulsión material de los caladeros noruegos. La flota de bajura se encuentra en crisis desde hace años y las aguas francesas son un leve respiro en la costera de la anchoa. Por último, los barcos de arrastre, que hasta el momento se defendían con grandes esfuerzos, se ven abocados a su desaparición.

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