El reinado de Vidal no tiene fin

Sobre un caballo, coronado y con una espada en ristre, la presentación de Arturo Vidal como refuerzo de Colo Colo a comienzos de la temporada 2024 comenzó al estilo de ‘El Rey’: prometiendo el título de campeón y una buena campaña en Copa Libertadores. Al levantar la Copa en Copiapó, su club le debía casi todos los logros del año. El gol que consagró a los albos fue marcado por el exvolante del Bayern, Barcelona y la Juventus, ratificando todos sus logros.

A los 37 años ya suma 26 títulos y una personalidad reconocida en todo el mundo y que este año pudo lucir más que nunca gracias a una estrecha disputa por el trofeo con el archirrival, la Universidad de Chile, que le permitió desplegar sus mejores atributos en las redes sociales. Polémico, irreverente y provocador, Vidal se convirtió en permanente protagonista del campeonato más espectacular vivido en los últimos años entre los dos equipos más populares del país.

Para subrayar su leyenda, seis días antes de marcar el gol en Copiapó, Vidal enfrentó un hecho policial que pudo cambiarle la vida. Encabezando el festejo con sus compañeros en una discoteca de Vitacura, Vidal no sólo fue uno de los denunciados por un supuesto abuso sexual, sino que protagonista de un polémico video donde se le observa cuestionando los procedimientos policiales que pretendía hacerle un control de identidad.

Tal cual aconteció en la Copa América del 2015, que la selección le ganó a la Argentina de Messi pocos días después de que el jugador hubiera chocado su Ferrari en estado de ebriedad, otra vez el escándalo ni lo rozó. Por el contrario, volvió a resaltar una personalidad que parece resistir cualquier embate.

En proceso de renovación de su contrato, nada podría cuestionar la intención de ‘El Rey’ de jugar “varias temporadas más”, como lo ha repetido en los últimos días. Aunque, claro, ahora nuevamente está considerado en las nóminas de Ricardo Gareca, el adiestrador de la selección, con el cual tiene un duro enfrentamiento., pero terminó por doblarle la mano.

Apasionante, espectacular y polémico, el torneo chileno culmina con una final electrizante y una enorme y gran conclusión: el Rey Arturo gobierna sin contrapesos en el fútbol chileno.