Una lección pausada sobre la malaria

Pedro Alonso, responsable de la lucha contra la malaria de la OMS, y un documental incrustado en el reportaje, explica lo que es la enfermedad y cómo se transmite

Un programa que empieza a las 23.30 un día de diario y que, por el canal que lo emite (La 2), no aspira a reventar las audiencias puede permitirse ser todo lo didáctico que quiera. Probablemente deba serlo cuando se trata de informar sobre una de las enfermedades más extendidas (200 millones de casos al año) y letales (600.000 muertes, la mayoría niños): la malaria. El reportaje de Crónicas cumplió, en ese sentido, su cometido: un repaso extensivo del pasado, presente y futuro de la enfermedad.
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Un programa que empieza a las 23.30 un día de diario y que, por el canal que lo emite (La 2), no aspira a reventar las audiencias puede permitirse ser todo lo didáctico que quiera. Probablemente deba serlo cuando se trata de informar sobre una de las enfermedades más extendidas (200 millones de casos al año) y letales (600.000 muertes, la mayoría niños): la malaria. El reportaje de Crónicas cumplió, en ese sentido, su cometido: un repaso extensivo del pasado, presente y futuro de la enfermedad.

Era complicado el equilibrio entre tantos elementos. La excusa para la historia parece ser el nombramiento de Pedro Alonso como responsable de la lucha contra la malaria de la OMS. Él mismo, junto a un pequeño documental incrustado en el reportaje, explica lo que es la enfermedad y cómo se transmite.

La cuestión del idioma en una enfermedad africana —pese a doblajes y subtítulos, nada queda mejor en televisión que alguien que hable con su propio acento— se solucionó rápidamente con el testimonio de dos inmigrantes hispanoparlantes.

Además, el programa contó con un potente archivo, con impresionantes imágenes de hace poco más de medio siglo de España, cuando el país eliminó las fiebres tercianas y cuartanas, el nombre local de la malaria. Con esta baza se contó con la fuerza testimonial del blanco y negro. Todo eso se enriqueció con imágenes de África, coloristas y atractivas y no demasiado dramáticas, lo que dio un conjunto con un poco de todo para interesar.

El resultado son 45 minutos completos, pero que terminan con una sensación agridulce. Pese a los esfuerzos de todos por dar esperanzas, al final el propio Alonso reconoce que, de momento, las mosquiteras son la herramienta de prevención más eficaz. Los desarrollos científicos son todos prometedores, pero a medio plazo (Alonso habla de empezar a plantearse la erradicación de la malaria en 2020). Es el campanazo final que era imposible que tuviera el reportaje: haber podido dar una noticia definitivamente positiva. Sirva, por lo menos, para animar en esa dirección.

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