Incidentes raciales en Portugal

Dos caboverdianos muertos y once heridos es el balance de un enfrentamiento entre obreros blancos y caboverdianos en la mina de Panasqueira, cerca de Covilhá, en el centro de Portugal. El origen de los enfrentamientos no está claro, pero parece estar relacionado con motivos raciales, combinados con problemas laborales entre los 1.500 trabajadores de la mina.Como consecuencia de los incidentes, los 120 mineros caboverdianos han sido trasladados a Lisboa por tropas de la Guardia Nacional Republicana y del Ejército, ante el peligro de que los enfrentamientos violentos prosiguieran.

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Dos caboverdianos muertos y once heridos es el balance de un enfrentamiento entre obreros blancos y caboverdianos en la mina de Panasqueira, cerca de Covilhá, en el centro de Portugal. El origen de los enfrentamientos no está claro, pero parece estar relacionado con motivos raciales, combinados con problemas laborales entre los 1.500 trabajadores de la mina.Como consecuencia de los incidentes, los 120 mineros caboverdianos han sido trasladados a Lisboa por tropas de la Guardia Nacional Republicana y del Ejército, ante el peligro de que los enfrentamientos violentos prosiguieran.

En un primer momento las autoridades propusieron la inmediata repatriación de los obreros caboverdianos, pero, posteriormente, el Ministerio de Asuntos Exteriores descartó esta posibilidad, que supondría un enfrentamiento con el recién creado Estado de Cabo Verde.

El problema de los caboverdianos en Portugal es particularmente grave. Se calcula que existen en todo el país alrededor de 100.000 individuos de esta nacionalidad, a pesar de que su número oficial se cifra en sólo 50.000.

Inicialmente, un número elevado de caboverdianos fue empleado en servicios «menores» de las grandes ciudades, como Lisboa y Oporto, particularmente limpieza, trabajos portuarios eventuales y, en general, todos los oficios marginales. Su elevado número y el creciente paro registrado en los últimos años en Portugal, unido al desprecio de ciertas capas de la población portuguesa (inexistente para los negros de las otras ex colonias), llevaron a grupos de caboverdianos a la participación en reyertas callejeras y en actividades delictivas. La repatriación se descarta por el momento, ya que las condiciones económicas del país continúan siendo desventajosas.

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