Atención, entra usted en una zona de bajas emisiones: la DGT crea una señal para áreas restringidas
Por ahora solo hay dos espacios en España, en Madrid y Barcelona, en los que no pueden entrar los vehículos más contaminantes, pero en 2023 deberán existir en las ciudades de más de 50.000 habitantes
La Dirección General de Tráfico ha creado una señal para indicar que se entra en una zona de bajas emisiones (ZBE), es decir, un área restringida para los coches más contaminantes. En la actualidad, en España tan solo hay dos de estas zonas, Madrid Central y la ZBE de Barcelona, pero la nueva Ley de Cambio Climático ...
La Dirección General de Tráfico ha creado una señal para indicar que se entra en una zona de bajas emisiones (ZBE), es decir, un área restringida para los coches más contaminantes. En la actualidad, en España tan solo hay dos de estas zonas, Madrid Central y la ZBE de Barcelona, pero la nueva Ley de Cambio Climático obligará a todas las ciudades de más de 50.000 habitantes a contar con una antes de 2023. Sin embargo, el Ministerio de Transición Ecológica todavía tiene que definir qué considera una ZBE, dado que las dos existentes tienen características distintas y además el Ayuntamiento de Madrid va a descafeinar Madrid Central, permitiendo entrar a más coches antiguos al centro de la ciudad.
Las zonas de bajas emisiones son espacios, normalmente situados en el centro de las localidades, a los que no pueden acceder los vehículos más contaminantes, en general los más viejos. En Europa hay más de 300 áreas así, según un recuento de EL PAÍS, incluyendo todas las grandes capitales: Berlín, París, Bruselas, Ámsterdam, Viena, Atenas... Sin embargo, no hay una definición única sobre cuánto espacio deben ocupar, cuáles son los vehículos que hay que excluir de las restricciones o cómo se debe controlar el acceso.
Tanto Madrid como Barcelona cuentan con señales propias en sus áreas de tráfico restringido. Ahora, la DGT ha creado una nueva señalización vertical de fácil identificación que permitirá a los ciudadanos saber que se aproximan o acceden a una ZBE, así como las restricciones de circulación que les afectan. La señal muestra un coche emitiendo humo rodeado por un círculo de prohibido circular, y añade en la parte inferior los distintivos ambientales que sí pueden acceder al área. En la imagen, tiene permitido el acceso los vehículos 0 emisiones, Eco y C, aunque está por ver si las recomendaciones del Ministerio de Transición Ecológica van en el mismo sentido.
En España, la clasificación de los vehículos se realiza según las etiquetas de la DGT, que distinguen varios casos: los coches de gasolina matriculados antes de 2000 y diésel anteriores a 2006 carecen de etiqueta, por lo que en general no pueden acceder a ninguna de estas áreas. La etiqueta B se corresponde con coches de gasolina de entre 2000 y 2006 y diésel de 2006 a 2013. La C, de gasolina posteriores a 2006 y de gasóleo posteriores a 2014. Eco: los híbridos en general. Cero: los eléctricos o los híbridos con una autonomía de más de 40 kilómetros.
Hasta ahora, cada zona de bajas emisiones se ha organizado según su Ayuntamiento. Manuela Carmena aplicó Madrid Central desde finales de 2018 y restringió el área a los vehículos sin etiqueta, salvo que fueran residentes. Los vehículos B y C pueden entrar solo si van a aparcar en cualquier parking de acceso público. Mientras, los Eco y 0 emisiones pueden entrar sin límites y aparcar en toda el área. En Barcelona, en cambio, la ZBE prohíbe desde enero de 2020 a los vehículos sin etiqueta circular por la ciudad y cuatro municipios colindantes. Es, por tanto, más laxa que Madrid Central, pero ocupa un área mucho mayor.
El Ministerio de Transición Ecológica será el encargado de dar pautas comunes para todas las ciudades; de hecho, ya trabajan en unas directrices para el establecimiento de ZBE que facilitarán su desarrollo. De Madrid a Utrera, en España hay casi 150 municipios con más de 50.000 habitantes. Todos ellos tendrán que instalar una de estas áreas antes de 2023, así como algunos municipios de más de 20.000 habitantes cuando se superen los valores límite legales de los contaminantes. “Las ZBE contribuyen tanto a la mejora de la calidad del aire y la salud de los ciudadanos como a la mitigación del cambio climático y la contaminación acústica, y suponen un estímulo para la eficiencia energética del transporte, promoviendo su electrificación”, explica la DGT en su nota.
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