TV3 desdramatiza el uso del catalán con ‘El llenguado’

El programa, que se estrena hoy, huye del mensaje normativo y apuesta por un tono desenfadado para romper con el mito del catalán como idioma difícil

Yolanda Sey y Guillem Albà, consultando el diccionario del Institut d'Estudis Catalans en el capítulo inaugural de 'El llenguado'.TV3

En pleno debate de si el catalán languidece en los patios de las escuelas o si está sucumbiendo inexorablemente ante el castellano por las oleadas migratorias allende la península que encaja Cataluña, TV-3 estrena hoy en prime-time (22.30 horas) un programa sobre la lengua catalana cuyo título es ya toda una declaración de principios, El llenguado, y que antes de su primera emisión ya lleva la controversia encima. En las redes sociales, solo anunciar el espacio ha sido puesto en cuestión: ¿por qué no se le l...

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En pleno debate de si el catalán languidece en los patios de las escuelas o si está sucumbiendo inexorablemente ante el castellano por las oleadas migratorias allende la península que encaja Cataluña, TV-3 estrena hoy en prime-time (22.30 horas) un programa sobre la lengua catalana cuyo título es ya toda una declaración de principios, El llenguado, y que antes de su primera emisión ya lleva la controversia encima. En las redes sociales, solo anunciar el espacio ha sido puesto en cuestión: ¿por qué no se le llama pelaia (como se conoce ese pescado en el norte) o peluda (en las Terres de l’Ebre)? “Buscábamos un programa desenfadado, divertido, romper el mito del catalán como algo difícil y, sobre todo, intentar desdramatizar la cosa de la extinción de la lengua; y tampoco queríamos hacer las fichas Ruaix”, resume la directora del espacio, Fúlvia Nicolàs, refiriéndose al popular método del sacerdote y gramático Josep Ruaix El català en fitxes.

Llenguado es un castellanismo que fue adaptado hace ya muchísimos años y el juego es evidente”, arguye el lingüista Pau Vidal, que protagoniza la sección El filòleg de guàrdia, y que se estrena respondiendo a esa elección, en acertada intuición de lo que se les venía encima. “Llevamos ya más de 50 años con el bombardeo de lo que es correcto e incorrecto, lo que se puede decir y lo que no; hay que sacarse con urgencia este estigma de encima; corregir tanto siempre es malo, inútil y peligroso para el hablante; corregir mata”, provoca el filólogo, autor de Catanyol.es o El bilingüisme mata y colaborador del suplemento cultural Quadern de EL PAÍS. Esa actitud la resume con el término “neopurismo” y, ante ello, contrapone el espíritu filológico del espacio: “No queremos hacer un programa de combate; queremos sacar el catalán del contexto de esfuerzo, solemnidad y sacrificio…”. ¿Un programa light para un tema heavy? “No, pero, se haga lo que se haga, el sambenito de la laxitud lingüística TV-3 lo tiene para siempre”. En cualquier caso, la Dirección General de Política Lingüística de la Generalitat colabora con el espacio a través de Optimot, su servicio de consultas de lengua.

La estructura de los 10 capítulos de 45 minutos que conforman El llenguado responde plenamente a esa filosofía, empezando por los presentadores, Guillem Albà (actor y clown, que ha conducido ya Catalunya aixeca el teló) y Yolanda Sey (cantante de The Sey Sisters y actriz, en Els Jocs Florals de Canprosa, en el TNC), osonense de raíces africanas que exhibe un bello catalán: “No ha sido pensado, no buscábamos un ejemplo de normalización”, admite Nicolàs, si bien “tiene un efecto secundario y subliminal de que no es obligatorio hablar a la gente de color en castellano”, desliza Vidal.

Cada entrega, en los contenidos, propondrá una pequeña inmersión en temas lingüísticos, tan variopintos como, por ejemplo, cómo hablan los jóvenes, los insultos en la lengua vernácula, qué catalán se usaba en siglos anteriores o quién manda en la normalización de la lengua, lo que dará pie a la intervención tanto de especialistas como de famosos, pero también de usuarios anónimos. Así, en esta primera entrega el eje es el catalán usado en los medios, con caras populares como los periodistas Mònica Terribas y Jordi Basté. En una segunda parte, se viaja por el territorio buscando hablas y palabras; el área de la sierra de la Albera arranca ese ámbito, al que se asomarán también La Franja, el Solsonès (divisoria del catalán oriental y el occidental) o Formentera. Se retoma así, de forma tácita, el espíritu del programa Caçador de paraules, que entre 2007 y 2008 emitió TV3 y descubrió mediáticamente a Roger de Gràcia. En aquel equipo trabajaba Nicolàs, que con El llenguado ha participado ya en una decena de programas, que incluye la dirección de Mestres.

“En la época del Caçador… no se aceptaban tanto los diferentes registros del catalán”, compara Nicolàs, que insiste en que, con el programa, “no queremos decir aquello que es correcto o incorrecto en catalán, no es un espacio normativo”, a pesar de que el programa incluye otra microsección, El mot merdós, donde se analizarán palabras “correctas o no, pero cuyo uso puede generar un poco de rabia porque el idioma tiene otras opciones más ricas o genuinas; de alguna manera es alertar de que el catalán estándar, con su arrogancia, se está comiendo el coloquial”, asegura Vidal. También le quita el filólogo hierro a una de las posibles conclusiones del primer programa: muchas palabras y expresiones catalanas están desapareciendo. “El léxico se cae por las costuras y las del catalán son más anchas, pero está pasando en todas las lenguas, es un fenómeno global, fruto de la vida moderna; hay que ir asumiéndolo”.

En la decena de capítulos previstos no se aborda la salud o el futuro del catalán, así como tampoco se visita ningún famoso patio de escuela, ni área del extrarradio de las grandes ciudades, especialmente de Barcelona. “No queríamos hacer sociolingüística, ni enviar mensaje ideológico o negativo alguno”, insisten la directora y el lingüista, que aseguran que esos aspectos delicados están previstos para una posible segunda temporada que, por el momento, no está planificada. De la primera entrega, sin embargo, como balance le llama la atención “lo vivo que está el catalán fuera del área metropolitana”. Vidal, por su parte, extrae: “Descubres que hay mucha gente que sabe mucho sobre la disciplina de la lengua, pero se les oye poco, y, en cambio, braman los que no tienen ni idea”.

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