Doñana, en riesgo de perder el ‘sello’ verde que otorgan los expertos internacionales de la UICN
Los científicos de la mayor organización ambiental del mundo han certificado el deterioro ecológico de la reserva, que será previsiblemente la primera en el mundo en salir de la lista global de calidad
El deterioro ecológico de Doñana empieza a pasarle factura al parque a escala internacional. El grupo de 10 expertos que ha evaluado la gobernanza y conservación de Doñana para la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) considera que la reserva debe abandonar su lista verde, dado el progresivo declive de su biodiversidad. Los científicos han estudiado durante dos años los 50 indicadores que determinan el estado del parque, y su conclusión es que Doñan...
El deterioro ecológico de Doñana empieza a pasarle factura al parque a escala internacional. El grupo de 10 expertos que ha evaluado la gobernanza y conservación de Doñana para la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) considera que la reserva debe abandonar su lista verde, dado el progresivo declive de su biodiversidad. Los científicos han estudiado durante dos años los 50 indicadores que determinan el estado del parque, y su conclusión es que Doñana no merece contar con este sello de calidad ambiental. La Junta andaluza (PP), que gestiona el espacio protegido, ha presentado hace tres semanas un recurso de última hora para intentar revertir la decisión final del panel de la organización internacional, con sede en Suiza, pero es casi imposible que tenga éxito.
“No tenemos ninguna influencia. Si los expertos concluyen que el sitio no cumple los estándares necesarios, pues Doñana quedará como candidata. Entonces tendremos cinco años para intentar recuperar el nivel y mejorar sus indicadores”, aclara Thierry Lefebvre, responsable del programa de la lista verde de la UICN. Más de 100 países y 1.200 ONG forman la mayor organización ambiental del mundo, que en su lista verde incluye 77 áreas protegidas de 60 países. Doñana será previsiblemente el primer enclave en salir de esta distinción de sostenibilidad, desde su creación hace una década.
Entre 2021 y 2022, los científicos analizaron el estado de conservación de Doñana; el pasado enero entregaron su informe con un suspenso tajante; luego un equipo de verificación externo alemán comprobó que no hay incompatibilidades y que los científicos siguieron el procedimiento establecido; y tras culminarse con éxito este proceso ahora el panel de la UICN deberá pronunciarse en las próximas semanas en base a las conclusiones de los expertos.
Esta decisión será previsiblemente el primer revés oficial de un organismo internacional que sufre el Gobierno andaluz tras reactivar su proposición de ley a través del PP y Vox para aumentar los regadíos de fresas en los alrededores del parque. Hasta ahora todo han sido avisos o declaraciones, pero abandonar la lista verde de la UICN supondría un mazazo y una clara pérdida de prestigio, la evidencia más rotunda de su deterioro ecológico. Está por ver el efecto que tendrá la decisión en el turismo y en la marca Doñana.
En contra de la iniciativa legislativa autonómica ya se han pronunciado la Comisión Europea, que amenazó a España con multas millonarias, la Unesco, que la tiene como Patrimonio de la Humanidad, y 38 instituciones de todo el mundo que investigan y protegen las aves.
En su evaluación para la UICN, los científicos identificaron la iniciativa parlamentaria de la derecha andaluza como un “detonante” que perjudicaba la precaria situación de la reserva, lo que provocó que ni siquiera haya sido necesaria la visita al parque, dados los malos resultados obtenidos en los 50 indicadores que debían puntuar. La decisión es un mal precedente para el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, ya que otros expertos de la propia UICN evalúan la salud de Doñana para la Unesco, que en septiembre decidirá si la incluye como enclave “en peligro”, dentro de su listado de Patrimonio de la Humanidad. El grupo de expertos independientes sobre gestión de áreas protegidas (denominado EAGL) incluye consultores, especialistas de la Comisión Europea, del Gobierno, de Ejecutivo regionales y ONG, que han trabajado de manera altruista para la UICN.
