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10 claves políticas del plebiscito en Chile

El Gobierno de Boric no celebra, pero respira aliviado, y en las derechas comienza una guerra intestina por la hegemonía

Partidarios del voto en contra del cambio de Constitución celebran los resultados del plebiscito en Santiago.Foto: AILEN DÍAZ (EFE) | Vídeo: EPV
Rocío Montes

El plebiscito constitucional de este domingo en Chile no ha definido la estabilidad del país y, según algunos analistas, como Carlos Peña, había poco o nada en juego. Pero ha removido el tablero político.

Estas son las claves de los resultados de este referéndum:

Gana el voto en contra por un amplio margen

Finalmente, 11 puntos separaron a una opción de otra: la alternativa en contra alcanzó un 55%, mientras el voto a favor aglutinó a un 44%. Es una brecha grande. Aunque en el anterior plebiscito se echó abajo la propuesta de la convención por un 62% contra un 38%, en las derechas se reconocía en los días previos que una diferencia mayor a 10 puntos en este referéndum era considerada muy amplia. En definitiva, el voto en contra ganó muy holgadamente.

Alta participación

El voto obligatorio, que se repuso hace dos elecciones, ha empujado la alta participación, que en este plebiscito llegó a un 84%. Es una cifra similar al plebiscito de salida del primer proceso constitucional de septiembre de 2022 y a la elección de mayo pasado del Consejo Constitucional.

Más votos nulos y blancos que en el plebiscito anterior

En la elección del Consejo Constitucional de mayo pasado, se registró un récord histórico de votos nulos y blancos, con un 21%. Pero en este plebiscito disminuyó: llegó a un 5%. Los electores, por lo tanto, tomaron la decisión de pronunciarse sobre alguna de las dos alternativas de la papeleta. Fue, en todo caso, el doble que en el plebiscito de salida anterior de septiembre de 2022, cuando los nulos y blancos alcanzaron un 2,14%.

Kast comparece sin la derecha tradicional

El Partido Republicano protagonizó este proceso constitucional, aunque nunca estuvo por cambiar la Constitución vigente de 1980. Su líder, José Antonio Kast, anunció el 3 de octubre su decisión de trabajar a favor de que se aprobara el texto y prometió “dar vuelta” los resultados adversos que le daban las encuestas. Por lo tanto, la derrota de la opción en contra afecta de lleno a esta fuerza política, aunque no exime de responsabilidades a la derecha tradicional. La pasada noche, al reconocer su derrota, Kast no se presentó con la derecha histórica agrupada en Chile Vamos, sino solo con las fuerzas del Partido Republicano. Es una primera muestra de la tensión que comienza a vivir este sector, donde se empieza a librar una lucha por la hegemonía. El Partido Republicano queda, ahora, con un senador y 12 diputados, después de que un sector del partido dejara la fuerza política en medio del proceso constitucional.

Boric no celebra

El presidente de la República, Gabriel Boric, se ha cuidado de comparecer solo desde La Moneda, sin los partidos oficialistas que habían reaccionado antes, y en conjunto, a la victoria del voto en contra. Su discurso no tuvo un tono festivo y aseguró que, tras el resultado, no hay “ni celebración ni arrogancia” y, sobre todo, ratificó la decisión de no insistir en un tercer proceso constitucional. Boric habló de que desde la campaña del voto a favor se inventaron noticias falsas y que incluso se intentó hacer del plebiscito un referéndum sobre el Gobierno, pero que la sociedad dijo no a esa forma de hacer política. En un proceso donde intentó mantener la distancia —aunque era evidente la opción por rechazar el texto—, el presidente puso la mirada en los desafíos pendientes que su Administración tendrá que priorizar desde mañana: crisis de seguridad y la reforma de las pensiones, entre otros.

