Más dolencias y muertes por calor, incendios, sequías y parásitos: la crisis climática golpea más la salud del sur de Europa
El calentamiento global se ceba también en mayor medida con las mujeres y los grupos de población más desfavorecidos
Los efectos negativos del cambio climático sobre la salud están aumentando en Europa, advierte este lunes un amplio grupo de científicos en un informe que analiza decenas de indicadores para llegar hasta esa conclusión. Así está ocurriendo con el incremento de las muertes relacionadas con el calor o con la mejora de las condiciones para patógenos y vectores de dolencias sensibles al clima, como Vibrio, virus del Nilo Occidental, dengue, chikungunya, Zika, malaria y leishmaniasis, lo que está causando que aumenten l...
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Los efectos negativos del cambio climático sobre la salud están aumentando en Europa, advierte este lunes un amplio grupo de científicos en un informe que analiza decenas de indicadores para llegar hasta esa conclusión. Así está ocurriendo con el incremento de las muertes relacionadas con el calor o con la mejora de las condiciones para patógenos y vectores de dolencias sensibles al clima, como Vibrio, virus del Nilo Occidental, dengue, chikungunya, Zika, malaria y leishmaniasis, lo que está causando que aumenten los contagios en Europa. Pero la distribución del problema no es igual en todo el continente: la población del sur de la región está sufriendo más los impactos de esta crisis, advierten también los especialistas que se han encargado de realizar esta investigación, que se publica en la revista The Lancet Public Health. Tampoco es igual dentro de cada país: los grupos más desfavorecidos padecen más los efectos negativos, y la mortalidad por las altas temperaturas es dos veces mayor en las mujeres que en los hombres, según recoge el estudio.
Abordar la crisis climática como un problema de salud pública resulta básico para poder afrontar las consecuencias de un calentamiento que está haciendo que se convierta en normal que se rompan todos los récords de temperaturas día sí y día también (el pasado abril fue el abril más cálido jamás registrado en el planeta; y lleva ocurriendo lo mismo los últimos 11 meses). Relacionar cambio climático y salud es lo que hacen desde hace años un grupo de científicos internacionales agrupados en la iniciativa The Lancet Countdown, vinculada a la revista The Lancet y que analiza varias decenas de indicadores de salud y calentamiento global en todo el mundo. Además, desde hace un par de años, se publica una edición europea, que es la que se presenta este lunes.
“Nuestro informe proporciona pruebas sobre los alarmantes aumentos de los impactos relacionados con el clima en toda Europa, incluidos los incrementos de la mortalidad relacionada con el calor, las enfermedades infecciosas emergentes, los cambios en las temporadas de polen alergénico, el aumento de la sequía, la inseguridad alimentaria y la escasez de agua”, sostiene Rachel Lowe, directora The Lancet Countdown en Europa.
Este año han participado 69 expertos y se centran en 42 indicadores que monitorean los impactos del cambio climático en la salud, además de otras variables como las políticas de lucha contra las emisiones de gases de efecto invernadero (responsables de esta crisis). El informe ha sido liderado por el Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS) y colaboran 40 instituciones de toda Europa.
El estudio hace hincapié en esta edición en el “agravamiento” de las “desigualdades sanitarias” en un mundo cada vez “más cálido”. “Estos impactos interrelacionados sobre la salud tienden a distribuirse de forma desigual entre las poblaciones debido a diferencias en la exposición, la sensibilidad y la capacidad de adaptación, que a menudo reflejan patrones interconectados de desarrollo socioeconómico y marginación, así como patrones históricos y actuales de desigualdad”, se indica en el informe. “Las poblaciones más afectadas suelen ser las menos responsables y las que tienen menos probabilidades de ser reconocidas o de que se les dé prioridad”, añade.
Geográficamente, “el sur de Europa tiende a verse más afectado por las enfermedades relacionadas con el calor, los incendios forestales, la inseguridad alimentaria, la sequía y la leishmaniasis”. Por ejemplo, mientras que en el sur y el este de la región se ha detectado un aumento de las sequías, en el norte se están reduciendo.
“Dentro de los países”, añade el informe, “los indicadores muestran impactos diferenciados entre los grupos de riesgo social; por ejemplo, las diferencias en la mortalidad relacionada con el calor entre mujeres y hombres, lo que hace hincapié en que las desigualdades deben reconocerse en el diseño y la implementación de estrategias de adaptación al cambio climático”. “Los hogares con bajos ingresos tuvieron una probabilidad sustancialmente mayor de sufrir inseguridad alimentaria”, se añade en el informe, donde también se resalta que “las muertes atribuibles a una dieta desequilibrada fueron mayores entre las mujeres”. En resumen, “las minorías étnicas y las poblaciones indígenas, las comunidades con bajos ingresos, los emigrantes y desplazados, las minorías sexuales y de género, y las mujeres embarazadas y parturientas tienden a verse más gravemente afectadas por los efectos del clima sobre la salud”, advierten los autores.
Diferencias por género
El informe contiene en este sentido un dato llamativo: “la mortalidad relacionada con el calor es dos veces mayor en las mujeres que en los hombres”. ¿Y a qué se debe esta diferencia por género? “La evidencia sugiere que esto puede ser una interacción de factores biológicos y socioconductuales”, responde Lowe. “Las disparidades de género pueden explicarse por las diferencias en cuanto a la pérdida de calor del cuerpo y las tasas máximas de sudoración, la tensión cardiovascular, la relación superficie/masa y que las mujeres tienden a tener temperaturas centrales más altas después de la ovulación”, añade esta experta. “Además, las mujeres tienden a vivir más tiempo, lo que explica una mayor mortalidad a edades más avanzadas”. Por último, esta investigadora recuerda que “los factores sociales y de comportamiento, como vivir solo, los niveles de actividad doméstica y las diferencias de ingresos, también pueden influir en esta dinámica”.
En cualquier caso, la directora de The Lancet Countdown en Europa sostiene que “se necesita más investigación para comprender los mecanismos en juego”. Hacia ese mismo lugar apunta el estudio cuando resalta la “importancia de realizar investigaciones más sólidas para profundizar en los efectos desiguales del cambio climático sobre la salud” en general. Eso ayudará, según resaltan los autores de la investigación, a poner en marcha medidas de protección sanitaria necesarias para todas las poblaciones que resulten realmente efectivas.
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