Tironi: “La transición generacional que se ha producido en la política chilena no se ha dado en la empresa”

El sociólogo analiza el discurso de Gabriel Boric ante el sector privado en Enade y advierte que una reforma al sistema político, que busca el Gobierno chileno, no es “una bala de plata”

Eugenio Tironi.Editorial Planeta

Inmediatamente después del discurso del presidente Gabriel Boric en el Encuentro Nacional de Empresas (Enade), una de las citas más importantes de Chile entre los políticos y el sector privado, el sociólogo chileno Eugenio Tironi repasa este jueves los temas que dominaron la jornada, celebrando la apuesta del mandatario por inyectar optimismo al ambiente que, según su análisis, contrastó fuertemente con el discurso oficial de los gremios, “que fue tan...

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Inmediatamente después del discurso del presidente Gabriel Boric en el Encuentro Nacional de Empresas (Enade), una de las citas más importantes de Chile entre los políticos y el sector privado, el sociólogo chileno Eugenio Tironi repasa este jueves los temas que dominaron la jornada, celebrando la apuesta del mandatario por inyectar optimismo al ambiente que, según su análisis, contrastó fuertemente con el discurso oficial de los gremios, “que fue tan catastrofista”. Aclara, eso sí, el buen tono de las palabras de Karen Thal, presidenta del Instituto Chileno de Administración Racional de Empresas (Icare), lo que no vio, por ejemplo, en las de Ricardo Mewes, presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), una de las principales gremiales.

Pregunta. ¿Cuál es su lectura del discurso del presidente Boric?

Respuesta. Hay una suerte de convergencia entre su trayectoria vital –un tipo joven, innovador, creador de empresas políticas, así lo dijo, audaz, rebelde– y un poco el ethos empresarial o el ethos que uno esperaría del mundo empresarial, que no siempre se ve reflejado en su directorio o en su discurso público. Creo que el presidente le estuvo hablando a una nueva generación empresarial que todavía no emerge con fuerza en Chile, pero que debería emerger. Sobre todo con estas oportunidades que está ofreciendo la minería, el litio, la economía verde, la innovación, que hoy día está trayendo muchos más recursos. Fue una buena apuesta la que hizo y el contraste fue muy grande con el discurso oficial de los gremios, que fue tan catastrofista.

P. ¿Califica por igual los discursos de Karen Thal y Ricardo Mewes?

R. No, el de Karen Thal estuvo muy bueno porque creó un cierto clima, puso un tono que fue muy bueno. Pero no corresponde venir a este lugar, frente al club de Polo, a que alguien le haga a uno la lista de los problemas que tiene Chile y decírselos al presidente de la República.

P. Se refiere al de Mewes...

R. Sí. Chuta, todos sabemos los problemas, todos tenemos dolor por eso y hay que tener sentido de a nombre de quién está hablando y él está hablando a nombre del empresariado. Me pareció un poco chocante, pero creo que el presidente lo tomó muy bien. Yo creo que Boric reinstaló un mínimo optimismo que sin optimismo no hay apuestas empresariales. También reinstaló la idea de establecer puentes, confianzas, lo que no era evidente dado que, como él mismo comentó, venimos de semanas donde los tiros por ambos lados estaban un poquito como Israel en Gaza.

P. ¿Qué cree que generó ese ambiente tan crispado en la previa?

R. Creo que hay algo de jueguito de poker siempre antes de las Enade. Fue muy importante lo que el presidente mencionó sobre lo que salió en las memorias de las empresas, que fueron en un tono bastante pesimista. Revelan un estado de ánimo re negativo. Re negativo. Creo que el presidente tiene el deber de contrastar eso con algunos logros y reinstalar un mínimo de clima positivo, porque sin eso no hay inversión, no hay crecimiento.

P. El presidente de la CPC decía que su deber es ser realista y que hay muchas empresas que han quebrado y todavía falta recuperar empleos a niveles pre pandemia

R. Sí, de acuerdo, las empresas han estado ajustadas, lo han pasado mal. Pero hoy día se está mirando que se está sacando un poquito la cabeza del agua, entonces cuando se saca un poquito la cabeza del agua hay que respirar y celebrar un poco. Cada uno aquí cumple su papel.

