Reportaje:

La nueva fisonomía de la periferia de Colón

El eje formado por las calles Génova, Castellana, Jorge Juan y Goya, conocido desde siempre con el nombre de plaza de Colón está cambiando, paulatinamente, de aspecto, desde que, en tiempos casi ya inmemoriales, se empezó a hablar de la necesidad de conseguir una remodelación de la zona, a fin de lograr que la circulación que discurre por la principal vía de Madrid -la Castellana- pudiera ser más fluida, evitando los constantes atascos que se venían produciendo en una restringida área de la capital.Pero la configuración de la plaza de Colón es algo más. Se puede convertir en un segundo centro ...

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El eje formado por las calles Génova, Castellana, Jorge Juan y Goya, conocido desde siempre con el nombre de plaza de Colón está cambiando, paulatinamente, de aspecto, desde que, en tiempos casi ya inmemoriales, se empezó a hablar de la necesidad de conseguir una remodelación de la zona, a fin de lograr que la circulación que discurre por la principal vía de Madrid -la Castellana- pudiera ser más fluida, evitando los constantes atascos que se venían produciendo en una restringida área de la capital.Pero la configuración de la plaza de Colón es algo más. Se puede convertir en un segundo centro urbano de la ciudad, en el que, gracias a la planificación y estudios efectuados, los madrileños podrán disfrutar de un parque, con monumentos incluidos, amén de un centro cultural municipal, del que tan necesitados estamos.

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La plaza puede dividirse en dos grandes bloques, si la partimos en sentido horizontal: el de arriba será un jardín de uso público, el de abajo, en el subsuelo, el aparcamiento y un gran auditorium, a que se suman dos salas de exposiciones y una cafetería.

Pero todo esto quedaba supeditado, desde siempre, a la desaparición de la antigua Casa de la Moneda, para que el solar resultante pudiera convertirse en lo que hoy podemos ver en realización, en la superficie. Esto no se consiguió hasta los tiempos en que Carlos Arias fuera alcalde de Madrid, tras lo cual, el Ayuntamiento pensó en la necesidad de convocar un concurso que resolviera las dificulta des que entrañaba un proyecto como el que, en principio, se había pensado.

Al concurso concurrieron 116 técnicos de distintas especialida des, a los, que se les especificó que las ideas que concurrieran a él podrían ser después aprovechadas por el Ayuntamiento en la redacción del proyecto definitivo. Ninguna de las ideas presentadas fue aceptada en su totalidad por el jurado reunido al efecto, pero, en el estudio realizado por las delegaciones de Circulación y Transportes y Obras y Servicios Urbanos del Ayuntamiento se intentó aglutinar las ideas más importantes en torno a un proyecto único. Este proyecto fue encargado al director del Departamento de Parques, Jardines

y Estética Urbana del Ayuntamiento, el arquitecto Manuel Herrero.

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Las condiciones que se impusieron al proyecto eran, en principio, la nueva situación del monumento a Colón y la rectificación del quiebro de la calle Goya, tras su intersección con la de Serrano. La intesección se consiguió, aunque no en su totalidad, ya que, si bien se encontró el lugar ideal para instalar la estatua del descubridor de América, en el encuentro de los ejes de la calle Génova con el jardín colindante a la fachada de la Biblioteca Nacional, la calle Goya no logró su total alineación, puesto que se mantiene el quiebro existente, aunque en menor medida.

Centro cultural

Sin embargo, el proyecto en su conjunto no abarca únicamente las obras de superficie más las alineaciones del entorno, sino que, formando parte integrante del mismo, se incluyen todas las obras subterráneas necesarias para la creación de un centro cultural municipal, que quedará enclavado entre el muro oeste del aparcamiento y el paseo de la Castellana, en un sentido, y desde la calle Génova hasta la de Jorge Juan, en el otro.

La superficie aproximada de este centro cultural será de unos 9.000 metros cuadrados, repartidos en dos plantas. Dentro de este centro se incluyen un gran auditorium, con capacidad para 1.000 espectadores y dos salas de conferencias en los que tendrán cabida unos 250 más.

La gran sala se comunica, por medio de dos montacargas, con los accesos interiores del aparcamiento -ya en funcionamiento-. Los accesos se efectuarán por una calle cubierta, que se sitúa debajo de las cascadas, existentes en el exterior, con entrada por las calles de Génova y Jorge Juan, en las que se cumplen todos los requisitos de espectáculos.

Dentro del conjunto subterráneo se instala un mural en el que se describe -continuando la línea de los monumentos existentes en el exterior- el rumbo seguido por las tres carabelas en su viaje desde España hasta Santo Domingo, en el que se reflejan las fechas más importantes de la travesía.

La base del monumento a Colón llega hasta el mismo auditorium, formando parte de la ornamentación, basada en el hormigón, de toda la estructura.

Incluidas dentro de toda la nueva perspectiva de la plaza de Colón, se toman una serie de medidas por las que se reestructura la fisonomía de la calle Goya. Mediante éstas, el hotel Fénix desaparecerá y en su lugar se construirá un edificio de altura similar a la del hotel Sanvy, pasando la calle que separa ambas construcciones a tener una anchura de 15 metros.

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