Moderados y radicales, frente a frente

Aunque la entrada en los no alineados de Angola, Corea del Norte y Vietnam parece haber reforzado el ala radical de esta organización tercemundista, la conferencia de Colombo parece inclinarse por la moderación.

Las ausencias de algunos jefes de Estado, como Idi Amin, Fidel Castro y Kim Il Sung, parece estar motivada por esta orientación, a pesar de algunas intervenciones explosivas como la del coronel libio El Gadafi.Después de expresar ayer que considera una injusticia que cinco países en el Consejo de Seguridad de la ONU -Estados Unidos, Francia, Inglaterra, URSS y China- tengan ...

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Aunque la entrada en los no alineados de Angola, Corea del Norte y Vietnam parece haber reforzado el ala radical de esta organización tercemundista, la conferencia de Colombo parece inclinarse por la moderación.

Las ausencias de algunos jefes de Estado, como Idi Amin, Fidel Castro y Kim Il Sung, parece estar motivada por esta orientación, a pesar de algunas intervenciones explosivas como la del coronel libio El Gadafi.Después de expresar ayer que considera una injusticia que cinco países en el Consejo de Seguridad de la ONU -Estados Unidos, Francia, Inglaterra, URSS y China- tengan derecho a veto y pedir la abolición de esta exclusividad, petición en la que fue apoyado por Burundi, El Gadafi la emprendió con los miembros de la organización.

Dijo el jefe libio que la mayoría de los países no alineados distan mucho de serlo, y que en realidad, casi todos están adscritos a algún bloque económico, militar o político. Otros, según el siempre imprevisible coronel, se han «desviado» hacia posiciones próximas al colonialismo.

Al final de su alocución, Gadafi emplazó a los participantes aludidos a modificar su posición, y, caso contrario, les amenazó con publicar antes de la próxima cumbre en Cuba «una lista con los nombres de todos los que se han apartado del concepto original del no alineamiento».

Sus declaraciones no fueron bien recibidas por un gran número de jefes de Estado, pero muy en particular por las dos grandes «estrellas» de la conferencia, el mariscal Tito, de Yugoslavia, y la señora Indira Ghandi,de India, quienes han hablado un lenguaje más bien conciliatorio.

Los dos, no obstante, hicieron referencias a la distensión internacional. Tito lanzó un llamamiento a la unión de los no alineados, invitados a superar sus diferencias en aras de la una midad de acción sobre los problemas que son comunes a todos. Indira Ghandi, por su parte, es timó que la distensión en Europa «no tiene futuro» si persisten las rivalidades en otras regiones del mundo.

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A pesar de este llamamiento a la unión de Tito, algunos temas han creado divisiones. En particular la cuestión del Sahara occidental, sobre la cual ya hay previstos dos proyectos de resoluciones contradictorios: uno auspiciado por Arabia Saudita y los estados árabes conservadores que favorece la posición de Marruecos, y otro de países radicales que apoya las posiciones argelinas.

Una cierta discusión se originó cuando la delegación de Angola quiso que se mencionara la cooperación de Cuba en la defensa de su integridad territorial e independencia. Un grupo de países se opuso a esta mención, que no obstante será probablemente recogida en las declaraciones finales, gracias a una intervención del representante nigeriano que dijo qe aunque su país había donado 200 millones de dólares de ayuda a Angola, Nigeria estimaba que sin la cooperación cubana, Angola no estaría allí en Colombo.

La unanimidad de los jefes de Estado volvió de nuevo al tocarse los temas del racismo en el sur de Africa. Seis países propusieron una resolución que solicite la implantación de un «embargo imperativo» contra Sudáfrica. Los países en cuestión, Zambia, Tanzania, Angola, Mozambique, Nigeria y Botswana, criticaron además las ventas francesas de reactores nucleares y lanchas patrulleras a Pretoria.

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