La digitalización reduce a su mínimo histórico las fugas de agua de la red de suministro urbano
Las pérdidas han bajado un 30% en solo tres años, según los últimos datos del sector, que también muestran que el consumo medio de los hogares ha disminuido a 121 litros por habitante y día
En apenas tres años, las fugas de agua en las redes urbanas del país se han reducido casi un tercio, según una actualización que acaba de conocerse. Si en 2022 estas pérdidas representaban el 14,5% del suministro, la última estimación baja ahora este porcentaje al 10,1%. Este es uno de los resultados más llamativos del XVIII Estudio Nacional de Suministro de Agua Potable y Saneamiento en España 2025, presentado este miércoles por la Asociación Española del Agua Urbana (Daquas), un trabajo bienal realizado a partir de encuestas a entidades que representan a 1.784 municipios del país.
Según este informe, el año pasado el volumen de agua no registrada, que incluye tanto las pérdidas aparentes (por errores de medición y fraudes) como las reales (por roturas y fallos en las tuberías), fue del 19%, cinco puntos menos que en 2020 y muy por debajo de los datos de 1990, cuando llegaba al 32% del suministro urbano. En el caso de las pérdidas reales, por fugas, el porcentaje llega a ese 10,1%, marcando un mínimo histórico.
Como señala Jesús Maza, presidente de Daquas, la principal explicación de esta mejora es la digitalización de los servicios urbanos, dado que permiten monitorear de forma constante la red de suministro y detectar de forma rápida cambios en el consumo. “Los procesos de digitalización dan como consecuencia un mayor control de lo que está sucediendo; al tener todas las redes sectorizadas y más o menos metidas en sistemas referenciales, se pueden tomar medidas y reducir las fugas”, detalla.
Esta organización de las empresas suministradoras se muestra cauta y considera que habrá que comprobar si esta bajada se consolida en la próxima actualización de 2027, sobre todo, en las poblaciones de menos de 2.000 habitantes. Pero al mismo tiempo espera una evolución positiva de los datos en los próximos años, como consecuencia justamente de la digitación. “Aunque hay que seguir insistiendo en la renovación de las redes”, incide Maza. “La digitalización nos permite saber lo que está pasando, no es más que eso, tú llenas el ecosistema de maquinitas y sabes lo que ocurre, pero si no tomas medidas complementarias no sirve para nada”, recalca.
Este nuevo estudio de Daquas también aporta datos interesantes sobre el agua que llega hoy en día a los municipios españoles. De media, un 65% procede de ríos y embalses, un 25% de los recursos subterráneos y un 10% de desaladoras (promedio resultante de los porcentajes muy superiores suministrados a localidades junto al mar). La dotación total que llega a las zonas urbanas es de 224 litros por habitante y día, 77 litros menos que en 2007. Y de esta cantidad, el 66% va a los hogares, el 20% a las industrias y el 14% a comercios, oficinas y otros consumo municipales.
Si nos centramos en el agua que sale de los grifos de las casas, el consumo doméstico actual es de 121 litros por habitante y día, 41 litros menos que en 2006. Del mismo modo, siempre según los datos de Daquas, el precio medio de lo suministrado a los hogares se sitúa en 2,23 €/m³(sin IVA). De esta cantidad, 1,29 €/m³ (el 58%) corresponden al servicio de abastecimiento y 0,94 €/m³ (el 42%) al servicio de saneamiento.
Según esta organización, que asegura que los precios por este bien básico en España siguen muy lejos de llegar a cubrir el coste de los servicios como exige la legislación europea, simplemente por lo que se paga por un refresco en el país una familia de tres miembros puede consumir agua para todos durante dos días y medio.
Para el presidente de Daquas, “la tarifa sigue siendo la asignatura pendiente, pues estamos casi en el 40% de la media europea y el problema es que no contempla la variable inversión. Contempla el coste directo del agua, pero no la inversión, la renovación de redes, sobre todo las infraestructuras que tenemos que poner en marcha como consecuencia de lo que nos viene de Europa en los próximos años”.
Según la organización que representa, a pesar de ser uno de los países europeos con mayor escasez en recursos hídricos, la incidencia de la factura del agua en el presupuesto familiar es del 0,84%, muy por debajo del 3% marcado por la ONU como cifra límite de asequibilidad del Derecho Humano al Agua, para abastecimiento.
En lo que respecta al aprovechamiento de las aguas residuales, el estudio también incide en que el año pasado se depuraron 735 hectómetros cúbicos (hm³) con calidad para ser reutilizados, en la actualidad esto supone el 18,7% del agua suministrada. De esta cantidad, el estudio distingue la reutilización directa de 303 hm³, que fueron usados en la agricultura (31,1%), en la limpieza de alcantarillado y el baldeo de calles (31%), en la industria (20,5%), en el riego de jardines y zonas de ocio (11%), y en la recarga de acuíferos (6,4%). Y la reutilización indirecta de 432 hm³, aprovechados en la agricultura (69%) y usos ambientales (31%).