Boston recupera efectivos y tumba a Miami en el segundo partido de las finales de la conferencia Este
Las vueltas de Marcus Smart y Al-Horford devuelven el tono a unos Celtics ante los que nada pudo hacer Jimmy Butler, que volvió a liderar a los Heat (102-127)
Volvió el quinteto titular y las sensaciones son, otra vez, de equipo campeón. Los Celtics regresaban al parqué del American Airlines Center, donde dos días antes habían sufrido la ira de un Jimmy Butler demoledor, para, esta vez, arrasar a los Miami Heat con el juego colectivo que acostumbraron durante la fase regular de la temporada y empatar la serie (1-1) antes de volar a Boston, ...
Volvió el quinteto titular y las sensaciones son, otra vez, de equipo campeón. Los Celtics regresaban al parqué del American Airlines Center, donde dos días antes habían sufrido la ira de un Jimmy Butler demoledor, para, esta vez, arrasar a los Miami Heat con el juego colectivo que acostumbraron durante la fase regular de la temporada y empatar la serie (1-1) antes de volar a Boston, donde se jugarán los dos próximos duelos de las finales del Este. Los de Ime Udoka recuperaron a Marcus Smart, aquejado de un golpe en el pie derecho ante los Bucks, y a Al-Horford, que fue liberado horas antes del encuentro del confinamiento al que estaba sometido. Ambos sumaron desde el inicio, los Celtics lo notaron —los Heat también— y el partido tuvo color verde de principio a fin (102-127).
Desde febrero, Boston solo ha perdido dos partidos seguidos una vez. Fue en marzo, en dos encuentros back-to-back (noches consecutivas) ante Miami y Toronto. En la derrota contra los Raptors, Udoka dio descanso a cuatro titulares: solo jugó Marcus Smart. Desde entonces, con titulares o sin ellos, los Celtics nunca han hincado la rodilla en dos encuentros seguidos.
Anoche, después de la derrota en el primer duelo de la eliminatoria, los de Massachusetts salieron decididos a mantener la racha. Los puntos de Jayson Tatum (27), Jaylen Brown (24), y Marcus Smart (24) sumaron más que la aportación conjunta de todos los jugadores de Miami, exceptuando, claro, a Jimmy Butler (29).
La diferencia se notó desde el principio. Tanto, que los Celtics terminaron la primera mitad con la mayor ventaja al descanso de su historia en los playoffs: 25 puntos.
Mucho tuvo que ver el desempeño de Marcus Smart, que, además de anotar, dio 12 asistencias, capturó 9 rebotes y robó tres veces el balón en su vuelta al equipo tras superar los dolores en el pie derecho que le apartaron ante Milwaukee.
El base de los Celtics, nacido en el extrarradio de Dallas (Texas) hace 28 años, juega desde 2018 con cristales en la mano derecha. Tras una derrota en Los Ángeles en enero de ese año, Smart pagó su frustración contra el marco de una fotografía, con la mala suerte de clavarse varios trozos de vidrio en la piel. Tras el incidente solo se perdió 11 partidos y, desde entonces, dice, juega con dolor. “Los médicos me dijeron que causaría más problemas el intentar sacar los cristales que seguir jugando con ellos. Tuve la suerte de no cortarme los ligamentos y los tendones de la mano, porque me hubieran obligado a retirarme”, dijo a la cadena ESPN en 2018.
Esta temporada, el ‘36′ de los Celtics ha sido elegido como el mejor defensor del año en la NBA, un premio al que aspiraba desde su llegada a la liga, pero que, por fin, acompañado por el gran impacto colectivo de su equipo, ha podido lograr.
Con su regreso, Miami sufrió esta madrugada la primera derrota como local en lo que va de playoffs —hasta ahora, siete victorias en siete partidos—. Jimmy Butler, huérfano en ataque, no fue suficiente y los Heat deberán reactivar su banquillo si quieren volver de Boston con la balanza de su lado.
Ambas franquicias, Miami y Boston, disfrutan en la exigencia: suman seis finales de conferencia en los últimos seis años —cuatro para los Celtics y dos para los Heat—, aunque solo una vez avanzaron a las Finales de la NBA. Fue en 2020, cuando los de Florida eliminaron precisamente a Boston (4-2) y cayeron ante Los Ángeles Lakers en las Finales que el covid llevó a la burbuja de Orlando.
Mucho han cambiado las cosas desde entonces. Ahora, ambos equipos vuelan a Boston para disputar el tercer y el cuarto partido de la serie en el TD Garden. Allí, los Celtics tratarán de corroborar que son el equipo más en forma del año y, por qué no, acreditar ante su público un aroma de campeón que no desprendía desde hace más de una década.
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.