Hace un mes Adelante Andalucía avanzó en el Parlamento andaluz que Doñana saldría en breve de la lista verde, pero el consejero de Sostenibilidad y portavoz de la Junta, Ramón Fernández-Pacheco, aseguró que no era cierto porque el proceso estaba “todavía abierto”, al estar pendiente la visita al parque nacional de los expertos. Sin embargo, meses antes los científicos ya habían aclarado a la consejería que la visita era innecesaria porque el suspenso del parque era rotundo.
El declive de la reserva ha sido provocado por los pozos ilegales de la agricultura intensiva, el turismo y la sequía. El acuífero está sobreexplotado, con su nivel freático por debajo del mínimo histórico; el 59% de las lagunas de mayor tamaño no se inundan desde 2013 y solo el 10% se mantienen en buen estado; y muchas especies de animales y árboles han muerto, entre ellos alcornoques centenarios. Para revertir esta situación crítica, los planes de la dirección del parque dejan mucho que desear, a juicio de los expertos. Junto a Doñana, en España solo está en la lista verde el parque nacional de Sierra Nevada, también evaluado por los científicos y cuyo proceso se espera que culmine este verano con un visto bueno.
En el examen, Doñana solo ha aprobado 17 de los 50 indicadores evaluados (el 34%) que tasan el esfuerzo y logros de la Junta andaluza para cuidar y proteger su naturaleza. Cuatro aspectos forman el test: buena gobernanza, el diseño y la planificación del parque, la administración efectiva y la conservación exitosa. La reserva solo aprueba en el diseño y planificación con un exiguo 54% y suspende en los otros tres aspectos, con un resultado nulo –cero de cinco indicadores– en la conservación exitosa.
“La Administración [la Junta] desarrolla su gestión con gran contradicción acerca del recurso hídrico, ya que no se terminan de establecer los mecanismos suficientes necesarios para intentar frenar y controlar los usos no autorizados que generan efectos negativos sobre los valores e integridad del parque”, subrayaron los científicos sobre las extracciones ilegales de agua que esquilman su acuífero. Los expertos critican la falta de “acciones explícitas” para gestionar las amenazas para conservar especies y ecosistemas característicos, así como planes de acción adecuados.
Este diario ha contactado con el director del parque, Juan Pedro Castellano, para que defienda su gestión pero ha rechazado contestar, y su superior, el consejero Fernández-Pacheco, ha declinado desde el pasado septiembre conceder una entrevista a este diario.
“El estado de Doñana no es para felicitarles [a los gestores del parque], requiere medidas de gobernanza, diseño y planificación, pero también tiene problemas de administración efectiva, eficaz y justa. Los resultados de la conservación también fallan”, resume Javier Zapata, exdirector del programa áreas marinas del organismo de parques nacionales, que ha coordinado la evaluación científica. “Un desastre que demuestra cómo tratamos a la naturaleza. La Tierra puede quedar ahí más o menos yerma, pero se trata de nuestras condiciones como ser humano”, subraya.
Tras presentar el Ministerio para la Transición Ecológica un plan de choque con 356 millones el pasado noviembre, la Junta anunció que preparaba el suyo, pero la promesa se quedó en papel mojado y desde entonces no ha habido propuesta de medidas paliativas para frenar el declive ecológico. Mientras, el punto de no retorno del parque está muy cerca, y de hecho para algunas especies ya ha llegado, confirman los científicos. Si ese punto crítico se alcanza porque las lagunas desaparezcan para siempre, Moreno pasará a la historia como el presidente andaluz que propició la desaparición de este enclave Patrimonio de la Humanidad.
Una de las expertas evaluadoras que pide anonimato, censura: “Lo más frustrante es que los científicos llevan 30 años diciendo que Doñana está mal, pero se tiene que morir el paciente para cambiarle la dieta. Ni en situación extrema se le ha hecho una gestión preventiva o paliativa, solo se ha primado el desarrollo socioeconómico, que es bastante ficticio”.
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