Enterrados y vivos y tapados con cemento: los últimos dos homicidios que impactan al norte de Chile
Los cadáveres fueron desenterrados el 25 de mayo en Arica, en el extremo norte del país. Doce días después, el fiscal ha imputado los crímenes al clan ‘Los Gallegos’, el brazo armado de la megabanda venezolana Tren de Aragua
Lo que era una sospecha, ha sido confirmada. La Fiscalía regional de Arica, región ubicada en el extremo norte de Chile, ha informado que los cadáveres de dos hombres que fueron desenterrados el pasado 25 de mayo, en el sector de cerro Chuño de la ciudad por la Policía de Investigaciones (PDI) y el Servicio Médico Legal (SML), fueron sepultados vivos y luego tapados con cemento. Las víctimas habrían sido asesinadas en diciembre del año pasado y serán identificadas a través de pruebas de ADN debido al mal estado de sus restos.
Las pericias revelaron que las víctimas, que no serían de nacionalidad chilena, estaban envueltas en bolsas de plástico y que murieron por asfixia por obstrucción, pues fueron enterradas con vida bajo un metro de profundidad. La unidad de análisis criminal de la Fiscalía de Arica imputó este doble crimen a miembros del clan Los Gallegos, un grupo considerado como brazo operativo en Arica de la organización venezolana el Tren de Aragua, que opera desde hace aproximadamente tres años en distintas regiones de Chile (entre ellas Tarapacá, también ubicada en el norte del país).
La Fiscalía regional de Arica, que lidera el fiscal Mario Carrera, investiga hace al menos un año a Los Gallegos por distintos delitos, como homicidios, trata de personas, tráfico de drogas y de armas, extorsiones y amenazas. De esa banda, 45 de sus miembros se encuentran en prisión preventiva.
Junto con la revelación de las circunstancias de la muerte de las dos víctimas en el cerro Chuño, la fiscalía y la PDI esclarecieron otro doble homicidio que también ha sido atribuido a la misma organización criminal y que fue perpetrado en mayo del año pasado. En este caso, un ciudadano venezolano fue acribillado en la calle, mientras que un chileno murió pocos metros más allá por dos disparos.
De acuerdo con cifras de la Fiscalía de Arica, entre enero y junio de 2022 en la región hubo 23 homicidios, la mayor parte de ellos ha sido atribuido al crimen organizado, pues fueron cometidos con armas de fuego y en la vía pública, mientras que las víctimas en su mayoría fueron ciudadanos extranjeros.
A la misma fecha de 2023, los asesinatos han bajado a 12: 10 perpetrados en las calles y dos al interior de la cárcel. A diferencia del año pasado, la mayoría de las víctimas eran chilenas y sus homicidios no han sido ligados por la fiscalía al crimen organizado.
El fiscal Carrera ha dicho que la disminución de los homicidios a la mitad, comparados a la misma fecha del 2022, tienen una razón: “Nuestra tesis es que esta baja considerable se debe a que la mayoría de los imputados de Los Gallegos están privados de libertad y que, precisamente, esta agrupación fue la responsable de gran parte de los crímenes del año anterior”.
Chile, sin embargo, en seis años, entre 2016 y 2022, ha subido su tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes de 3,6 a 7 puntos, el doble. La mayoría de ellos ha sido perpetrado con armas de fuego, una situación que el fiscal nacional, Ángel Valencia, ha atribuido a un avance inédito del crimen organizado, al punto que, a fines de marzo pasado, el país sudamericano aprobó por primera vez en su historia una ley especial para combatirlo.
Hace dos semanas, Valencia viajó a Italia junto a Ignacio Castillo, director de la unidad de crimen organizado de la Fiscalía nacional chilena, para conocer el modelo antimafia de ese país y buscar experiencias que puedan, eventualmente, aplicarse en Chile. En Roma participó en el foro Lucha contra el crimen organizado, donde expuso ante autoridades europeas sobre la situación de su país y mencionó al Tren de Aragua.
“Inevitablemente, algunas bandas criminales que tienen origen en Venezuela han empezado a operar en Chile. Una de ellas es el Tren de Aragua. Hemos enfrentado un desafío que no tenía precedentes en la historia republicana. Pasamos de enfrentar bandas de delincuentes comunes, que tienen el control del microtráfico en ciertos vecindarios, que quizás tenían la capacidad de producir operaciones de exportación de drogas que se producían en otras tierras, desde nuestro país al mundo desarrollado, a ver el esfuerzo de estas otras bandas por tomar el control territorial de cierto espacio que antiguamente lo ocupaba la delincuencia común”, dijo Valencia ante una audiencia de policías y fiscales europeos.
“Hay más homicidios con imputado desconocidos (no se sabe quiénes son) y más homicidios con arma de fuego. Además, hay antecedentes evidentes que dan cuenta que en Chile están empezando a operar sicarios, cosa que no ocurría hace 10 años. El gran volumen de estos nuevos homicidios corresponden a ajustes de cuentas o a lucha por control territorial de parte de bandas que responden al crimen organizado directamente o que se han desprendido de ellas”, agregó.
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