De París a París, el feliz renacimiento de Djokovic

Tras tocar fondo en 2016, después de lograr su primer Roland Garros, el serbio acecha el récord de Nadal y Federer con un esprint que le ha aportado siete grandes desde entonces: “No quiero parar aquí”

Djokovic celebra su triunfo contra Tsitsipas en la pista central de Roland Garros.Christophe Ena (AP)

A diferencia de otras celebraciones, adornadas de rugidos, show y gestos liberatorios, Novak Djokovic festejó este último éxito en Roland Garros desde la mesura. El número uno, de 34 años, regaló su raqueta a un niño que había estado apoyándole desde la grada durante la final contra Stefanos Tsitsipas –”ha estado todo el partido en mi oído, haciendo de entrenador: ¡Mete la bola dentro!”– y después elevó el trofeo de campeón s...

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A diferencia de otras celebraciones, adornadas de rugidos, show y gestos liberatorios, Novak Djokovic festejó este último éxito en Roland Garros desde la mesura. El número uno, de 34 años, regaló su raqueta a un niño que había estado apoyándole desde la grada durante la final contra Stefanos Tsitsipas –”ha estado todo el partido en mi oído, haciendo de entrenador: ¡Mete la bola dentro!”– y después elevó el trofeo de campeón sin artificios. A continuación, se marchó al vestuario para festejar su 19º grande en la intimidad –a uno de Rafael Nadal y Roger Federer–, junto a los miembros de su equipo, sus familiares y algunos allegados, y posteriormente se dirigió a la sala de conferencias. Allí transmitió un mensaje directo: su obra no solo no está acabada, sino que le queda mucho trabajo por delante.

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“No quiero parar aquí, quiero volver aquí al menos una o dos veces más”, se refería a París, punto de encuentro y desencuentro consigo mismo, entre aquel superdotado que en 2016 añadió la única muesca que le faltaba a su revólver y que luego, después de conseguirlo, cayó al vacío hasta convertirse un deportista anímicamente derruido. “Fue el mejor momento de mi carrera, pero me sentía como un globo deshinchado, sufrí una crisis de motivación”, explicaba hace poco más de un mes en Roma, rebobinando hacia el oscuro periodo que sucedió a ese 6 de junio, cuando derribó al escocés Andy Murray y, por fin, ingresó en el club de esos poquísimos elegidos (solo son ocho) que han logrado conquistar los cuatro trofeos del Grand Slam.

“Había perdido tres finales, dos de ellas en partidos durísimos contra Nadal y la otra frente a Wawrinka, en 2015, y cuando lo logré me sentía exhausto. En términos emocionales, me costó un año y medio recuperarme. También tuve lo del codo [estuvo más de medio año sin competir, tras someterse a una operación], y básicamente volví a encarrilarme en 2018”, relataba el de Belgrado, que a principios de ese año le comunicó a su esposa su deseo de retirarse. “Cayó y cayó, fue a peor y se frustró. Nos pusimos a llorar, pero le dije que no era la hora”, reconoció Jelena Ristic en una entrevista. “Después de eso, su cuerpo le dijo basta. Ya no le respondía”, precisaba en un encuentro con este periódico Pepe Imaz, un exjugador que asesora psicológicamente al número uno y que, según muchos, fue una de las causas del apagón.

¿El Golden Slam? He logrado muchas cosas que la gente me decía que no conseguiría

Poco a poco, Djokovic fue restableciéndose y recuperando el apetito. Tras un ensayo fallido con Andre Agassi y el checo Radek Stepanek, volvió a aliarse con su técnico de toda la vida, el eslovaco Marian Vajda. Después de ese difícil “viaje interior” recuperó la brújula, e inesperadamente renació hace tres años en Wimbledon. Piedra a piedra, Nole fue reconociéndose. La fiera había vuelto. Desde esa victoria en Londres fue remontando el vuelo y adueñándose otra vez de la escena; a partir de ahí, festejó siete grandes y recortó distancias con sus dos grandes rivales, Nadal (35) y Federer (39). En el mismo periodo, el español (seis majors) resistió el envite, pero no así el de Basilea, que en los cinco últimos años se ha quedado en tres, el último de ellos a principios de 2018 en Australia.

