La venta de bicis vuelve a caer y el sector lo atribuye a la falta de apoyo a la movilidad sostenible

La explosión de nuevas bicicletas que se vivió en 2020 y 2021 se frena, aunque siguen creciendo las eléctricas, muy usadas para desplazamientos al trabajo. Transportes trabajará con Hacienda para elaborar una propuesta de reducción del IVA a las bicis

Un usuario mira bicicletas en Bicis Txofi, en Getxo (Vizcaya), el pasado miércoles.Fernando Domingo-Aldama

La venta de bicicletas en España —que batió récords en 2020 y 2021 impulsada por los nuevos carriles y el interés por el deporte al aire libre— cae por segundo año consecutivo, y el sector lo atribuye a la falta de apoyo de las administraciones a las medidas para impulsar la movilidad sostenible. En 2023 se vendieron 1,22 millones de bicis, un 10% menos que el año anterior, ...

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La venta de bicicletas en España —que batió récords en 2020 y 2021 impulsada por los nuevos carriles y el interés por el deporte al aire libre— cae por segundo año consecutivo, y el sector lo atribuye a la falta de apoyo de las administraciones a las medidas para impulsar la movilidad sostenible. En 2023 se vendieron 1,22 millones de bicis, un 10% menos que el año anterior, y lejos de los 1,5 millones de los dos años con restricciones, según los datos publicados este viernes por la Asociación de Marcas y Bicicletas de España (AMBE), la patronal del sector. Sin embargo, y pese al contexto de inflación, siguen creciendo las bicis eléctricas, muy usadas para desplazamientos diarios al trabajo o a los estudios. El Ministerio de Transportes confirma que trabajará con el de Hacienda para elaborar una propuesta de reducción del IVA a las bicis.

“En 2020 y 2021 se despacharon muchísimas más bicis que la tendencia histórica, y eso tiene un impacto en la demanda a futuro, porque quien ya tiene una bici nueva tarda un tiempo en comprar otra”, apunta Jesús Freire, secretario general de AMBE. “Además, en esos años vimos muchas políticas que favorecían a la bicicleta como carriles bici temporales, el anuncio de las zonas de bajas emisiones… Pero con el tiempo, ese impulso se ha ido relajando, las zonas de bajas emisiones no terminan de llegar, incluso algunas ciudades han eliminado carriles bici. Las administraciones pueden hacer mucho más para que la demanda aumente”, prosigue.

Coincide Manuel Marsilio, director general de la Confederación de la Industria Ciclista Europea (Conebi): “El cambio de paradigma en la movilidad podía haber sido más efectivo en muchos países. Está claro que la industria de la bicicleta es fundamental para pedir a las autoridades que no se pierda tiempo en la necesaria y urgente transición hacia una movilidad más sostenible”. Y añade: “La disminución de las ventas se está dando en toda Europa y tiene varios motivos, entre ellos los problemas de suministro que hubo durante la pandemia y las ventas récord de esos años. Tenemos gran confianza en que vuelva a crecer en los próximos años”.

Laura Vergara, gerente de la Coordinadora en defensa de la Bici (Conbici), pone la nota optimista: “Es cierto que se han perdido muchas oportunidades tras la pandemia, pero todavía estamos en el periodo de ejecución de los fondos Next Generation, que va a ser el mayor esfuerzo inversor de las grandes ciudades en infraestructura ciclista, y en el fomento del cicloturismo. Además, se puede estar dando también un proceso de recuperación de bicicletas antiguas para hacer frente a la inflación. Que se frene la venta no implica que no crezca el uso”. El último Barómetro de la Bicicleta, publicado en 2022, mostró un gran crecimiento en el uso —los ciclistas habituales pasaron de ocho a 11 millones en cuatro años—, pero el siguiente no estará listo hasta finales de este año.

