Chile presenta una nota de protesta a Venezuela por las acusaciones del fiscal Tarek William Saab
El venezolano apuntó a la actuación de “cuerpos de inteligencia de Chile y extranjeros” en el crimen del disidente Ronald Ojeda. Boric reclama que “no hay una voluntad adecuada para poder resolver un caso que es tremendamente complejo”
Gabriel Boric ordenó este jueves al ministro de Relaciones Exteriores, Alberto Alberto van Klaveren, que presente una nota de protesta a Venezuela a través de los canales diplomáticos, argumentando que “Chile es un país serio, en donde las instituciones funcionan, en donde hay separación de poderes, y en donde la Fiscalía y el Ministerio Público están llevando una investigación seria, responsable”. La decisión de la máxima autoridad chilena se produce luego de los dichos del fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, en los que apuntó a que el crimen contra el exteniente Ronald Ojeda ―opositor al Gobierno de Nicolás Maduro y refugiado político en Chile, donde fue secuestrado y asesinado en febrero― se trató de una “operación de falsa bandera” tramada por cuerpos de inteligencia chilenos y extranjeros con “intereses espurios”.
Esta noche de jueves la Cancillería chilena ha informado que se concretó la decisión de Boric y se presentó la nota de protesta ante el embajador de Venezuela en Chile, Arévalo Méndez. Casi al mismo tiempo, el fiscal William Saab reiteró en sus críticas y dijo que le investigación que realiza Chile “carece de profesionalismo, carece de elementos de convicción real”.
En una intervención de La Moneda por la tarde, el mandatario chileno aseguró que “los comentarios del fiscal venezolano dan cuenta de que no hay una voluntad adecuada para poder resolver un caso que es tremendamente complejo”. “Nosotros vamos a insistir en todas las instancias, sin ingenuidad, para que esto cambie”, añadió. El presidente chileno dijo que se ejercerán “todos los mecanismos que existen en materia de relaciones exteriores para velar que este crimen atroz no quede en la impunidad y que sea juzgado y sancionado en Chile”. Además, aclaró que “si desde otro organismo, en particular de la Fiscalía venezolana, tienen antecedentes serios, reales, los tienen que poner a disposición de la Fiscalía chilena”. Dejó en claro, como también había manifestado el ministerio de Relaciones Exteriores, que se mantendrán las relaciones diplomáticas con Venezuela.
La máxima autoridad también respondió a las críticas en torno a la “ingenuidad” que ha tenido su Gobierno de esperar la colaboración de Venezuela en el caso de Ronald Ojeda. “Escucho permanentemente declaraciones que pueden ser muy grandilocuentes, pero lo que ha demostrado que funciona es el trabajo serio, el trabajo cuando hay una cooperación bilateral. Y no tengo ninguna duda que cuando se insulta, o se denigra, o se pone en cuestión a las instituciones de nuestro país, nosotros tenemos que responder con mucha claridad y firmeza, como lo ha hecho nuestro canciller, como lo estoy haciendo yo”, aclaró Boric.
De acuerdo al fiscal William Saab, la Constitución de su país prohíbe la extradición de sus connacionales. Boric dijo que el canciller de Chile, a petición del presidente, tiene que “revisar casos que eventualmente hayan sucedido en otros países, donde por ejemplo, la Interpol u otras instancias de cooperación multilateral, puedan también tomar resoluciones y ayudarnos a resolver este caso, porque acá lo importante es que acá se sepa toda la verdad, haya justicia y en eso yo confío plenamente de las instituciones chilenas”. Sobre la investigación en curso manifestó que “lo que nosotros hemos exigido es la colaboración del Gobierno venezolano para atrapar a los delincuentes que asesinaron al señor Ojeda y por lo tanto, eso lo vamos a seguir llevando, tanto a través de las relaciones bilaterales, pero también en instancias multilaterales”.
La declaración realizada por Tarek William Saab choca con la del fiscal chileno Héctor Barros, quien señaló el pasado abril que la principal hebra de investigación del crimen cometido en Santiago de Chile indica que hubo un móvil político y que se organizó desde Venezuela.
Ronald Ojeda, de 32 años, vivía en el piso 14 de un edificio en el municipio de Independencia de Santiago de Chile junto a su esposa y su pequeño hijo. Fue secuestrado a las 3.10 de la madrugada del 21 de febrero por tres sujetos con las caras tapadas y con falsos uniformes de la Policía de Investigaciones de Chile (PDI), quienes lo sacaron en ropa interior. Un cuarto aguardó en la conserjería y, al menos uno, un joven venezolano de 17 años, el único detenido en Chile, prestó colaboración. Todo quedó registrado en un vi tdeo del edificio.
El secuestro ha sido considerado inusual por la forma en que se cometió: con sujetos vestidos de policía, con ingreso de madrugada a un departamento y sin que se pidiera rescate. Son al menos tres elementos que se diferencian del modus operandi que ha tenido el Tren de Aragua cuando ha cometido este mismo delito en Chile. Pero coincide en la forma en que fue sepultado el cadáver, pues en el extremo norte chileno hay entierros similares bajo cemento.
La nueva polémica en torno al crimen de Ojeda, cuyo cuerpo fue hallado el 2 de marzo enterrado bajo cemento dentro de una maleta, llega una semana después de que el fiscal William Saab enviara a dos fiscales a Santiago para recabar información del caso, que solo fueron recibidos por el responsable de las relaciones internacionales en la Fiscalía: no se les permitió el acceso a la carpeta investigativa ni a ningún elemento relativo a la pesquisa, según la Administración de izquierdas.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS Chile y reciba todas las claves informativas de la actualidad del país.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.