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“Parásitos”: la pluma de principal asesor de Kast genera tensión en la derecha chilena a un mes de la elección

A la reciente arremetida de Evelyn Matthei en contra del republicano, de quien necesita diferenciarse, se suman los coletazos políticos de una dura columna del estratega del partido ultraderechista

Los dardos entre los aspirantes de las derechas solo escalan en la recta final de la campaña presidencial chilena. A Evelyn Matthei, la candidata de Chile Vamos, de la derecha tradicional, le “da miedo” que si el ultraconservador José Antonio Kast llega a La Moneda en 2026 “pueda correr mucho los límites”. Y Kast, mientras llama a la unidad de la oposición, refrenda las duras palabras de su principal asesor estratégico, quien sin nombrarlos directamente acusó de ser “parásitos” del Estado a funcionarios de gobiernos anteriores, incluyendo no explícitamente -pero sin dejar espacio para dudas- a las dos administraciones del expresidente Sebastián Piñera, de la derecha tradicional.

Los dichos de Cristián Valenzuela, director de comunicaciones y brazo derecho de Kast, en el diario La Tercera, generaron un fuerte movimiento en una oposición. Los dirigentes de este sector no han sabido conducir la tensión evidente entre las derechas que, a juicio de analistas cercanos al sector, arriesga sus opciones de volver a La Moneda, pese a contar con un marcado favoritismo en un escenario de segunda vuelta, según la gran mayoría de las encuestas.

Sugerir que en Chile Vamos existen “parásitos” que “drenan” el Estado “y se reparten sus restos como si fuera un botín”, es algo que causó escozor y un alud de críticas en la coalición de Matthei.

“Qué bueno que se pongan nerviosos”, respondió el republicano. Pese a intentar bajar el perfil al debate generado por el texto de su asesor, aseguró que en su partido (Republicano) hay “mucha gente” que trabajó en el Gobierno de Piñera y que no se sintieron afectados, porque todos llegaron allí “por mérito”.

Cuando queda poco más de un mes para las elecciones del 16 de noviembre, las encuestas arrojan que el candidato conservador pasará a segunda vuelta junto a la izquierdista Jeannette Jara. La duda que surge entre los politólogos es si, vista la distancia cada vez mayor entre las dos principales candidaturas de las derechas, serán capaces de trabajar juntas no solo para el balotaje, sino para gobernar el país.

Kast lleva semanas entrampado en su propuesta para realizar un ajuste fiscal de 6.000 millones de dólares en 18 meses, porque no ha logrado detallar dónde haría los recortes. Sí ha dicho que la mitad saldrá de medidas administrativas y la otra mitad requerirá de leyes, como la fusión de ministerios. No solo el oficialismo del Gobierno de Gabriel Boric dice que es “imposible” en el corto plazo, también el exdirector de Presupuestos y el exministro de Hacienda de la segunda Administración de Sebastián Piñera, Matías Acevedo e Ignacio Briones, respectivamente. Una de las principales dudas es si tocará beneficios sociales para lograr el mayúsculo objetivo, de resultar electo. Kast dijo este lunes en el espacio Desde la redacción, de La Tercera, que no se verá afectado ningún programa social, pero tampoco detalló dónde se harán los recortes, además de sacar a los “operadores políticos y apitutados” del Estado y la reducción de compras públicas.

Arturo Squella, presidente de la formación de extrema derecha, aseguró en Canal 13 que, para implementar el recorte de 6.000 millones de dólares, iban a sacar a “operadores” contratados por el Ejecutivo. “Los salarios que dependen del Gobierno central, no del Estado, suman hoy 18 millones de dólares, el reajuste al sector público le cuesta a Chile todos los años 1,8 millones de dólares. Y si se considera los 100.000 funcionarios adicionales que entraron entre 2022 y 2024 y decidimos sacarlos, porque son funcionarios políticos, son 3.000 millones (de ahorro)”, explicó.

El ministro de Hacienda de Boric, Nicolás Grau, desmintió que la Administración de izquierda hubiese contratado a 100.000 funcionarios en dicho periodo. “El incremento de los empleos públicos se dio principalmente en instituciones como los municipios, que son autónomos, así como en trabajadores de la salud o quienes fueron traspasados desde los municipios a los servicios de educación”. Y añadió: “Si se va a echar a los efectivamente contratados [por el Gobierno central], no se ahorrarían más de 200 millones de dólares”.

La molestia de los republicanos ante los cuestionamientos del oficialismo y de Chile Vamos a la viabilidad de su promesa se vio reflejada en la dura columna de Valenzuela. Sus palabras tocaron un fibra en la oposición, donde a casi un mes de las elecciones la tensión entre las dos derechas (Chile Vamos y Republicanos) pone cuesta arriba las pretensiones de Kast de pasar al balotaje en primer lugar, ya que de esa manera queda en una posición más cómoda para negociar los respaldos de la UDI, RN y Evópoli pensando en una segunda vuelta.

Los poco más de 30 días previos a la presidencial encuentran a Kast y Matthei en un escenario marcado por el conflicto entre sus adherentes y con la necesidad de la exministra del Trabajo de Piñera de diferenciarse cada vez más y con mayor claridad de su principal contendor en la oposición.

A pocas hora de encontrarse en un foro empresarial, este lunes Kast dijo que su estratega “no se equivocó” y que si él hubiese escrito la columna hubiese sido “más dura”. Por su parte, Matthei, consultada por cómo se solapan los llamamientos a la unidad por parte de republicanos con las críticas a su coalición, respondió: “No tengo por qué hacerme cargo de los continuos cambios de opinión de los candidatos” y añadió que será la ciudadanía la que debe juzgar los hechos.

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