El puente insostenible
¿Hay ocasiones en donde el diálogo se vuelve insostenible? La juventud universitaria chilena no se ha quedado en el silencio y la neutralidad, sobre todo cuando es nuestro país el que alberga la mayor cantidad de palestinos fuera de Medio Oriente
¿Hay ocasiones en donde el diálogo se vuelve insostenible? ¿Cuándo las relaciones deben cortarse si el objetivo es sanar, avanzar? ¿Cuándo el diálogo se convierte en un ciclo repetitivo, sin salida ni solución?
Durante gran parte de mi vida traté de aferrarme a la idea de que todo se podía solucionar con diálogo, hablar las cosas y llegar a un punto de encuentro. Pero, poco a poco, me he dado cuenta que hay situaciones, tragedias que no van a detenerse con una simple conversación, palabras que no detendrán la masacre, cierres de mesa con lo seguimos revisando la próxima semana no salvan a nadie.
Fuerzas israelíes terminaron con la vida de decenas de personas en un lugar que se supone que era un espacio seguro; un campo de refugiados. “Gaza es el infierno en la tierra, las imágenes de anoche en Rafah son una prueba de ello”, publicó la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo pocos minutos después del ataque de fines de mayo. Las imágenes y videos de personas calcinándose vivas, pequeños infantes decapitados, llantos de mujeres abrazando a sus hijas jamás dejarán mi memoria. Jamás dejarán la memoria colectiva de un pueblo que sufre a sus muertos.
No me malinterprete lector; mi solución para enfrentar la violencia no es más violencia; el odio y el levantamiento de armas lo condenaré hasta el último día de mi vida. Sin embargo, ¿qué podemos hacer nosotros, personas, civiles para tomar acción? ¿Generar presión? ¿No quedarnos de brazos cruzados?
Cortar relaciones.
Durante estos últimos meses, universitarios de todo el mundo se han levantado para exigir que sus instituciones educacionales corten relaciones, cesen sus inversiones en el sector privado e instituciones israelíes, en armamentística y empresas que se benefician de la ocupación Palestina. Hemos visto en redes cómo 50 universidades públicas y 27 privadas españolas se posicionaron políticamente al anunciar que cortarán relaciones con las universidades y centros de investigación israelíes que no rechacen las incursiones bélicas en Gaza. Universidades tales como Columbia, Harvard, el MIT, UCLA siguen la misma línea; cada vez más centros de alumnos en todos los continentes del planeta, más jóvenes en todo el mundo que se suman a las exigencias; al alto al fuego.
¿Y qué pasa con Chile? La juventud universitaria chilena no se ha quedado en el silencio y la neutralidad, sobre todo cuando es nuestro país el que alberga la mayor cantidad de palestinos fuera de Medio Oriente. La presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, Catalina Lufín, aseguró que la Facultad de Filosofía de la universidad cortó convenio con la Universidad Hebrea de Jerusalén, convirtiéndose en la primera institución académica en Chile en avanzar con el cese de vínculos israelitas.
El día 27 de mayo de este año, Michel Sabbah, en nombre de Kairos, movimiento que aglutina a todas las iglesias de Tierra Santa, solicitó al rector de la Pontificia Universidad Católica (PUC), Ignacio Sánchez, apoyar las demandas de los estudiantes de dicha casa de estudios y romper los vínculos con las universidades israelíes involucradas en vulneraciones a la legalidad internacional. Sabbah representa la máxima autoridad de la iglesia católica en Tierra Santa, el patriarca latino emérito de Jerusalén. “Una parte significativa del campus de la Universidad Hebrea de Jerusalén ha sido construida sobre las tierras ocupadas del pueblo palestino de Al Essawiya” escribió, también enfatizando que “somos conscientes de que los estudiantes de la PUC están preocupados por el genocidio en curso en Palestina, y ahora es el momento de la verdad para la humanidad. La gente no debe permanecer en silencio, sino actuar”.
Vuelvo a destacar la pregunta del inicio de esta columna: ¿hay ocasiones en donde el diálogo se vuelve insostenible? A mí parecer y la de millones de estudiantes, jóvenes, adultos, abuelos, personas del mundo entero; sí, algunas veces el diálogo no es suficiente.
Es momento de actuar, es momento de cortar relaciones manchadas de dolor, pérdida y sangre.
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