‘Las vidas de Sing Sing’: cárcel y teatro, en vano
El género carcelario es muy gratificante para el espectador, pero este, con huellas de espíritu ‘indie’, no es un trabajo especialmente meritorio
El género carcelario es muy gratificante para el espectador. Imagino que la psicología podría explicar las razones. Te están hablando del lugar más infame que puedes ocupar en la faz de la Tierra, de la pérdida de la libertad, del enclaustramiento forzado. Y los mirones somos testigos de ese infierno desde la tranquilidad y el refugio de la sala de cine, o de nuestra casa. Calentitos o en posesión de aire acondicionado. Viendo a gente culpable o inocente que lo está pasando fatal. Y sabiendo que ...
El género carcelario es muy gratificante para el espectador. Imagino que la psicología podría explicar las razones. Te están hablando del lugar más infame que puedes ocupar en la faz de la Tierra, de la pérdida de la libertad, del enclaustramiento forzado. Y los mirones somos testigos de ese infierno desde la tranquilidad y el refugio de la sala de cine, o de nuestra casa. Calentitos o en posesión de aire acondicionado. Viendo a gente culpable o inocente que lo está pasando fatal. Y sabiendo que el legítimo sueño de los presos está centrado en el final de su condena o en anticiparse escapando de sus mazmorras, sabiendo lo que se juegan si la arriesgada historia sale mal.
Si ese cine es bueno, vibrante o muy hábil, está garantizada la tensión. También el deseo de que después de tanto esfuerzo y disimulo consigan fugarse (si simpatizamos con los reclusos). Y que sean felices y coman perdices. Se me han olvidado bastantes películas carcelarias que resultan tan previsibles como bobas, pero guardo agradecida y eterna memoria de varias que son memorables. Y sé que todo dios, incluido el firmante, no va a olvidarse nunca de Cadena perpetua, tan emocionante como angustiosa. El cine estadounidense siente debilidad por este género. Eastwood como intérprete y su maestro Don Siegel, al timón, lo bordaron en Fuga de Alcatraz. Y era muy dura, también preciosa, El hombre de Alcatraz. Y en Francia fueron paridas las magistrales Un condenado a muerte se ha escapado, de Robert Bresson; La evasión, de Jacques Becker, y Un profeta, de Jacques Audiard. En España se rodó la más que digna Celda 211, de Daniel Monzón, protagonizada inolvidablemente por Luis Tosar.
Hace frío y el día es muy sombrío. O sea, un ambiente muy propicio para ver una historia que se desarrolla en la cárcel. Lo de la intriga solo he querido imaginarlo, ya que hay muy poca o no logra captar mi atención. Se titula Las vidas de Sing Sing. Y se desarrolla en esa cárcel con tantas referencias. Los protagonistas, casi todos negros, varios de ellos exconvictos, no pretenden fugarse de allí, pero han encontrado un remedio para aliviar su cabeza y sentir cierta libertad en su lamentable situación. Y es que se han apuntado a un programa de rehabilitación en el que se les permite montar obras de teatro. Y ese arte les permite un respiro, cierta ilusión, que el paso del tiempo no resulte tan duro, la relativa libertad que aporta el arte en medio del enclaustramiento. Y se han especializado en el divino Shakespeare.
Al principio es El sueño de una noche de verano. Y después vendrá Hamlet. Y amando el inmortal monólogo de aquel príncipe atormentado que declaraba: “Dormir. Tal vez soñar. Y pensar que con un sueño damos fin al pesar del corazón y a los numerosos conflictos de la carne”, acabo harto de que repitan tantas veces en la película esa reflexión tan hermosa y profunda. Y digo: que ya me lo sé, que cambiéis un poco de secuencia.
La dirige Greg Kwedar. Su trabajo no me parece especialmente meritorio. Veo huellas por todos lados del espíritu del cine indie, que no es precisamente uno de mis favoritos. Con algunas excepciones, por supuesto. Y me molesta esa fotografía terrosa. Y tampoco me conmueven especialmente las muy alabadas interpretaciones de Colman Domingo y Clarence Maclin. Resumiendo: que me aburro bastante. Aunque deseo que a los protagonistas no les vuelvan a entrullar, que disfruten de su libertad, que puedan interpretar a Shakespeare en el mundo exterior.
Las vidas de Sing Sing
Dirección: Greg Kwedar
Intérpretes: Clarence Maclin, Colman Domingo, Sean San Jose, Paul Raci.
Género: drama. Estados Unidos, 2023.
Duración:: 107 minutos.
Estreno: 10 de enero de 2025