Las ciudades españolas se preparan (unas más que otras) para el calor: toldos, fuentes y refugios climáticos

Los expertos señalan que las urbes deben llevar a cabo transformaciones más profundas para adaptarse al cambio climático: más árboles, agua y vegetación, y menos asfalto

Patio del colegio publico Ermita del Santo en el barrio de Puerta del Ángel, en Madrid, este lunes.Olmo Calvo

Esta semana, todavía en pleno abril, se prevén temperaturas de más de 30° en gran parte de España, que pueden superar los 38° en algunos enclaves de Andalucía. La crisis climática —...

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Esta semana, todavía en pleno abril, se prevén temperaturas de más de 30° en gran parte de España, que pueden superar los 38° en algunos enclaves de Andalucía. La crisis climática —que convirtió el verano pasado en el más cálido jamás registrado en Europa— adelanta cada año la llegada del calor, un problema general en la Península que afecta especialmente a las ciudades. Los expertos advierten de que las urbes deben adaptarse a este contexto con cambios profundos que impliquen más vegetación y menos asfalto, pero por ahora tan solo se dan tímidas medidas e incluso algunos pasos contrarios.

En las metrópolis se produce el efecto isla de calor: el asfalto y hormigón absorben calor durante el día y lo emiten por la noche, haciendo que la temperatura sea mucho más alta que en lugares cercanos donde hay tierra, árboles y plantas. “Además, los edificios impiden también la ventilación, es decir, que corra el aire y el calor escape. Y en las grandes ciudades hay muchos coches circulando y aires acondicionados en marcha, lo que transmite una cantidad tremenda de calorías”, explica Ricardo Torrijo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). El experto señala que, según el sistema de información integrado de calor de EE UU (NIHHIS, por sus siglas en inglés), ese efecto supone de media 1,5° más en zonas urbanas, pero en algunas circunstancias puede llegar incluso a 10°.

En este contexto, es fundamental adaptar los entornos urbanos a un futuro en el que cada vez hará más calor. Para ello, hacen falta más árboles, más agua y menos asfalto, tal y como coinciden en señalar la mayoría de los expertos. “Lo fundamental es plantar árboles, hacerlo en un 30% del espacio urbano podría reducir un tercio los fallecimientos prematuros por el efecto isla de calor”, señala Tamara Iungman, investigadora de ISGlobal, que acaba de publicar un estudio sobre el tema.

“España es de los países europeos con menos porcentaje de árboles en sus ciudades. En su lugar, hay muchas plazas de cemento o de hormigón, sin árboles ni vegetación, y habría que repensarlas”, continúa la investigadora. “Esos espacios públicos ya existen, pero habría que cambiar esas superficies por tierra y vegetación, que reducen el calor. Eso implica costes y mantenimiento para los ayuntamientos, pero los beneficios asociados son mucho mayores, tanto ambientales como de mejora de la salud de la población”, añade.

Júlia López Ventura, directora regional europea de la red de Ciudades C40 —que aglutina a un centenar de capitales para luchar contra el cambio climático—, apunta que ese cambio ha comenzado en algunas urbes: “Hay ciudades españolas que ya están incrementando sus espacios verdes e incluso transformando edificios públicos para que sirvan como refugios climáticos contra el calor, como ha hecho Barcelona”, apunta.

Iungman aporta otras ideas: “Habría que introducir techos y paredes verdes, sobre todo en zonas compactas de las ciudades donde es difícil plantar árboles. Otra propuesta es reemplazar superficies impermeables como el asfalto por otras más permeables, como los adoquines, que dejan filtrar el agua. Pero se está haciendo lo contrario, asfaltar calles que antes tenían adoquines”. Es lo que está ocurriendo, por ejemplo, en el centro de Madrid.

Otras soluciones están en lo más tradicional. “En muchas localidades del sur, desde hace años ponen toldos en las calles estrechas del centro para que la gente pueda pasear, aunque no haya árboles”, apunta López Ventura. Torrijo, de Aemet, coincide: “En España, el urbanismo tradicional en zonas cálidas es muy sabio: casas encaladas de color blanco, patios con fuentes de agua, toldos en calles y plazas... Son buenas ideas para adaptarse al calor”.

