Más razón y menos emoción

Lluís Bassets presenta su nuevo libro, ‘La rebelión interminable’, en un debate con Josep Cuní en el que alertan contra el silencio y la división social

Josep Cuní (izq.) y Lluís Bassets en la presentación del libro.joan sánchez

Lo primero que destaca Josep Cuní del nuevo libro de Lluís Bassets es que se trata de un esfuerzo contra la autocensura. “Se trata de oponerse a unas formas de autocensura que derivan de la presión de la propia sociedad, del conformismo de la propia sociedad”, explicó este martes Bassets durante la presentación de La Rebelión interminable (Catarata). La Rebelión interminable es una compilación de artículos que el director de la edición c...

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Lo primero que destaca Josep Cuní del nuevo libro de Lluís Bassets es que se trata de un esfuerzo contra la autocensura. “Se trata de oponerse a unas formas de autocensura que derivan de la presión de la propia sociedad, del conformismo de la propia sociedad”, explicó este martes Bassets durante la presentación de La Rebelión interminable (Catarata). La Rebelión interminable es una compilación de artículos que el director de la edición catalana de EL PAÍS escribió para analizar el procés durante 2017, cuando la tensión era máxima y lo más cómodo era callarse.

Cuní explicó que durante el pasado año, hablando con familias, descubrió que los relaciones entre sus miembros “no se habían roto porque aquello que las podía romper, se obvia. El silencio es una forma de violencia”. Bassets apuntó que uno de los riesgos del presente político es que la sociedad catalana “está muy dividida”: “Estamos perdidos si no aceptamos una sociedad de grises, de matices”. “Menos emoción y más razón, menos fe y más confianza, más Descartes y menos [Jaume] Balmes”, dijo Cuní contraponiendo al filósofo escéptico con el pensador eclesiástico de Vic. Bassets aseguró que la teoría de la “futbolización de la política” es más vigente que nunca: “El juego sucio está bien visto si gana tu equipo”. El periodismo también fue analizado. “La crisis catalana es la crisis del periodismo, en Cataluña y en España, de propaganda disfrazada con épica”, afirmó Cuní, y añadió que periodistas como él se “han sentido desplazados de los unos y de los otros”.

Bassets no duda en el libro en definir la carrera unilateral del independentismo como una rebelión, en su sentido político: “No hay que esforzarse mucho para reconocer que se trata de una rebelión. La lista de desobediencias a los tribunales y, en concreto al Tribunal Constitucional es impresionante”. Fue una rebelión política, según el autor, pero no lo fue según el Código Penal porque no hubo acción violenta. Precisamente sobre la violencia, Bassets se maravilla de que, teniendo en cuenta la historia de España y de Cataluña, el nivel de violencia haya sido mínimo: “La mayor anormalidad de lo sucedido en Cataluña durante 2017 es que unos hechos de tal gravedad y trascendencia se hayan desarrollado con unos niveles tan acotados y mínimos de violencia política, y un uso de la fuerza realmente minimalista, por condenable que sea, por parte del Gobierno español”.

El título del libro se debe a la hipótesis de Bassets según la cual no hay ningún indicio que apunte a que el independentismo haya renunciado a la vía unilateral. Lo más preocupante es que otras admoniciones del autor se han cumplido, como estas líneas escritas el 15 de enero de 2017: “El error estratégico colosal que ha significado el diseño del dichoso choque de trenes sin un cálculo realista de la correlación de fuerzas interna, española e internacional. Solo queda mientras tanto la bala de plata”. La bala de plata era provocar la violencia del Estado para abrir una independencia a lo Kosovo. Esto también lo vaticinó Bassets, en febrero de 2017.

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