De vuelta a las cifras de AMBE, si en 2022 los españoles compraron 1,35 millones de velocípedos, el año siguiente fueron 1,22 millones (un 10% menos), con una facturación de 2.475 millones (un 8,79% menos). A pesar de la reducción en las ventas, la producción de bicicletas en España registró su tercer mejor año de la serie histórica, con 301.100 bicicletas producidas por valor de 245,5 millones de euros en 2023, y con niveles de empleo similares a los del ejercicio anterior. En comparación con 2019 —último año prepandemia—, la facturación del sector de la bicicleta en España en 2023 fue un 32,3% superior al año de referencia previo a la pandemia.

Por categorías, descienden las bicis de montaña (un 23%) y las urbanas (un 17,5%), aunque siguen creciendo las eléctricas (un 2,2%), superando las 241.000. “La bicicleta eléctrica es el vehículo eléctrico más vendido en España y además sigue teniendo mucho margen de crecimiento. Este tipo de bicis tienen un componente de movilidad diaria, suelen usarse para ir al trabajo, a los centros de estudio o a otras obligaciones, por la capacidad que tienen para hacer desplazamientos más largos, en orografías más complicadas, y por permitir llevar niños o carga. Para las familias son una apuesta muy positiva”, señala Freire.

Apuesta por las bicis de carga

Por primera vez, la patronal da datos sobre bicicletas de cargo, aquellas que pueden usarse para mover mercancías o llevar a varias personas: en el último año se compraron 2.500, la gran mayoría, eléctricas. “Estamos esperando que el próximo Plan Moves incluya este tipo de ayudas. En Alemania pusieron una ayuda de hasta 6.000 euros por vehículo y ha sido una auténtica explosión: vendieron 165.000 en 2022 y otras 189.000 en 2023. Muchas son para empresas que sustituyen así coches”. En España hay subvenciones estatales para quien compra un coche eléctrico, pero no para quien adquiere una bici eléctrica. Por ahora, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía del Ministerio para la Transición Ecológica no confirma cómo serán las nuevas ayudas, ni si incluirán esta medida.

Tienda de bicis Txofi, en Getxo (Vizcaya), este miércoles. Fernando Domingo-Aldama

Vergara, de ConBici, confía en que las futuras zonas de bajas emisiones impulsen una movilidad más limpia, donde las bicis de carga pueden jugar un papel clave: “Las restricciones a los vehículos contaminantes pueden hacer que más gente se fije en las bicis de carga, que son capaces de sustituir coches y furgonetas de una forma más limpia y mucho más barata”.

¿Qué más se puede hacer? Freire responde: “Los ayuntamientos tienen que construir más carriles bici y aparcamientos para bicicletas junto a colegios y equipamientos públicos y privados”. Además, “faltan ayudas a la compra de bicis, eléctricas o no; se puede plantear una bajada del IVA al 10% para las bicis, como ya ha hecho Portugal [y prometió el PSOE en 2018]; y se pueden poner incentivos fiscales para empresas que adquieran bicis en leasing [una modalidad que permite alquilar la bici por una pequeña cantidad mensual y, al final del periodo, comprarla mucho más barata]: en Alemania se aplicó y han vendido más de un millón de bicicletas con este formato”. Otra idea es pagar a quien vaya al trabajo pedaleando.

Álvaro Fernández Heredia, secretario general de Movilidad Sostenible del Ministerio de Transportes, ha recogido el guante durante la presentación del informe: “En cuanto a la reducción del IVA, vamos a trabajar con el Ministerio de Hacienda, es un tema complicado pero vamos a elaborar una propuesta para hacerlo. También estamos trabajando en la fiscalidad del ride-to-work [en bici al trabajo]: ya hay una deducción del IRPF de hasta 139 euros al mes para quien usa transporte público, el problema es cómo demostrar ante Hacienda los kilómetros que se han hecho en bici”. Además, “hemos hablado con el IDAE para que en el próximo Moves se incluyan las bicicletas y las bicicletas eléctricas, que deberían tener una subvención mayor que la que tienen los coches”, ha finalizado.

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