La portavoz de C40 señala que Atenas, una capital que suele vivir fuertes episodios térmicos, ha creado un sistema de alertas para avisar a la ciudadanía cuando llega una ola de calor. Así, el Ayuntamiento envía a los ciudadanos mensajes básicos para anunciar que se prevén temperaturas extremas, que no es conveniente salir a la calle en las horas centrales del día y que hay que hidratarse bien. “Es una buena idea para otras ciudades”, resume.

La llegada del primer periodo anormalmente cálido del año es buen momento para ver qué están haciendo algunas de las principales urbes españolas.

Madrid: clases fuera del aula y a la sombra

En la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso anunció el lunes la puesta en marcha de un plan general poco concreto para episodios de altas temperaturas. Para los colegios e institutos públicos de la región (unos 1.500 centros), el plan incluye la posibilidad de adaptar las clases, aunque no detalla cómo. También se recomienda impartir algunas “fuera del aula y a la sombra”, a pesar de que docentes y familias llevan años denunciado que la mayoría de los centros disponen de pocas o ninguna zona sin sol. Otro de los anuncios es la inversión de 1,5 millones de euros para instalar “unidades enfriadoras de suelo” en 31 de las 262 escuelas infantiles públicas de la comunidad, abiertas hasta finales de julio.

Entre el resto de medidas se incluyen adelantar un mes la apertura de las cuatro piscinas públicas de titularidad regional (abrirán el 13 de mayo, después de este episodio), reforzar las plantillas de los hospitales en caso de alerta por altas temperaturas; aumentar las frecuencias en el metro y climatizar el interior de los trenes para que estén entre los 21º y 26º; instalar elementos de protección solar en los espacios abiertos de centros sociosanitarios.

Varias personas pasean por Gran Vía y la plaza de Callao, el lunes en Madrid.Diego Radamés (Europa Press)

Respecto al Ayuntamiento de la capital, una portavoz no ha querido comentar medidas concretas a preguntas de este diario, y ha asegurado que el “el plan” se conocerá “en breve”. El alcalde, José Luis Martínez-Almeida (PP), aseguró el lunes que la delegada de Seguridad y Emergencias, Inmaculada Sanz, llevará el jueves a la Junta de Gobierno un informe sobre las altas temperaturas que se esperan al final de la semana y sobre las medidas que se pueden adoptar desde el Consistorio. Las previsiones indican que este episodio de calor alcanzará precisamente su momento más intenso el jueves y el viernes. Martínez-Almeida ha calificado de “alarmista” a su contrincante de Más Madrid, Rita Maestre, por acusar al Ayuntamiento de falta de previsión, y ha considerado que las temperaturas “pueden ser altas”, pero no serán de un “calor extremo”.

Barcelona: refugios climáticos frente al calor

El Ayuntamiento de Barcelona vuelve a poner a disposición de la ciudadanía, por tercer año, cerca de 200 infraestructuras rebautizadas como “refugios climáticos”, un nombre grandilocuente para unos espacios que no lo son tanto. Se trata de equipamientos municipales y espacios públicos que, según el Consistorio, proveen de “confort térmico” a todo aquel ciudadano que lo necesite: cualquier infraestructura que permita una temperatura menor a 26º. Unos espacios que se encuentran a menos de 10 minutos de la vivienda de cada vecino. En realidad, son bibliotecas, centros cívicos, complejos deportivos y escuelas en los que se permite acceder a los usuarios más acalorados.

Las altas temperaturas no harán ampliar horarios a estas instalaciones, por lo que el refugio climático ya existía mucho antes de que se le rebautizara con ese nombre. También se consideran refugios parques al aire libre (aunque en este caso el control de los grados es imposible). Los parques están 24 horas abiertos, pero las bibliotecas, centros cívicos… mantienen su horario e incluso menos que habitualmente en cuanto empiecen las vacaciones de julio a septiembre de los diferentes trabajadores. Además, el Consistorio prevé movilizar a los trabajadores de emergencias para entregar agua a las personas sin hogar en el momento que las temperaturas superen durante tres días seguidos los 33,5°.

La sequía no impedirá la apertura de las piscinas ya que todas las municipales tenían agua antes de que se decretara la excepcionalidad. Lo que no funcionará este verano son los llamados juegos de agua: las infraestructuras que existen en varios distritos con las que refrescarse a base de chorros de agua en mitad de las plazas. El año pasado, la Generalitat envió 2.500 ventiladores a centros escolares, que han llegado a 141 centros educativos, lo que representa tan solo el 4% del total de casi 3.400 escuelas e institutos públicos.

