Namibia sacrificará 723 ejemplares de elefantes, cebras y búfalos para alimentar a la población afectada por la sequía

El Gobierno anuncia que la medida pretende también reducir los encuentros potencialmente peligrosos entre humanos y animales, que se acercan a las zonas habitadas en busca de pasto y agua

Elefantes y jirafas junto a los restos de un elefante muerto en el Parque Nacional de Hwange, en Zimbabue el pasado mes de agosto.Philimon Bulawayo (REUTERS)

El Gobierno de Namibia hizo público el pasado 26 de agosto un plan para sacrificar 723 animales salvajes, entre ellos 300 cebras, 83 elefantes y 30 hipopótamos, cuya carne se destinará a alimentar a la población afectada por la fuerte sequía que sufre este país africano desde hace un año. Con esta medida se pretende también reducir el riesgo de encuentro potencialmente pe...

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El Gobierno de Namibia hizo público el pasado 26 de agosto un plan para sacrificar 723 animales salvajes, entre ellos 300 cebras, 83 elefantes y 30 hipopótamos, cuya carne se destinará a alimentar a la población afectada por la fuerte sequía que sufre este país africano desde hace un año. Con esta medida se pretende también reducir el riesgo de encuentro potencialmente peligrosos entre humanos y animales, que se acercan a zonas habitadas en busca de pasto y agua, recursos que escasean por la falta de precipitaciones. “Con la severa situación de sequía en el país, se espera un incremento de los conflictos si no se interviene”, informó el Ministerio de Medio Ambiente en un comunicado.

Los 83 elefantes que serán abatidos se reparten por 29 áreas comunales de todo el país, mientras que el resto de animales se encuentran en cinco parques nacionales. En todas estas zonas hay “un número sostenible de ejemplares”, según Medio Ambiente. Además de las 300 cebras, 83 elefantes y los 30 hipopótamos, también se sacrificarán 60 búfalos, 50 impalas, 100 ñúes azules y 100 antílopes. La carne procedente de todos ellos se destinará al programa de alivio de la sequía puesto en marcha por el Gobierno namibio, lo que contribuirá “a la nutrición y reducción de la pobreza de la población”, explica el comunicado.

El Ejecutivo ha encargado el sacrificio de los animales a cazadores profesionales contratados por el Ministerio. Hasta el lunes 26 de agosto se habían abatido ya 157 animales de diferentes especies, lo que había permitido el reparto de 56.875 kilogramos de carne de caza. El Gobierno namibio recuerda que no es la primera vez que hace algo similar y que desde hace años aporta este alimento a celebraciones de distinta índole. Al mismo tiempo, confirma la total prohibición de la caza descontrolada. “La caza furtiva, entre otras formas de delitos contra la vida silvestre, comprometerá los beneficios que se pretenden obtener con nuestra conservación”, explica el Ministerio de Medio Ambiente.

“Esta actuación es necesaria y es coherente con el mandato constitucional de usar nuestros recursos naturales en beneficio de los ciudadanos. También es un excelente ejemplo de que la conservación de la caza es realmente beneficiosa. Estamos felices de poder ayudar al país en este momento tan difícil y cuando es absolutamente necesario. Los namibios no solo se benefician con la carne proporcionada para aliviar la sequía, sino que el ministerio ha suministrado carne durante años para eventos nacionales, regionales y tradicionales de acuerdo con nuestras políticas y leyes. Los beneficios de la carne de caza también se extienden a las comunidades en áreas rurales, especialmente a las que se encuentran en zonas de conservación”, asegura el comunicado.

En mayo pasado, el Gobierno namibio declaró el estado de emergencia por la peor sequía del último siglo, provocada principalmente por el impacto del fenómeno de El Niño. Aunque según la asociación científica World Weather Atribution (WWA) no se ha podido demostrar la relación directa de este episodio con el cambio climático, una investigación conducida en 2020 por la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unido ya reveló que el calentamiento global por los gases de efecto invernadero iba a intensificar los eventos extremos de El Niño, como las sequías y las lluvias torrenciales.

En todo caso, esta sequía ha empujado a casi la mitad de los habitantes de este país africano, unos 1,4 millones de personas, a una situación de inseguridad alimentaria en su fase tres o de crisis, según la clasificación integrada en fases (CIF) usada por los organismos internacionales. Por ello, el Ejecutivo aprobó un plan de asistencia dirigido a 331.000 hogares por un valor de 40 millones de euros al que el Ministerio de Medio Ambiente pretende contribuir con miles de kilos de carne de caza.

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Toda África austral está afectada por la sequía. En junio, el Programa Mundial de Alimentos calculó que unos 30 millones de personas necesitaban ayuda urgente. En agosto, los jefes de Estado de la Comunidad de Desarrollo de África Meridional se reunieron en Harare y elevaron esa cifra a 68 millones de damnificados, el 17% de la población de la región. Zimbabue, Zambia y Malaui también han declarado el estado de desastre nacional.

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