La playa de Palma no está contaminada

A primeras horas de la tarde de ayer el alcalde de Palma, Paulino Buchens, dio cuenta del informe realizado por la prensa municipalizada de suministro de aguas Emaya, realizado para esclarecer el índice de contaminación de las aguas de la playa de Palma, lugar donde se concentran la mayor parte de los establecimientos hoteleros de la isla con más de tres centenares de hoteles.En las últimas semanas había sido tema de polémica por una serie de reportajes aparecidos en la prensa local y extranjera con cierto sentido alarmista en los que se decía que las aguas de esta playa, que tiene una ...

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A primeras horas de la tarde de ayer el alcalde de Palma, Paulino Buchens, dio cuenta del informe realizado por la prensa municipalizada de suministro de aguas Emaya, realizado para esclarecer el índice de contaminación de las aguas de la playa de Palma, lugar donde se concentran la mayor parte de los establecimientos hoteleros de la isla con más de tres centenares de hoteles.En las últimas semanas había sido tema de polémica por una serie de reportajes aparecidos en la prensa local y extranjera con cierto sentido alarmista en los que se decía que las aguas de esta playa, que tiene una extensión de más de 5 kilómetros, estaban altamente contaminadas y existía un serio peligro para la salud pública si los numerosos veraneantes y turistas seguían bañándose en aquel lugar.

El problema de la contaminación de esta playa parte del verano de 1975, cuando el Ayuntamiento de Palma ofreció al de Llucmajor -el otro municipio que comparte la playa- la posibilidad de conectar su red de alcantarillado con la zona municipal de la capital, lo que implicaría la depuración de las aguas en la nueva planta que el Ayuntamiento palmesano había instalado en el caserío de Sant Jordi, próximo a la playa. En aquella ocasión el Ayuntamiento de Llucmajor, regido por el diputado y consejero provincial del Movimiento, Gabriel Ramón, se negó y decidió construir su propia depuradora, instalación que se ha retrasado en demasía y que no ha podido ser puesta en marcha para la actual temporada. Esto ha obligado a utilizar un emisario submarino y un aliviadero que vierten las aguas residuales a escasos metros de la playa, lo que ha provocado este peligro de contaminación.

La alarma de contaminación provino de una información publicada la semana pasada en el vespertino de esta capital Ultima Hora, donde se daba cuenta del análisis de una muestra de agua, según se decía obtenida en la playa. En un comunicado hecho público por el laboratorio municipal, se manifiesta que la muestra recogida lo fue en una piscina privada y que el agua, aunque procedía del mar, había permanecido muchos días estancada y falta de cloro, no se trataba de agua tomada en la playa y aunque así fuera las muestras deben ser obtenidas en distintos lugares, en diferentes fechas y a varios metros lejos de la costa, pues solamente así se puede efectuar un análisis válido para saber si realmente el agua es peligrosa para la salud pública.

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