Valencia: sin medidas concretas para este episodio

En las sucesivas olas de calor de 2022, el Ayuntamiento de Valencia intensificó la vigilancia sobre colectivos en situación de mayor riesgo y su personal realizó rutas específicas para la detección y atención a las personas vulnerables que se encontraban por la calle, con la entrega de recomendaciones y botellines de agua, además de ofrecer cobijo fresco a las personas sin hogar. Cuando el calor aprieta, el Consistorio recomienda hidratarse frecuentemente, evitar la actividad física en las horas de más calor o proteger la vista y cubrirse la cabeza, entre otras.

Ambiente en la playa de Malvarrosa de Valencia, el lunes.José jordán (AFP)

Para el episodio de calor de estos días, el Ayuntamiento de Valencia no ha previsto ninguna actuación específica, porque al ser una ciudad costera se espera que la brisa del mar rebaje las temperaturas. Tampoco la Generalitat Valenciana tiene previsto lanzar ninguna alerta. El Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat sí que mantiene una serie de medidas preventivas ante la alerta estos días: se intensificarán los vuelos de vigilancia en las zonas con nivel de riesgo alto y extremo de incendio y se informará a los ayuntamientos más afectados por el calor.

Sevilla: toldos en el centro y fuentes urbanas

La capital andaluza es una isla de calor sobre el Guadalquivir y ya ha empezado a tomar iniciativas a largo plazo como el uso de materiales de construcción y árboles adaptados al entorno, muros vegetales, entoldado específico, fuentes urbanas... Además, quiere recuperar los arroyos y ríos y generar espacios públicos con más sombra y confort térmico, de la mano de un proyecto de la cátedra de Confort Climático de la Escuela de Arquitectura (ETSA) de la Universidad de Sevilla que se aplicará como proyecto piloto en tres zonas de la ciudad.

Toldos instalados en las calles comerciales del centro de Sevilla para combatir el calor, el día 21.PACO PUENTES

En cuanto al episodio de esta semana, el Ayuntamiento ha empezado a tomar medidas como el adelanto de la colocación de los toldos por las calles del centro, que se ha adelantado un mes ante la subida continua de las temperaturas. Ante la perspectiva de tener una Feria de Abril con temperaturas de agosto, el Consistorio también activó el viernes un dispositivo sanitario para el Real —el recinto donde se instalan las casetas— en el que casi un centenar de profesionales sanitarios y 15 vehículos prestarán especial atención a las contingencias derivadas del calor extremo. También se han reforzado los servicios asistenciales y del control del estado de los caballos que contarán con un segundo abrevadero en la feria. Y se instalará un punto de distribución de agua en la Caseta de Niños Perdidos.

Este año también se repetirá el sistema de alertas y recomendaciones para las personas más vulnerables a través del proyecto proMeteo, que analiza diariamente a través de un algoritmo los episodios de calor y los relaciona con su posible impacto sobre la salud. A través de las redes sociales y su página web, se advierte de la llegada de las olas de calor y se ofrece ayuda e información sobre cómo actuar a los mayores, mujeres embarazadas, niños y el resto de la población.

Bilbao: fuentes provisionales frente al calor

La capital bilbaína ya habilitó el año pasado 130 refugios climáticos frente al calor: se trata de 64 espacios interiores (como mercados, polideportivos y museos climatizados) y otros 66 exteriores (como parques o plazas con sombra) distribuidos a lo largo de toda la ciudad. Según el Consistorio, “son áreas en las que todas las personas pueden permanecer durante el tiempo necesario para descansar y refrescarse en las horas de más calor, amortiguando de esta forma los efectos del calor extremo en sus organismos”. Además, el Ayuntamiento editó un folleto informativo con un mapa en el que se reflejan cada una de las ubicaciones. Todavía no han confirmado si volverán a abrir este año, aunque lo esperado es que lo hagan.

El Consistorio ha anunciado en los últimos días que instalará 10 fuentes provisionales para hacer frente a las altas temperaturas. Estas se sitúan en zonas de mucho tránsito donde no hay ninguna otra en las inmediaciones. Y con estas provisionales se refuerza la red municipal, que tiene unas 500 fuentes por toda la ciudad.

Con información de Beatriz Olaizola (Madrid), Alfonso L. Congostrina (Barcelona), Ferran Bono y Cristina Vázquez (Valencia), Eva Saiz (Sevilla) y Mikel Ormazabal (Bilbao).

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