El presidente de Chile, Gabriel Boric, durante la rueda de prensa tras los resultados.
El presidente de Chile, Gabriel Boric, durante la rueda de prensa tras los resultados.AFP

El oficialismo junto y aliviado

Los 10 partidos oficialistas y la Democracia Cristiana, un partido que no pertenece al Gobierno, pero que rechazó la propuesta de nueva Constitución de las derechas, aparecieron juntos desde la sede del Partido Socialista. Lo hicieron antes que el presidente Boric y, a diferencia del mandatario, hicieron una lectura política más directa hacia la propuesta de las derechas y con un tono más de celebración. “Quedó de manifiesto que la mirada de país y sociedad que ofrecía Kast, los republicanos y la mayoría circunstancial que se generó al inicio del proceso no son la aspiración de las familias chilenas y menos las bases de la construcción de un país en la que todos y todas nos sintamos parte para seguir avanzando”, dijo la presidenta del Partido Socialista, Paulina Vodanovic, una de las líderes de un sector que no puede celebrar. Finalmente, la Constitución que queda es la que tiene su origen en 1980, en la dictadura de Augusto Pinochet, que la izquierda siempre quiso reemplazar por una eleaborada en democracia.

La derecha tradicional apela al cansancio constitucional

El presidente de la UDI, Javier Macaya, una fuerza política de la derecha tradicional, fue uno de los primeros que reconoció la derrota de la opción defendida por su sector político. Lo hizo desde la sede de su fuerza política, en el municipio de Providencia, y además de exigir a las fuerzas de izquierda “no volver a levantar el tema constitucional” tras el triunfo del voto en contra, atribuyó el resultado al “cansancio constitucional”. El líder de la UDI, que fue fundamental en abrir un segundo proceso tras el fiasco del primero, dijo que la UDI hoy dormirá tranquila, en alusión a la forma en que se involucró para sacar adelante la propuesta. Es uno de los asuntos que su partido cuidó: no dejó de involucrarse en la campaña para que los republicanos no le impugnaran responsabilidades en una eventual derrota. No todos, sin embargo, piensan lo mismo: el consejero del Partido Republicano, Luis Silva, criticó a la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei, de la derecha tradicional: “Creo que entró tarde al partido y se demoró en entrar con decisión”.

Este sector político comenzará, desde ahora, a luchar por recuperar la hegemonía en la oposición.

Consenso en el fin del proceso

Tras conocerse el resultado definitivo, existe consenso entre todas las fuerzas políticas en que Chile pone punto y final a sus intentos de cambiar la Constitución actual, porque se reconoce una fatiga constituyente.

Ciudadanos celebran hoy los resultados del plebiscito constitucional, en Santiago.
Ciudadanos celebran hoy los resultados del plebiscito constitucional, en Santiago.JAVIER TORRES (AFP)

Un amplio triunfo del voto en contra en 13 de las 16 regiones

La opción de quienes rechazaron la propuesta de nueva Constitución empujada por las derechas ganó en 13 de las 16 regiones del país, mientras el voto a favor solo triunfó en tres: Maule, Ñuble y La Araucanía, la zona del sur del país azotada por la violencia, donde habitualmente gana la derecha. Con el 76,52% de mesas escrutadas a nivel nacional, el voto en contra se impuso en 213 comunas, mientras que el a favor, en 131.

La derecha de la derecha

El Partido Republicano de Kast terminó quebrado en este intento constitucional, después de que un grupo de militantes de la fuerza política, liderada por el senador Rojo Edwards, renunciara para emprender un proyecto propio de carácter libertario, más a la derecha. No estaban de acuerdo con el intento de cambiar la Constitución actual, rechazaban el proyecto y este domingo, tras conocerse los resultados, han salido a cobrar cuentas: “Los problemas de Chile no son constitucionales; esta mentira hoy quedó enterrada”, dijo el senador anoche.

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Rocío Montes
Es jefa de información de EL PAÍS en Chile. Empezó a trabajar en 2011 como corresponsal en Santiago. Especializada en información política, es coautora del libro 'La historia oculta de la década socialista', sobre los gobiernos de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet. La Academia Chilena de la Lengua la ha premiado por su buen uso del castellano.
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