El calor extremo mata a miles de reses en Kansas

Las altas temperaturas se unieron a una alta humedad y a la ausencia de vientos

Imagen de archivo de una granja de Dodge City, Kansas.Orlin Wagner (AP)

Miles de reses han muerto en Kansas esta semana como consecuencia de la ola de calor que afecta a buena parte de Estados Unidos, según las autoridades locales. Las altas temperaturas se han unido a una fuerte humedad, la ausencia de vientos y probablemente a la falta de agua y cuidados suficientes, según las mismas fuentes. “El Departamento de Salud y Medio Ambiente de Kansas tiene constancia de la muerte de al menos 2.000 reses en el suroeste de Kansas”, ha señalado a EL PAÍS Matthew Lara, director de comunicación del organismo.

Según Lara, ese número se deriva de las peticiones de a...

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Miles de reses han muerto en Kansas esta semana como consecuencia de la ola de calor que afecta a buena parte de Estados Unidos, según las autoridades locales. Las altas temperaturas se han unido a una fuerte humedad, la ausencia de vientos y probablemente a la falta de agua y cuidados suficientes, según las mismas fuentes. “El Departamento de Salud y Medio Ambiente de Kansas tiene constancia de la muerte de al menos 2.000 reses en el suroeste de Kansas”, ha señalado a EL PAÍS Matthew Lara, director de comunicación del organismo.

Según Lara, ese número se deriva de las peticiones de ayuda de los ganaderos que ha recibido su agencia para deshacerse de los restos. Los ganaderos no están obligados a notificar las muertes, así que la cifra podría ser considerablemente mayor. El medio especializado en información ganadera DTN eleva la estimación hasta unas 10.000 muertes, citando a fuentes del sector. La Asociación de Ganaderos de Kansas no facilitó un cálculo propio a preguntas de este diario. DTM señala que la zona más afectada es la del entorno de Ulysses, en el suroeste del Estado.

Kansas, situada casi en el centro geográfico de Estados Unidos, cuenta con unos 2,4 millones de cabezas de ganado, según datos citadas por Reuters. Es el tercer estado ganadero del país, por detrás de Texas y Nebraska. El Estado ha sufrido temperaturas superiores a los 40 grados centígrados esta semana. A eso se ha unido una humedad inusualmente alta y la ausencia de viento, una especie de tormenta perfecta.

En redes sociales circula en los últimos días un vídeo en que se ve a decenas de reses muertas que se ha atribuido reiteradamente al Estado de Kansas, pero EL PAÍS no ha podido comprobar que se corresponda con el episodio actual ni lograr confirmación por parte del Departamento de Salud y Medioambiente ni de la Asociación de Ganaderos de Kansas. “En este momento, no hemos podido verificar que el vídeo sea de Kansas”, ha señalado Lara a EL PAÍS.

Para este fin de semana se esperan también temperaturas de hasta 42 grados, pero las condiciones de humedad y viento serán más favorables, reduciendo el riesgo de muerte de reses. La ola de calor se extenderá por la mayor parte del país.

Los episodios de muertes de reses por calor no son raros en Kansas, aunque el de esta ocasión ha tenido mayores dimensiones. La Asociación de ganaderos de Kansas explica que el control de la temperatura del aire, la humedad, la velocidad del viento y la nubosidad es una parte importante de la gestión del estrés térmico del ganado. Las temperaturas mínimas nocturnas superiores a los 23 grados centígrados no permiten que el ganado se enfríe adecuadamente, lo que requiere una mayor observación y posiblemente una intervención al día siguiente.

Para combatir los efectos del calor se recomienda a los ganaderos modificar los horarios de alimentación, de modo que coman lo más tarde posible y hagan la digestión por la noche, cuando las temperaturas bajan algo más. También se recomienda facilitar el flujo de aire con la acumulación de menos ganado, la eliminación de barreras a la circulación del aire, la instalación de estructuras de sombra y de aspersores y el suministro de agua abundante.

El clima extremo está afectando también a otras zonas de Estados Unidos con fuertes tormentas e inundaciones. El parque nacional de Yellowstone, en los Estados de Wyoming, Montana e Idaho, al noreste del país, ha tenido que ser cerrado tras las riadas e inundaciones provocadas por las lluvias y el rápido deshielo. Las corrientes de agua se han desbordado en numerosos lugares y se han llevado por delante tramos de carreteras y otras infraestructuras.

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