P. Parece haber buen recibimiento de ambos lados ante el anuncio del presidente de impulsar una reforma al sistema político en lo que queda de su periodo.

R. Eso fue un punto importante del anuncio del presidente, porque se armó una polémica que era un poquito falsa. No creo que sea la bala de plata, porque hoy día hay una tendencia del mundo de la economía y de la empresa de depositar la esperanza y la culpa de todos sus problemas a la política. Es un poco el tono del discurso que escuchamos de Mewes. O sea, como que con otro tipo de autoridad política esto sería un paraíso, volveríamos al oasis.

P. Con otro Congreso también: Mewes habló de la falta de acuerdos...

R. Y con otro Congreso, pero el problema es que uno se queja de que no hay acuerdos, pero no hay acuerdos que le gusten a uno. Ese es el problema. Y el problema por lo cual no hay acuerdos, como han dicho muchos expertos, no es únicamente la fragmentación. Se debe a que no hay acuerdos porque hay posiciones distintas. No es que con esta reforma al sistema político se vaya a producir una magia. Y durante la época de los 30 años de la Concertación se produjeron acuerdos porque hubo convergencias sustanciales, no simplemente por la magia del sistema político, el binominal. Hay una tendencia de los economistas y de los empresarios hoy día de transferir a veces responsabilidades propias al mundo político. Y a veces también ocurre recíprocamente, pero es más lo primero.

P. ¿Cuando son responsabilidades de ellos?

R. Claro, creo que nadie puede armar una empresa con un discurso pesimista. Es juntar a un grupo de personas a que creen algo, tratar de conseguir inversiones, permisos... Eso requiere una fe en el proyecto, una fe en sí mismo, una confianza. Incluso pasarse algunas películas, eso es lo que dice Kahneman. Sin una falacia de creer que uno puede conseguir más de lo que realmente puede conseguir uno no hace un proyecto, no hace una empresa, tampoco hace un país.

P. Ellos, los empresarios, son muy críticos del tema de la permisología, que sí depende de las leyes.

R. Sí, estoy de acuerdo. La permisología es un problema. Se ha venido engrosando el Estado, se ha hecho cada vez más obeso, con muchas reparticiones que se duplican, reparticiones que están formadas además por funcionarios cada vez más empoderados, con mejor formación, que reclaman soberanía, que no están dispuestos a subordinarse al poder de sus interlocutores. Entonces, esto ha creado realmente un problema. Ha creado literalmente una burocracia técnica. Pero no podemos decir que eso sea la causa de los problemas que tenemos de inversión. Es un factor que influye, pero no es la causa. Nosotros en otros períodos de la historia de Chile, quizás no teníamos problemas con los permisos, pero teníamos problemas de infraestructura, de técnicos, de ingeniería, de capital gigantesco, y se lograron hacer grandes proyectos. Hoy día todos esos problemas los tenemos resueltos, tenemos problemas en la cosa de permisología, pero yo no exageraría tampoco la nota.

P. ¿Y cuál cree que es la causa o las causas?

R. Digamos que el tema de la permisología influye, influye mucho este ambiente que hay negativo. Que es más negativo en las élites que en la población, si uno ve las encuestas. También que, si uno observa, nuestras empresas siguen gobernadas por una generación mayor. Y, por tanto, nosotros, los mayores, somos melancólicos respecto del pasado y creemos que el presente es peor que lo que es el pasado y que el futuro es más amenazante de lo que realmente es. Yo creo que esa transición generacional que se ha dado en la política no se ha dado en la empresa.

P. ¿No se ha dado en el sector privado esa transición generacional?

R. A su nivel ejecutivo sí, pero no al nivel de su conducción estratégica. Nosotros necesitamos ahí un remezón. En los años 90, por ejemplo, hubo muchas empresas que se internacionalizaron. Hoy día no tenemos eso, todo lo contrario, las empresas se han vendido a extranjeros. Eso no tiene nada que ver con la regulación, tiene que ver con el empuje no más. Los que eran los jaguares de esa época hoy día son gatitos de salón. Creo que hay un problema de empuje generacional, que tuvimos en los 90, y que dio lugar a las grandes a estas multilatinas chilenas, que hoy día no lo estamos teniendo.

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