La restitución del Govern tampoco llega a los altos cargos

Solo cuatro de los 13 secretarios generales han sido ratificados

Brauli Duart (derecha), en el Parlament.Carles Ribas

La idea del expresidente catalán Carles Puigdemont y su entorno de restituir el Ejecutivo catalán suspendido por el artículo 155 de la Constitución sigue lejos de cumplirse. El propio líder incumplió su promesa de regresar si ganaba las elecciones —corría el riesgo de acabar encarcelado— y, después, varios de sus exconsejeros declinaron repetir cargo. Los cuatro que sí aceptaron se toparon con la negativa del Gobierno central a publicar sus nombramientos. Sin embargo, la bandera de la restitución tampoco llega, de momento, a los altos cargos del Govern. De una cuarentena nombramientos publicad...

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La idea del expresidente catalán Carles Puigdemont y su entorno de restituir el Ejecutivo catalán suspendido por el artículo 155 de la Constitución sigue lejos de cumplirse. El propio líder incumplió su promesa de regresar si ganaba las elecciones —corría el riesgo de acabar encarcelado— y, después, varios de sus exconsejeros declinaron repetir cargo. Los cuatro que sí aceptaron se toparon con la negativa del Gobierno central a publicar sus nombramientos. Sin embargo, la bandera de la restitución tampoco llega, de momento, a los altos cargos del Govern. De una cuarentena nombramientos publicados en los últimos días, solo seis repiten en sus posiciones anteriores.

La intervención del autogobierno en Cataluña se saldó con el cese de todo el Govern. Esto implicó el fin de los contratos de todo el personal eventual de cada consejería, que incluye por ejemplo los jefes de prensa y asesores. El Gobierno selectivamente suspendió, mediante real decreto, a algunos altos cargos, pero evitó desmontar la estructura de la gestión. Los directores generales y los secretarios siguieron llevando el día a día, bajo la tutela del Gobierno central. El entorno de Puidemont, con el presidente Quim Torra a la cabeza, pretendía seguir con el discurso de la vía legitimista y recuperar la mayor parte de esos cargos. 

El portal de la transparencia de la Generalitat publicó el pasado viernes una lista de los 131 altos cargos y 72 eventuales que actualmente están en nómina de la Generalitat. Sin embargo, la fotografía no es correcta, porque aún recoge nombres de personas que han anunciado que se retirarán. Por ejemplo, el de Joan Aregio como secretario de Empresa. O Carles Sala como Secretario de Vivienda.

Además, los altos cargos que repiten no se anuncian y con tan solo una semana de los consejeros al frente de sus departamentos es posible que haya más cambios.

El caso más notable es el de los secretarios generales de los departamentos. Los números dos de las consejerías son personas clave en el día a día de la gestión. De un total de 13 cargos, solo cuatro han sido ratificados. El resto aterrizan en sus nuevas posiciones, aunque la mayoría proviene de otros altos puestos de la Administración. Tal es el caso de Brauli Duart. El ahora secretario general de Interior llega proveniente de la presidencia de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA). Albert Castellanos, por ejemplo, sube de posición dentro de la Vicepresidencia Económica tras dejar de ser el secretario de Hacienda.

Un repaso a las modificaciones en una cuarentena de cargos publicados en el Diario Oficial de la Generalitat (DOGC) de los últimos días muestra cómo se repite la dinámica de movimientos internos dentro del Govern antes que ratificaciones en los cargos. Se pueden contabilizar al menos 38 casos. Por ejemplo, el ex numero dos de Raül Romeva en Asuntos Institucionales y Exteriores sigue en la misma consejería, pero con un cargo más modesto: será el director general de relaciones con el Parlament. O de Ester Obach, que pasa de la secretaria de Administración y Función Pública a ocupar la coordinación interdepartamental. Este cargo era ocupado antes por la nueva consejera de Presidencia, Elsa Artadi.

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Un caso especial es el del Departamento de Enseñanza, ahora en manos de Esquerra Republicana. El cambio de color político en la consejería ha hecho que siete cargos de la cúpula, entre directores y secretarios de áreas como la de políticas educativas o de atención a la familia, haya cambiado. En el otro extremo está Territorio y Sostenibilidad, donde no se espera ningún cambio significativo. Damià Calvet, su responsable, es uno de los mayores defensores del discurso de Puigdemont.

La idea de restitución tampoco ha logrado la vuelta de Josep Lluís Trapero, el mayor de los Mossos d’Esquadra. Este ofrecimiento era una promesa electoral de Junts per Catalunya. El alto cargo de la policía catalana, que está siendo investigado por sedición en la Audiencia Nacional, rechazó el pasado viernes el cargo tras reunirse con Torra y el consejero de Interior Miquel Buch.

Este fracaso se ha visto compensado con dos nombramientos que son vendidos por el Govern como resarcimientos a efectos del 155. Se trata de Antoni Molons, secretario de Comunicación y Medios, y Annabel Marcos, Secretaria de Administración i Función Pública. Molons está siendo investigado por un presunto delito de malversación de fondos por la organización del referéndum. El Gobierno central destituyó a Marcos al conocerse que transportó en su vehículo urnas durante la jornada del 1-O. También se le ha ofrecido al historiador Agustí Colomines volver a dirigir la Escuela de Administración Pública.

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