Las Chivas vuelven a tropezar en casa, ahora contra el Monterrey (1-2)

El equipo de Guadalajara es vencido por el conjunto regiomontano con goles de Arturo González y de Avilés Hurtado

Pizarro y González disputan el balón. AFP

Las Chivas están atascadas. Los rojiblancos han sumado su segunda derrota en casa en el torneo, esta vez a manos del Monterrey 1-2. Pese a mostrar un fútbol combativo durante el juego, los de Guadalajara se han quedado sin un fósforo para encender la pólvora de su ofensiva. Los rayados aprovecharon el desconcierto para sumar tres puntos gracias a dos goles de Arturo González y de la gacela Avilés Hurtado. 

El sello de ...

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Las Chivas están atascadas. Los rojiblancos han sumado su segunda derrota en casa en el torneo, esta vez a manos del Monterrey 1-2. Pese a mostrar un fútbol combativo durante el juego, los de Guadalajara se han quedado sin un fósforo para encender la pólvora de su ofensiva. Los rayados aprovecharon el desconcierto para sumar tres puntos gracias a dos goles de Arturo González y de la gacela Avilés Hurtado. 

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El sello de Matías Almeyda al frente de las Chivas ha sido claro: hay que atacar. Los minutos esenciales son claves para demostrarle al rival en turno cuál es la postura. Frente a Monterrey, su delantero Ronaldo Cisneros apretó la salida de los defensores regiomontanos y consiguió un remate irregular de Rodolfo Pizarro que no terminó en gol. A diferencia de otros juegos, en este los costados no tuvieron tanta incidencia para centrar al área. 

Monterrey supo aguantar hasta el momento de picar. En los contragolpes, la velocidad efímera de Dorlan Pabón supo  encontrar a mejores socios para llevar el balón a la portería rival. Probó con Avilés Hurtado, pero quien le respondió fue el argentino Rogelio Funes Mori. El exjugador de River Plate le arrebató un balón al capitán rojiblanco Carlos Salcido para asistir a Arturo González y poner el marcador 0-1 antes del final del primer tiempo. Del lado del Guadalajara perdieron a Edwin Hernández, el lateral izquierdo, por una lesión 

Pabón y González celebran un gol de Monterrey.AFP

El gol visitante sacudió a los jóvenes de Chivas que, por lapsos, jugaban aletargados sin el balón en los pies. Quien fuera el comandante del equipo durante el año pasado, Orbelín Pineda, quedó desfigurado de la primera mitad. Su visión de campo fue insuficiente. Almeyda le sustituyó para darle juego a un Alan Pulido ansioso por marcar. Así lo mostró en el arranque de la segunda parte cuando, tras un centro de Pizarro, Ronaldo Cisneros redireccionó el balón para que Pulido solo acompañara al balón con un movimiento de tobillo. Un 1-1 como un respiro para los locales. 

El gusto duró un minuto porque en una carrera de Hurtado logró escabullirse entre tres defensores para hacer el 1-2. Uno de los futbolistas más explosivos demostró que su equipo era más efectivo. La respuesta de Chivas volvió a respetar sus principios: atacar-atacar. El juego era vistoso: solo dos centrales para defender y los demás al ataque. 

Al trabajo de Almeyda se le puede reprochar la carencia de efectividad en las jugadas a balón detenido. En cinco tiros de esquina no lograron tener uno en el que el rematador se consagrara. En los tiros libres, las jugadas de pizarrón se quedaron allí. No fueron efectivas. Pulido remató a puerta y dejó raspado el poste con un tiro. La angustia de los delanteros de Chivas fue mayor que su paciencia para construir jugadas. La muestra fue un Pizarro que prefería la jugada individual a abrir el campo hacia los laterales. Javier López probaba con las gambetas y se olvidaba del balón en sus pies.

Almeyda ha defendido su estilo, ese que ha enamorado a sus hinchas y conseguido una liga y dos títulos de copa. Los dos reveses condicionan su torneo. El rebaño tendrá una dura semana en la que el próximo viernes volverá a jugar, contra el Puebla. Los rayados, campeones de la Copa MX y subcampeones de la Liga MX, vuelven a engrasar su maquinaria. 

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