Polos con clase

Nordikos, en la calle del Pez, ofrece helados gourmet con ingredientes de alta calidad y sin conservantes ni colorantes

Polos gourmet de Nordikos.Carlos Rosillo

Cuando Vanessa Fabiano y Jacob Gotfredsen se trasladaron a Madrid comenzaron a echar de menos los polos que se tomaban en Copenhague, donde la pareja había vivido cinco años. “Nos dimos cuenta de que no se conocían los sabores de la cocina nórdica más allá de la alta gastronomía [como Noma, que aunque ahora ha cerrado, fue considerado el mejor restaurante del mundo varios años]”, cuenta Fabiano, “nos planteamos traer esos sabores, esos productos y queríamos que fueran accesibles”. Siguiendo esa inquietud, hace un mes abrieron Nordikos (Pez, 2; de 12.00 a 00.00), local especializado en “polos g...

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En tres ideas

Lo mejor… El intenso sabor de todos sus polos y la originalidad de su cuidada propuesta.

Lo peor… Que alguien oiga la palabra polo y, cargado de prejuicios, no se acerque a probarlos
Ideal para ir con… Cualquiera al que le gusten los helados o los nostálgicos que disfrutan con un polo con su palito de madera de toda la vida.

Cuando Vanessa Fabiano y Jacob Gotfredsen se trasladaron a Madrid comenzaron a echar de menos los polos que se tomaban en Copenhague, donde la pareja había vivido cinco años. “Nos dimos cuenta de que no se conocían los sabores de la cocina nórdica más allá de la alta gastronomía [como Noma, que aunque ahora ha cerrado, fue considerado el mejor restaurante del mundo varios años]”, cuenta Fabiano, “nos planteamos traer esos sabores, esos productos y queríamos que fueran accesibles”. Siguiendo esa inquietud, hace un mes abrieron Nordikos (Pez, 2; de 12.00 a 00.00), local especializado en “polos gourmet”.

“Elaboramos cada día todos los polos a mano, sin conservantes ni colorantes y con ingredientes de alta calidad, muchos de ellos ecológicos o silvestres”, continúa Fabiano. Así surgen sus cuidadas creaciones de “con productos bajos en grasa, con muchas vitaminas, antioxidantes, hierro… Además de que son saludables y artesanales, en Nordikos aportamos sabores genuinos que aquí no se conocen tanto”, añade.

Hace referencia al espino amarillo, a los arándano o a la mora ártica. Fruto, este último, utilizado durante siglos por los esquimales o los navegantes de los países nórdicos para evitar el escorbuto debido a su alto contenido de vitamina C. En su polo (3 euros cada uno) mezclan la mora ártica con vainilla.

Cada mañana, en la trastienda de este local de Malasaña, con una decoración minimalista, preparan los helados, que ofrecen hasta la medianoche y que también estarán disponibles en invierno. “En los países nórdicos los polos no son estacionales. Además, seguimos incorporando nuevos sabores”, explica Fabiano, “lo que más nos gusta es ver cómo el público descubre sabores que nunca antes había probado o que ni siquiera sabía de su existencia”. A pesar de que acaban de inaugurar, para septiembre ya anuncian novedades: “Hay muchísimos más frutos y combinaciones que podemos hacer”.

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