Cartas al director

Una oposición teorizante

Hemos sido una buena parte los españoles que recibimos con satisfacción el fin de cuarenta años de dictadura con la esperanza de que una vida democrática tendría, tarde o temprano, que implantarse en nuestra sociedad. Otra cosa muy diferente y que. sinceramente, no conocemos, es si en este supuesto contexto democrático la mayoría va a estar en favor de un Gobierno de derechas o de izquierdas por hablar en términos generales.En estos momentos, reprochar al Gobierno que no hay total amnistía, una implantación de libertades públicas, legalización del Partido Comunista, ley electoral, etcétera, si...

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Hemos sido una buena parte los españoles que recibimos con satisfacción el fin de cuarenta años de dictadura con la esperanza de que una vida democrática tendría, tarde o temprano, que implantarse en nuestra sociedad. Otra cosa muy diferente y que. sinceramente, no conocemos, es si en este supuesto contexto democrático la mayoría va a estar en favor de un Gobierno de derechas o de izquierdas por hablar en términos generales.En estos momentos, reprochar al Gobierno que no hay total amnistía, una implantación de libertades públicas, legalización del Partido Comunista, ley electoral, etcétera, sin dejar de ser cierto, no puede ser pretexto para no entrar en el juego porque, sencillamente, es un error político que demuestra una vez más la tendencia teorizante y falta de realismo de la oposición con la cual, quede claro, simpatizamos un gran número de españoles.

Por mucho que nos empeñemos no se puede hacer tabla rasa en un año, de cuarenta años de historia ni, democráticamente hablando, dejar de tener en cuenta la oposición de una buena parte de españoles que todavía piensan en términos franquistas.

La oposición tiene ahora la obligación de aceptar el reto planteado con una sola condición: que las elecciones sean limpias y democráticas, para lo cual tiene el derecho y el deber de exigir su participación en la elaboración de una ley electoral, porque es evidente el riesgo de un «pucherazo».

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