Valdemoro: un cuatripartito para el corazón de la Púnica

El PSOE recuperará la alcaldía 18 años después gracias a una moción de censura

Serafín Faraldos, candidato a alcalde en la moción.JAIME VILLANUEVA

Una moción de censura convertirá a Serafín Faraldos en el nuevo alcalde de Valdemoro el próximo 14 de julio. La unión de cuatro partidos (PSOE, Ganemos, IU y Proyecto TUD) devolverá la alcaldía a los socialistas tras 18 años en la oposición. Faraldos considera que el cambio es necesario porque en estos dos años “la regeneración ha brillado por su ausencia”. Denuncia bloqueo, oscurantismo y falta de diálogo del Gobierno de Ciudadanos. El aún alcalde, Guillermo Gross, acusa a la oposición de no apoyar sus soluciones porque “solo quieren el sillón”.

Valdemoro (73.000 habitantes) sufrió un seísmo el 27 de octubre de 2014. Ese día estalló Púnica, una trama de corrupción que presuntamente adjudicó contratos por valor de 250 millones de euros a cambio de comisiones ilegales. La localidad fue señalada como el epicentro de una operación que ha llevado a prisión a dos exalcaldes, ambos del PP: José Carlos Boza (2011-2014) y Francisco Granados (1999-2003). Los populares perdieron la may...

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Valdemoro (73.000 habitantes) sufrió un seísmo el 27 de octubre de 2014. Ese día estalló Púnica, una trama de corrupción que presuntamente adjudicó contratos por valor de 250 millones de euros a cambio de comisiones ilegales. La localidad fue señalada como el epicentro de una operación que ha llevado a prisión a dos exalcaldes, ambos del PP: José Carlos Boza (2011-2014) y Francisco Granados (1999-2003). Los populares perdieron la mayoría absoluta en las elecciones municipales de junio de 2015 y Ciudadanos se convirtió en la fuerza más votada (seis concejales de un total de 25). Ha gobernado la primera mitad de la legislatura en minoría y sin ningún apoyo.

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Todo habría sido diferente si los socialistas hubiesen aceptado formar gobierno con Ciudadanos tras los comicios. “Decidimos esperar a un pacto de izquierdas”, revela Faraldos, concejal en la oposición desde 2007. La decisión de la Ejecutiva local del PSOE motivó que tres de sus cinco concejales se rebelaran contra Faraldos y lo apartaran de la portavocía del grupo en diciembre de 2015. Volvió a ella un año después. Sus tres compañeros fueron expedientados. Dos dejaron el acta y uno pasó a convertirse en concejal no adscrito. Faraldos será alcalde gracias al apoyo de los cuatro ediles que mantiene el PSOE (él incluido), otros cuatro de Ganemos, tres de Proyecto TUD (un partido local) y dos de IU. La suma, 13, supone una mayoría suficiente. “La moción de censura es una pirueta que no contribuye a la estabilidad. Es una barbaridad unir cuatro partidos”, opina Gross.

Ciudadanos ha sido incapaz de sacar unos presupuestos en dos años. Todavía estamos prorrogando las cuentas de 2014. Mantenemos una deuda considerable que no ha bajado de los 140 millones de euros que heredamos del PP. Dicen ser buenos gestores, pero no han sido capaces de realizar un plan de ajuste que solvente la situación”, explica Faraldos. El aún alcalde, Guillermo Gross, afirma que la deuda se ha reducido en ocho millones desde que gobierna su partido. Además, acusa a la oposición de negarse a refinanciar la deuda hasta en tres ocasiones. “Nos negamos a hacerlo como ellos proponían porque no resolvía el problema; lo trasladaba hacia delante”, matiza Óscar López, portavoz de Proyecto TUD, que no entrará en el nuevo Gobierno.

Presupuestos prorrogados

Gross admite que es imposible aprobar unos nuevos presupuestos mientras el Ayuntamiento mantenga unas cuentas deficitarias, algo que continuará si no se refinancia la deuda municipal. Hacerlo es uno de los compromisos de Faraldos: “Hay que darle una solución especial porque aún estamos pagando la Púnica”. