Hamburguesas sin prejuicios

Pikda apuesta por una versión 'gourmet' y a la parrilla de este popular plato

Una de las hamburguesas de Pikda.

Pikda abre con la parrilla como bandera. Es de carbón de encina y el eje de su carta, donde destacan las hamburguesas, a las que han puesto el apellido gourmet y que sirven con patatas fritas tradicionales o gajo, cortadas y peladas a mano. “Están elaboradas con carne 100% vacuno procedente de las mejores reses de la cornisa cantábrica y las servimos en pan briocheo de cristal, de masa madre y de fermentación lenta”, explican desde el restaurante (situado en la calle de Narváez, 45; www.pikda.com; unos 20 euros por persona; abierto todos los días), de inspiración industrial....

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Pikda abre con la parrilla como bandera. Es de carbón de encina y el eje de su carta, donde destacan las hamburguesas, a las que han puesto el apellido gourmet y que sirven con patatas fritas tradicionales o gajo, cortadas y peladas a mano. “Están elaboradas con carne 100% vacuno procedente de las mejores reses de la cornisa cantábrica y las servimos en pan briocheo de cristal, de masa madre y de fermentación lenta”, explican desde el restaurante (situado en la calle de Narváez, 45; www.pikda.com; unos 20 euros por persona; abierto todos los días), de inspiración industrial.

Una de las estrellas entre las propuestas es la contundente Matadero, un homenaje a la capital dentro de su carta; lleva queso cheddar, bacon crujiente, cebolla caramelizada, huevo frito, brotes verdes y salsa barbacoa al Jack Daniel’s. También ofrecen una hamburguesa de chuletón madurado (la 7 Estrellas). Y para los que quieran hacer détox tras la Navidad, o no coman carne, una vegetariana (Prado, con champiñón portobello al grill en pan de cristal, queso azul, rúcula y tempura de manzana verde). También se puede diseñar una hamburguesa a la carta.

“Seleccionamos diariamente los productos con los que trabajamos”, cuenta Antonio Suárez, impulsor de este local, junto a Israel Gueimonde y César Álvarez. Pikda no tiene más pretensión que dar de comer bien a un precio asequible. Y lo consigue. Además de las hamburguesas, ofrecen una serie de platos perfectos para compartir: totopos, alitas de pollo de corral, carpaccio de buey marinado con lima, burratina a la trufa con inyección de pesto de albahaca, ensalada Kaiser con croutons o berenjenas en tempura. Los postres no defraudan, desde el cheescake deconstruido hasta el (delicioso) tiramisú de la casa. Todo sabe bien en Pikda. Y su naturalidad y espontaneidad lo hacen aún más agradable.

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