La UE se compromete a reducir las emisiones de metano en el sector energético
El acuerdo, que todavía debe ser ratificado por los Estados y la Eurocámara, es una pieza clave para lograr el objetivo europeo de reducir las emisiones de gas de efecto invernadero al menos un 55% para 2030
La Unión Europea ha dado este miércoles un paso más hacia sus objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero al menos un 55% para 2030, el llamado paquete Fit for 55, uno de los grandes pilares del actual mandato en Bruselas. El Consejo de la UE (los Estados) y el Parlamento Europeo han llegado en la noche del martes al miércoles a un acuerdo político para reducir las emisiones de met...
La Unión Europea ha dado este miércoles un paso más hacia sus objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero al menos un 55% para 2030, el llamado paquete Fit for 55, uno de los grandes pilares del actual mandato en Bruselas. El Consejo de la UE (los Estados) y el Parlamento Europeo han llegado en la noche del martes al miércoles a un acuerdo político para reducir las emisiones de metano del sector energético, el segundo mayor responsable del cambio climático tras el dióxido de carbono y un potente contaminante.
“Otro paso importante más en la lucha contra el cambio climático en la UE”, ha celebrado la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera, un acuerdo alcanzado durante la presidencia de turno española del Consejo de la UE. El metano, ha recordado, es responsable de “un tercio del actual calentamiento global”, por lo que su reducción “ayudará a lograr los objetivos climáticos de la UE”, ha subrayado en un comunicado.
El acuerdo, que todavía debe ser ratificado por el Consejo y la Eurocámara antes de poder entrar en vigor, es la primera legislación europea que busca reducir las emisiones de metano y minimizar las fugas de este gas por parte de las compañías de combustibles fósiles que operan en la UE, aunque se espera que la normativa tenga también un impacto más allá de las fronteras europeas.
El reglamento acordado —que una vez aprobado se aplicará directamente en todos los Estados— cubre directamente las emisiones de metano del petróleo, el gas fósil y el carbón, así como del biometano una vez es inyectado en la red de gas.
Obliga a las empresas del sector de combustibles fósiles a “detectar y reparar” las fugas de metano en sus sistemas y a presentar a las autoridades del país europeo en el que operen, en un plazo máximo de nueve meses tras la entrada en vigor de la ley, un “programa de detección y reparación de fugas de metano”, además de comprometerse a realizar una primera ronda de detección y reparaciones de sus plantas en el primer año tras la implementación de la normativa. Cada vez que sea detectada una fuga, los operadores deberán “reparar o reemplazar todos los componentes” responsables de las fugas de metano por encima de ciertos niveles de manera inmediata y no más tarde de cinco días después de la detección del problema.
Las autoridades nacionales deberán realizar “inspecciones periódicas” para verificar el cumplimiento de los nuevos requisitos, que también prohíbe la ventilación y quema de metano desde estaciones de drenaje que liberen este gas a la atmósfera a partir de 2025 y desde los pozos de ventilación para 2027. De igual manera, la nueva normativa obliga a los países a establecer un “inventario” de los pozos y minas inactivos o abandonados, monitorizar sus emisiones y adoptar un plan de mitigación para dichas emisiones “lo antes posible”.
En vista de que la UE importa más del 80% del gas y petróleo que consume, la normativa también prevé introducir, a partir del 1 de enero de 2027, la obligación a los importadores de demostrar que realizan una vigilancia equivalente a la exigida dentro del bloque comunitario. “La extensión a las importaciones” de los nuevos requisitos europeos “tendrá repercusiones en todo el mundo”, ha celebrado una de las ponentes de la Eurocámara, la alemana Jutta Paulus (Los Verdes), para quien, además, “menos emisiones de metano significa una mayor protección y más soberanía energética”.
En cuanto al carbón, el acuerdo prevé que los Veintisiete midan e informen de manera “continua” sobre las emisiones de metano de las minas subterráneas y de superficie y que también se realice un inventario de las minas abandonadas o cerradas en los últimos 70 años y midan sus emisiones, salvo aquellas que lleven sumergidas más de diez años. También la quema y ventilación se prohibirá de forma gradual (2025 y 2027, respectivamente) en las minas de carbón que emitan más de 5 toneladas de metano por kilotón de carbón extraído, cifra que se reducirá a las 3 toneladas de metano por kilotón de carbón a partir de 2031.
La Comisión también ha celebrado la aprobación de una propuesta lanzada hace casi dos años, en diciembre de 2021. “Este acuerdo fundamental nos permitirá afrontar de manera seria las emisiones de gases de efecto invernadero en la UE y más allá”, ha declarado la comisaria de Energía, Kadri Simson, para quien la nueva normativa no solo beneficiará al planeta, sino que “evitará malgastar recursos en mercados de gas globales tensos”. “Es bueno para el planeta y para los consumidores”, ha coincidido el vicepresidente de la Comisión responsable del Pacto Verde, Maros Sefcovic.
El acuerdo se conoce en el mismo día en que Eurostat, la oficina de estadísticas europea, ha informado de una reducción de 5,3% de las emisiones de gases de efecto invernadero en la economía de la UE durante el segundo trimestre del año, en comparación con el mismo periodo de 2022. Una reducción (de 867 millones de toneladas de CO₂ entre abril y junio de 2022 a 821 millones en el mismo plazo en 2023) que no ha afectado a la economía, ya que el PIB de la UE se mantuvo en ese periodo estable, apenas con una variación “muy pequeña” (de 0,05%).
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