EL PAÍS os escucha

Un grupo de suscriptores valoró en un encuentro en vivo “la solvencia y el prestigio” del periódico, pero también planteó críticas variadas, que el periódico ya trabaja en atender

Ilustración de Miquel BarcelóFERNANDO HERNÁNDEZ / Getty

Apenas una hora antes de que Pedro Sánchez agitara el miércoles la política nacional con una carta, un grupo de nueve suscriptores se despedía de la delegación de EL PAÍS en Cataluña, en el centro de Barcelona. Ángel, Alberto, Javier Pedro, Ricardo, Carlos, María, Myriam, Eduardo y Susana apenas tocaron la merienda preparada para ellos, enfrascados en una intensa conversación de hora y media sobre el periódico. Por la mañana, también los redactores de esta sede habían atendido a una selección de las demandas de los lectores.

Fue una muestra en vivo de la principal tarea de un defensor: ser el puente entre quienes hacen cada día el periódico y quienes reciben ese trabajo. Esta convivencia no es fácil, mientras los lectores exigen un periódico bien hecho que roce la perfección, los periodistas suelen pensar que el empeño y la buena intención que ponen en su trabajo justifica los errores. Es el intercambio de las dos posturas lo que fortalece la relación, basada en la confianza.

La pequeña representación de los suscriptores valoró “la solvencia y el prestigio” que encuentran en este periódico y el esfuerzo por hacerles llegar nuevas maneras de leerlo. También hubo críticas y agradezco la generosidad y el tono de estos lectores a la hora de plantear sus preocupaciones:

Centralismo. La queja unánime fue que EL PAÍS, al ser un periódico hecho principalmente en Madrid, destila una perspectiva centralista, que deja de lado la pluralidad territorial. En la elección de las historias, en el enfoque y en la relevancia que se les da. “El uso de la palabra periferia para definir al resto resulta especialmente despectivo”, se lamentaba un lector. Reclamaron más información de lo que ocurre en las otras 16 comunidades y una mayor sensibilidad hacia el origen diverso de la audiencia.

Miquel Noguer, director adjunto de la edición catalana y muy sensible a esa mirada descentralizada, recuerda que se está implantando un sistema de geolocalización para dar a los lectores de Cataluña más información de esta comunidad autónoma en la web: a ellos les aparece en la portada una franja adicional con noticias locales. Es un servicio que se está afinando con el objetivo de extenderlo a otros territorios.

Otro asunto que surgió en esta parte de la conversación es la paradoja de que el aumento exponencial de los lectores que llegan de América Latina pueda llevar en el futuro a que a la mayoría de la audiencia le estorbe el exceso de información de España. Ahora mismo representan el 42% de los navegadores que llegan a EL PAÍS (datos del primer trimestre del año).

Israel frente a Ucrania. Tres de los lectores cuestionaron cómo se abordan los conflictos de Ucrania-Rusia e Israel-Palestina. Consideraron que el periódico no dudó desde el principio en denunciar los excesos de Putin sobre Ucrania, mientras observan que no se mantiene el mismo espíritu crítico con la respuesta de Israel al ataque de Hamás sobre los palestinos. Esta defensora opuso que muchas de las cartas que llegan al periódico dicen justo lo contrario: que hay un posicionamiento del periódico favorable a los palestinos. Es un tema complejo, con muchas sensibilidades implicadas, en el que resulta difícil contentar a todos.

Menos economía. La fusión de las redacciones de Cinco Días y EL PAÍS y la creación de la suscripción Premium ha dejado la percepción en estos lectores de que hay una reducción de la información económica para quienes mantienen el abono básico. Sin embargo, Amanda Mars, subdirectora responsable del área, defiende que en esta modalidad “hay una oferta de información superior a la que tenían hasta ahora”, organizada bajo tres marcas diferentes: la sección de Economía de EL PAÍS, Negocios y Cinco Días. “Ahora encuentran en Cinco Días alguna pieza que antes aparecía bajo la marca EL PAÍS, como llevaba un año ocurriendo con las noticias de banca”, añade. “Pero es completamente accesible para ellos”.

Acceso y carga de la web. Algunos de los problemas técnicos de acceso al periódico que surgieron en la conversación son los mismos que otros lectores reportan por correo. Como las quejas sobre la aplicación, que consideraron mejorable, aunque lo expresaron en términos menos diplomáticos. O el exceso de tiempo de carga de la versión móvil en relación con otros medios. Una de las prioridades del equipo técnico para este año es precisamente mejorar algunos servicios de la aplicación.

Los lectores pidieron también que las promociones que reciben como suscriptores tengan mejor acceso móvil, ya que a menudo solo pueden tramitarse desde un ordenador. El departamento de Suscripciones ya se ha comprometido a solucionarlo.

Otras formas de lectura. Los lectores agradecen que haya fórmulas variadas de leer el periódico y entre ellos había diferentes perfiles que lo hacen patente: el veterano lector de papel, la seguidora de los perfiles en redes, los que usan variados dispositivos móviles o la lectora que combina la lectura en web en días laborables con el papel el fin de semana. Hubo una mención especial a las newsletters, que elogiaron como un buen sistema de sugerencias de lectura. “Hay algunas obligatorias, como leer cada noche el avance de los editoriales para despertarse bien informado”, explicaba un lector, suscrito a todas. El periódico cuenta ya con 59 correos temáticos, que son una de las vías principales de fidelización de lectores.

Uno de ellos sugirió también que, en lugar de usar el formato PDF para la versión impresa del periódico en la aplicación, se incorporen otros más perfeccionados, como los que utilizan los dispositivos electrónicos de lectura. Desde el equipo técnico explican que ya está previsto modificar el sistema por esa vía, pero la complejidad de traspasar una hemeroteca entera en PDF impide que vaya a ser un cambio ágil.

La franqueza de estos lectores se agradece mucho desde la redacción. A menudo las preocupaciones de los suscriptores van por vías distintas a lo que esperan los periodistas, pero doy fe que estos se toman muy en serio sus sugerencias. Mi buzón está abierto para facilitar ese puente: defensora@elpais.es. Os escuchamos.

Para contactar con la defensora puede escribir un correo electrónico a defensora@elpais.es o enviar por WhatsApp un audio de hasta un minuto de duración al número +34 649 362 138 (este teléfono no atiende llamadas).

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