Las multinacionales que ya reducen los vuelos de sus empleados por el cambio climático

La clasificación Travel Smart analiza 328 grandes empresas y señala que el 85% no cuentan con planes creíbles para disminuir o sustituir los aviones por trenes o teletrabajo, pero algunas compañías marcan ya el camino de la descarbonización

Varios viajeros se disponen a tomar un vuelo de negocios, en una imagen de archivo.AzmanJaka (Getty Images)

La aviación, la forma de transporte más contaminante, no ha dejado de crecer tras la pandemia: en España, el sector duplicó las emisiones en 2022 —últimos datos disponibles— hasta los 6,96 millones de toneladas de CO₂, según la consultora ambiental ...

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La aviación, la forma de transporte más contaminante, no ha dejado de crecer tras la pandemia: en España, el sector duplicó las emisiones en 2022 —últimos datos disponibles— hasta los 6,96 millones de toneladas de CO₂, según la consultora ambiental Global Factor. Las grandes empresas juegan un papel clave para reducir esta causa de calentamiento global, dado que los vuelos de negocios representan alrededor del 30% de las emisiones de la aviación en Europa, según cálculos de la ONG ambiental Transport & Environment (T&E). La entidad lanza este martes su ranking Travel Smart, que analiza 328 multinacionales de Europa, India y EE UU y señala que el 83% no cuentan con planes creíbles para reducir los vuelos de negocios. Sin embargo, algunas compañías ya han comenzado a reducir los vuelos de sus empleados —para sustituirlos por trenes o reuniones telemáticas— y marcan el camino de la descarbonización frente al cambio climático.

“Esta clasificación evalúa a más de 300 corporaciones de tres continentes cuyos empleados más vuelan, por ejemplo las 10 mayores por capitalización bursátil de cada país y las más grandes en términos de empleados”, señala Helena Fortea, de Eco-Union, que forma parte de Travel Smart en España. “Esas empresas se clasifican a partir de una decena de indicadores relacionados con las emisiones de los viajes que se estima que hacen en avión, sus planes de reducción de emisiones y la presentación pública de informes. A partir de ahí se les otorga una nota, de la A —la mejor— a la D”, prosigue.

Tan solo 16 compañías logran una A —cinco más que en la anterior edición—, entre ellas Pfizer, AstraZeneca, HSBC, Ericsson o Mapfre (la única española con buena calificación). ¿Qué están haciendo bien? “La neerlandesa Arcadis propone reducir las emisiones de los viajes aéreos en un 50% por empleado para 2025 respecto a los niveles de 2019 (último año prepandemia), y lo hace escogiendo por defecto el tren para distancias inferiores a 700 kilómetros, con una política de lo virtual primero, con un presupuesto de carbono para viajes internacionales y combinando reuniones para viajar menos, pero con estancias más largas”, dice Fortea.

Otro ejemplo positivo es el de la suiza Swiss Re, que también pretende esa reducción del 50% y cuenta con un panel de control para viajes a tiempo real, que incluye costes, emisiones, y una especie de “impuestos” internos a los vuelos; además, cada unidad de negocio tiene un presupuesto individual de carbono para viajes. En cuanto a Mapfre, se ha marcado un objetivo creíble de reducción de emisiones y pretende reducir los vuelos corporativos.

Las otras 17 empresas españolas evaluadas reciben mala calificación, al igual que ocurrió el año anterior. Telefónica, Indra, Naturgy, ACS, Banco Santander, BBVA, Caixa Bank, Iberdrola, Inditex, Repsol, Abertis, Gestamp, Grifols, Acciona, Técnicas Reunidas y Elecnor quedan en la C, mientras que El Corte Inglés se sitúa en la D. “Esto es una señal preocupante de que la mayoría de las empresas no están actuando lo suficientemente rápido ni demostrando un compromiso genuino para reducir las emisiones de sus viajes aéreos”, dice T&E.

Según el análisis, realizado a partir de los informes anuales de sostenibilidad y de cuestionarios de cambio climático, tan solo 57 de las 328 compañías globales se han fijado objetivos para reducir las emisiones de los viajes de negocios. Mientras, 44 empresas informan del impacto climático total de sus viajes (que incluye emisiones distintas de CO₂), frente a las 40 del año pasado.

Grandes multinacionales

El documento, que se publica por tercer año consecutivo desde 2022, pone el foco en grandes multinacionales como Google, Microsoft, Amazon, Walmart, Johnson & Johnson, Danone o Unilever, que consiguen malas puntuaciones por su reticencia a limitar sus viajes corporativos en avión. Las emisiones de estas 328 multinacionales se mantienen a niveles un 46% inferiores a los de 2019, pero el riesgo es que vuelvan a subir. “Al no establecer objetivos, corren el riesgo de volver rápidamente a los niveles de vuelo anteriores a la covid. [...] Las empresas que no establecen objetivos, como Inditex, Johnson & Johnson y Merck, vuelven a estar cerca de sus niveles de viajes corporativos de 2019″, apunta el documento de T&E. También critica a plataformas como Netflix o Apple, que lanzan mensajes verdes sobre la reducción de emisiones, pero se encuentran entre las 25 empresas que más vuelan a nivel global, y no tienen planes para cambiarlo.

¿Por qué centrarse en las grandes compañías? “Aunque los viajeros frecuentes son menos del 1% de la población, vuelan constantemente, por lo que estimamos que representan cerca del 50% de las emisiones de la aviación. Muchos de ellos realizan viajes de negocios, que suponen un tercio del total de las emisiones. Las empresas tienen que fijar objetivos ambiciosos para liderar el cambio”, dice Fortea.

La campaña pide a estas compañías que reduzcan sus vuelos un 50% respecto a los niveles de 2019. “Los aviones y combustibles cero emisiones no llegarán antes de 2030, por lo que la única forma eficaz de reducir las emisiones es volar menos”, señala. Por eso, exigen sustituirlos por trenes o reuniones telemáticas. Los gobiernos pueden incentivar este cambio mejorando la competitividad del tren, recuperando trenes nocturnos que permiten hacer grandes distancias de noche o subiendo la fiscalidad de los viajes aéreos. “Está demostrado que en rutas tipo Madrid-Barcelona con buen servicio de trenes y frecuencias, casi ocho de cada diez viajeros eligen el tren frente al avión”, resume la portavoz de Eco-union.

Otra idea para impulsar el cambio modal es eliminar los vuelos entre ciudades para los que exista una alternativa ferroviaria rápida y adecuada, tal y como ha hecho Francia al suprimir los trayectos aéreos con una alternativa en tren en menos de dos horas y media. PSOE y Sumar aprobaron hace unos días una proposición no de ley para instar al Gobierno español a hacer lo mismo. El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible está realizando un estudio técnico para analizar si la “racionalización del uso de los vuelos cortos” podría ser una medida que “permita reducir las emisiones del modo aéreo”, aunque también otros posibles impactos de la iniciativa, aunque por ahora no hay ninguna decisión al respecto. En cuanto a los trenes nocturnos, el Ejecutivo rechaza recuperarlos porque “son deficitarios”.

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