La mayoría de sacerdotes y obispos detenidos en Ecuador abandonan el país

La mayoría de los obispos y sacerdotes que el pasado jueves fueron detenidos durante una reunión eclesial en la localidad ecuatoriana de Riobamba han abandonado el país, aunque las autoridades de Quito no fijaron fecha alguna para que saliesen del territorio nacional.Entretanto, se han producido las primeras reacciones eclesiásticas en Hispanoamérica sobre la interrupción de la reunión y posterior detención de los clérigos que asistían a la misma.

En Bogotá (Colombia) dos obispos a quienes el Gobierno de Ecuador invitó a abandonar el país tras su detención, afirmaron que «si evangelizar...

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La mayoría de los obispos y sacerdotes que el pasado jueves fueron detenidos durante una reunión eclesial en la localidad ecuatoriana de Riobamba han abandonado el país, aunque las autoridades de Quito no fijaron fecha alguna para que saliesen del territorio nacional.Entretanto, se han producido las primeras reacciones eclesiásticas en Hispanoamérica sobre la interrupción de la reunión y posterior detención de los clérigos que asistían a la misma.

En Bogotá (Colombia) dos obispos a quienes el Gobierno de Ecuador invitó a abandonar el país tras su detención, afirmaron que «si evangelizar es marxismo, somos marxistas», recalcando que en ningún momento estaban tramando planes subversivos.

En la capital colombiana, el obispo de México, monseñor Jesús García, también expulsado por estar presente en la reunión eclesial de Riobamba, se mostró contrariado por las medidas que adoptaron las autoridades ecuatorianas y dijo que presentaría un detallado informe al Vaticano.

Precisamente, se sabe que el Papa Pablo VI explicó su inquietud sobre lo sucedido en Riobamba, según comentó el obispo de Santiago de Chile, monseñor Enrique. Alvear, que declaró, además, a su llegada a la capital chilena procedente de Ecuador, que la reunión eclesial no tenía nada de malo y se trataba solamente de «una reunión de obispos amigos para enfrentar el compromiso de la Iglesia frente a los pobres».

También, uno de los expulsados, el sacerdote español, Josep Camps, de Barcelona, declaró que después de Riobaniba «estaba claro que existe una estrategia continental de represión contra la nueva Iglesia iberoamericana ».

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