La Comunidad indemnizará con 735.000 euros a Moralzarzal por la “deficiente ejecución” de unas obras

El Gobierno regional no ha presentado recurso de casación a la sentencia judicial dictada en diciembre

Un operario parchea con arena las juntas de los adoquines en la calle Antón. Ayuntamiento de Moralzarzal

La Comunidad de Madrid indemnizará con 735.000 euros al Ayuntamiento de Moralzarzal por la “deficiente ejecución” de las obras de la avenida de la Salud. La sentencia fue emitida el 29 de diciembre por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, pero contra ella cabía recurso de casación en un plazo de 30 días. El Gobierno regional no lo presentó. Alega que sus servicios jurídicos recomendaron no hacerlo “al entender que conllevaría más gastos para las arcas públicas”. La reso...

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La Comunidad de Madrid indemnizará con 735.000 euros al Ayuntamiento de Moralzarzal por la “deficiente ejecución” de las obras de la avenida de la Salud. La sentencia fue emitida el 29 de diciembre por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, pero contra ella cabía recurso de casación en un plazo de 30 días. El Gobierno regional no lo presentó. Alega que sus servicios jurídicos recomendaron no hacerlo “al entender que conllevaría más gastos para las arcas públicas”. La resolución, por tanto, se ha convertido en firme. El dinero servirá para paliar el desembolso efectuado por el Gobierno municipal (Vecinos por Moralzarzal y PSOE) para retirar el adoquinado y asfaltar la calzada de nuevo.

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En abril de 2010 la Comunidad aprobó incluir en el Plan Regional de Inversiones y Servicios de Madrid (PRISMA) la remodelación de la avenida de la Salud y de la calle Antón, dos kilómetros de calzadas que atraviesan el municipio (12.500 habitantes). Las obras fueron adjudicadas a la empresa pública Arpegio, extinguida en junio de 2016 con pérdidas de 100 millones de euros, y se completaron en abril de 2012. Los trabajos consistieron en cambiar el asfalto de las calles por adoquines. Solo unos meses más tarde, en agosto, el Ayuntamiento de Moralzarzal, gobernado entonces por el PP, trasladó a Arpegio las primeras deficiencias, pero no fue hasta agosto de 2015, con el nuevo Gobierno municipal, cuando se llevó el caso a los tribunales, reclamándose una indemnización en concepto de responsabilidad patrimonial.

Un informe técnico municipal fechado en enero de 2014 indica que los daños no se detuvieron, sino que aumentaron “de forma exponencial”. Y continúa: “Las patologías van a generar en breve plazo la toma de medidas urgentes para asegurar la seguridad de vehículos y personas porque evoluciona hacía el colapso”. En el documento se hace mención a problemas concretos como deformaciones generalizadas, rotaciones de adoquines, traslaciones y hundimientos, que se vinculan al “cambio de la sección de pavimento, al cambio transversal entre calzada y acerado y a la modificación del grosor del adoquín”. Un portavoz del Gobierno regional reconoce que existieron problemas “de pura concepción técnica”, mientras que un portavoz municipal duda de que colocar adoquines en las calles principales fuese una buena idea: “Pasan 80 autobuses diarios y más de mil coches y camiones pesados”.

Nuevas obras

“Nos reunimos varias veces con la directora general de Administración Local en la Comunidad para encontrar una solución a una mala elección y una posterior mala ejecución de la obra. Lamentablemente no se nos ofreció ninguna solución. En Arpegio ni nos quisieron recibir”, afirma Juan Carlos Rodríguez Osuna (Vecinos por Moralzarzal), alcalde del municipio desde verano de 2015. En su opinión, la arteria principal de la localidad estuvo “abandonada durante años por el PP”. E insiste: “No me explico cómo no se actuó desde el primer momento con contundencia reclamando su arreglo. Quizás fue para no molestar”. Desde el PP explican que su partido, el mismo que gobierna la Comunidad, fue el primero en denunciar las deficiencias.

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La degradación de los adoquines ha supuesto un doble desembolso económico al Ayuntamiento. Por una parte, ha tenido que hacer frente a reclamaciones por daños patrimoniales (cuya cuantía no especifica) y, por otra, ha debido acometer una nueva remodelación de las calzadas afectadas. En esta ocasión se ha realizado la tarea inversa: cambiar los adoquines por asfalto. También se ha rebajado la rasante de la calzada cinco centímetros y se han recrecido las aceras 15 centímetros para potenciar la seguridad de los peatones. Las obras, con un coste de 500.000 euros, comenzaron en noviembre y acaban de culminarse. De hecho, ambas calles se abrieron por completo el 15 de marzo.

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