Columna

Maniobras financieras en la oscuridad

La excelente serie 'Billions' desvelaba los entresijos del éxito de un tiburón financiero. La también excelente película 'Margin Call' narraba las maniobras de la cúpula de un banco de para salvarse

Paul Giammati y Damian Lewis, protagonistas de 'Billions'.

La excelente Billions desvelaba los entresijos del éxito de un tiburón financiero. La también excelente película Margin Call narraba las maniobras de la cúpula de un banco de inversiones para salvarse horas antes de que se produjera la gran crisis financiera global de 2008 debido al colapso de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos con las llamadas hipotecas subprime. En España hay ejemplos de denuncias cinematográficas similares. Cabe recordar La caja 507, de Enrique Urbizu, en la que se desenmascaraban los vínculos de las autoridades responsables del ur...

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La excelente Billions desvelaba los entresijos del éxito de un tiburón financiero. La también excelente película Margin Call narraba las maniobras de la cúpula de un banco de inversiones para salvarse horas antes de que se produjera la gran crisis financiera global de 2008 debido al colapso de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos con las llamadas hipotecas subprime. En España hay ejemplos de denuncias cinematográficas similares. Cabe recordar La caja 507, de Enrique Urbizu, en la que se desenmascaraban los vínculos de las autoridades responsables del urbanismo, las mafias y los bancos; B, la película, de David Ilundain, sobre las declaraciones del extesorero del PP Luis Bárcenas ante el juez Ruz en torno a la contabilidad b de su partido, y El reino, de Rodrigo Sorogoyen, sobre la corrupción en el partido político en el poder, por citar tres largometrajes recientes.

Una sugerencia: ¿cuándo se podrá contemplar una serie sobre el caso BBVA-Villarejo? Tiene todos los ingredientes para concitar la atención de los espectadores: citas de la cúpula dirigente del banco para reunir información —legal o ilegalmente, todo vale— sobre sus hipotéticos rivales o la autoridad competente; encargos a un comisario de policía, actualmente en prisión, para conseguirla; nuevas reuniones de los financieros para estudiar la estrategia ante el descubrimiento del escándalo, negar lo evidente y decidir quién será el chivo expiatorio; vínculos del policía encarcelado con colegas no encarcelados en los que, entre otras cosas, se reconoce sobre un Proyecto FG —¿quizá Francisco González?— que se realizaron 7.150 horas de vigilancia a “objetivos en movimiento” y 7.480 a “objetivos fijos”: vehículos, domicilios… naturalmente, sin permiso judicial. Como diría un experto: “Aquí hay tomate”.

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