Cambios políticos en Uruguay
El presidente electo de Uruguay, Aparicio Méndez, definirá en la presente semana, tras consultar con sus colaboradores y secretarios, la integración de un nuevo Gabinete que comenzará a ejercer su labor el día 1 de septiembre.
A ocho días vista, los problemas para la formación de un nuevo equipo ministerial no están solucionados. La presidencia ha desmentido categóricamente los rumores que apuntaban a un alejamiento casi seguro de los actuales ministros de Agricultura y Economía y Finanzas, Julio Aznares y Alejandro Veigh Villegas, respectivamente.
Al parecer, el ministro Vil...
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El presidente electo de Uruguay, Aparicio Méndez, definirá en la presente semana, tras consultar con sus colaboradores y secretarios, la integración de un nuevo Gabinete que comenzará a ejercer su labor el día 1 de septiembre.
A ocho días vista, los problemas para la formación de un nuevo equipo ministerial no están solucionados. La presidencia ha desmentido categóricamente los rumores que apuntaban a un alejamiento casi seguro de los actuales ministros de Agricultura y Economía y Finanzas, Julio Aznares y Alejandro Veigh Villegas, respectivamente.
Al parecer, el ministro Villegas, uno de los principales artífices de la caída de Bordaberry, por oposición a la política continuista del ex presidente, mantendría en estos momentos serias discrepancias sobre las nuevas medidas a adoptar por el nuevo Gabinete.
Tampoco está decidido el Ministerio de Salud Pública, puesto que E. Canellas, designado para el cargo en un principio, está estudiando y reconsiderando su aceptación inicial.
Asimismo, la próxima elección del Consejo de Estado merece un especial interés para los especialistas. El Consejo de la Nación más 20 oficiales del Ejército elegirán a 20 nuevos consejeros del Estado y cinco suplentes para el órgano legislativo que creó el ex presidente Bordaberry en 1973 cuando disolvió las Cámaras Legislativas.
Se espera que desde el primer día que Méndez asuma la presidencia del Gobierno, la Administración uruguaya aprobaría una serie de «actas institucionales» que modificarán la estructura administrativa del país. Estas medidas están planificadas de antemano tras largas consultas entre el nuevo presidente y altos cargos militares.
Sin embargo, pese a los cambios que se produzcan después del 1 de septiembre, todos los especialistas en política uruguaya coinciden en afirmar que el proceso del país seguirá en manos de los militares.