Tsitsipas y Djokovic, este domingo durante la entrega de trofeos.AFP7 vía Europa Press (Europa Press)

“Los Grand Slams son mi motivación para entrenarme cada día al cien por cien”, afirmó el domingo, mientras se le planteaba la posibilidad de lograr el Golden Slam; es decir, ganar el póquer de grandes y el oro olímpico. “Todo es posible. He conseguido muchas cosas que mucha gente me decía que no lograría”, expresó. “Ahora estoy en esta posición, ante esa posibilidad, pero en 2016 también lo estaba, y ahora solo hay dos semanas entre Roland Garros y Wimbledon. Es complicado porque la transición tiene que ser lo más rápida y eficiente posible. Voy a disfrutar de este premio y en unos días pensaré en Wimbledon. El año pasado no se jugó y me gusta mucho la hierba. Tal vez pueda emplear la confianza de ahora para competir allá”, prolongó satisfecho, pues la temporada va sobre ruedas: trofeo en Australia, trofeo en París.

Han llegado, en todo caso, después de otro periodo de dificultades. Hace más de un año, impulsó una polémica gira por los Balcanes (el Adriá Tour) que contravenía la realidad pandémica, saldada con una elevada cifra de contagios y una lluvia de críticas. Él también contrajo el coronavirus. Más tarde, en septiembre, anunció la creación de una asociación paralela (PTPA) en un desafío a la ATP y posteriormente fue expulsado del US Open por dar un pelotazo involuntario a una jueza de línea. “Me siento triste y vacío”, se disculpó. En Australia protagonizó un enganche dialéctico con Nadal y en el torneo oceánico se le acusó de fingir una lesión (rotura abdominal), consiguiendo abrir el ejercicio con un valioso triunfo.

Nunca pensé que fuera imposible alcanzar a Rafa y Roger. Ahora falta menos

Concentrado después en la arcilla, aterrizó en Roland Garros con un perfil moderado y en París ha completado estos días una jugada maestra, rindiendo al español en su histórico territorio y coronándose finalmente ante Tsitsipas. “Nunca pensé que fuera una misión imposible alcanzar la cifra de Rafa y Roger [20 ambos]. Aún falta, pero ahora es uno menos. Estoy un paso más cerca. Los tres competimos por este récord asombroso y seguiré persiguiéndolo, aunque quiero hacer mi propio camino y escribir mi propia historia”, dice sabiendo que entre él y Nadal se han repartido 11 de los 12 últimos Grand Slams; junto a Federer, 55 de los últimos 64.

“Tengo conversaciones internas en mi cabeza. Hay dos voces: cuando vas dos sets abajo, una te dice: ‘ya está’; y la otra: ‘puedes’. He intentado animarme e ir poco a poco creciendo, porque sabía que mi tenis estaba ahí”, exponía sobre cómo le dio la vuelta a la final frente al griego. Habla Djokovic con el récord de semanas (325) como número uno –en marzo superó las 310 que defendía Federer– y como el tenista que más ha facturado en premios (123 millones de euros) en toda la historia. Lo hace, además, como el jugador que más majors ha ganado (siete, uno más que Nadal) habiendo rebasado la treintena.

FIESTA EN CASA Y PREPARACIÓN EN MALLORCA

Paris (France), 14/06/2021.- Serbia's Novak Djokovic poses with the trophy in front of the Eiffel tower in Paris, France, 14 June 2021, during a photocall one day after winning the Roland Garros 2021 French Open tennis tournament. (Tenis, Abierto, Francia) EFE/EPA/CHRISTOPHE ARCHAMBAULT / POOL MAXPPP OUTCHRISTOPHE ARCHAMBAULT / POOL (EFE)

Mientras Rafael Nadal recarga pilas en Manacor y el suizo Roger Federer regresaba a la hierba 700 días después de su último partido, con un triunfo contra Ilya Ivashka por 7-6(4) y 7-5, el serbio fue recibido por todo lo alto en su ciudad natal, Belgrado. Djokovic, que por la mañana se había retratado junto a la Torre Eiffel con el trofeo de campeón, fue recibido con fuegos artificiales y tras unos días de descanso comenzará a pensar en Wimbledon.

Desde allí, el grande británico anunció que contará con un aforo del 50% durante el torneo y que para las finales (10-11 de julio) ampliará hasta el 100%. “Siempre que se mantenga sano, veo factible que Novak gane el Grand Slam. Su gran objetivo al comienzo del año era ganar el oro olímpico y los cuatro grandes. Hemos diseñado un plan de entrenamientos para llegar en plena forma a los torneos que nos quedan para conseguirlo”, apuntó su técnico, Marian Vajda.

De momento, Nole tiene previsto desplazarse a Mallorca para preparar allí su asalto a Wimbledon, según apuntan los medios serbios. Se ejercitará en el Club Santa Ponça, marco del Mallorca Championships –el único evento sobre césped que se celebra en España–, y posteriormente viajará a Londres en busca de igualar el récord de Nadal y Federer. El español aún no ha confirmado si competirá allí y el de Basilea concentra todos sus esfuerzos en ese objetivo.

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