Trescientos pilotos republicanos, en busca de la igualdad

Ayer celebraron una comida de hermandad cerca de 300 antiguos aviadores del Ejército del Aire de la II República española, a quienes acompañaban un centenar de familiares. Una de las notas más destacadas fue la ausencia de aviadores militares del bando vencedor de la pasada contienda civil, algunos de los cuales habían sido formalmente invitados. De entre ellos, los señores Jesús Salas Larrazábal y Teodosio Pombo habían manifestado a los organizadores su deseo de asistir, pero en el último momento prefirieron no hacerlo. Comentando esta ausencia, uno de los organizadores, Jaime Mata, come...

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Ayer celebraron una comida de hermandad cerca de 300 antiguos aviadores del Ejército del Aire de la II República española, a quienes acompañaban un centenar de familiares. Una de las notas más destacadas fue la ausencia de aviadores militares del bando vencedor de la pasada contienda civil, algunos de los cuales habían sido formalmente invitados. De entre ellos, los señores Jesús Salas Larrazábal y Teodosio Pombo habían manifestado a los organizadores su deseo de asistir, pero en el último momento prefirieron no hacerlo. Comentando esta ausencia, uno de los organizadores, Jaime Mata, comentó a EL PAIS: «Lamentamos su decisión de última hora de no asistir. Por nuestra parte, si volvemos a reunirnos en el futuro, tal y como deseamos, volveremos a invitarlos. Esperemos que entonces asistan».El mismo portavoz añadió que no comprendía la imposibilidad de reunir a los aviadores de ambos bandos, cuando los pilotos de los dos campos que se enfrentaron en la segunda guerra mundial mantienen en la actualidad relaciones muy cordiales.

Muchos de los comensales se habían desplazado exprofeso desde diversos países latinoamericanos y, desde luego, de todas las regiones españolas.

Al término de la comida, hizo acto de presencia el alcalde de Sant Boi del Llobregat (localidad del cinturón industrial de Barcelona, en uno de cuyos restaurantes estaban reunidos). El alcalde fue acogido con sentidos aplausos. Se le pidió que tomase la palabra y ante el micrófono dijo: «Solamente he querido venir para aportaros un saludo de cordialidad de la villa donde habéis querido reuniros. Deseamos que este encuentro sea el definitivo en la búsqueda de la paz y de la concordia. Por los libros sobre la guerra civil que hablan de vosotros, he sabido que en todo momento y lugar la caballerosidad fue vuestro santo y seña».

Espíritu de convivencia

El alcalde fue interrumpido varias veces con aplausos, mientras los ojos de bastantes asistentes se enrojecían. Finalmente, la primera autoridad municipal dijo que quería hablar en catalán para los asistentes que fuesen de Cataluña, lo cual volvió a provocar nuevos aplausos. Después de unas palabras en esa lengua, gritó, también en catalán Viva Calaluña, Viva España, Viva la unidad de todos.Le siguió en el uso de la palabra el que fue capitán aviador, Jaime Mata, quien pidió un minuto de silencio, que fue observado por todos los asistentes puestos en pie, como recuerdo de «todos los muertos de la guerra civil y de nuestros compañeros desaparecidos».

En unas breves palabras destacó la personalidad de Alfredo Tourné, capitán de aviación cuando empezó la guerra civil, en el curso de la cual debía llegar a jefe de escuadrilla de bombarderos. Manifestó que le iba a hacer entrega de un obsequio por la labor desarrollada en la agrupación de antiguos aviadores republicanos.

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En medio de intensos aplausos, tomó la palabra Alfredo Tourné, quien recordó al general republicano Emilio Herrera (coronel en los inicios de la contienda) y explicó cómo ambos habían participado en la ayuda mutua entre los aviadores republicanos, en México.

Otros aviadores tomaron la palabra. Eulogio Morales, de Madrid, ex observador de vuelo, manifestó su deseo de que «se cumplan las palabras del Rey, cuando dijo que todos los españoles hemos de ser iguales ante la ley». Añadiendo que, según él, para que tal cosa se produzca es necesaria la promulgación de una amnistía.

Fueron leídos mensajes de solidaridad con los reunidos procedentes de diversos países americanos y de la Unión Soviética. El último de los oradores manifestó: «Es mirando hacia atrás, sin rencor y sin ira, como nosotros miramos hacia adelante, con felicidad, con alegría y con triunfo».

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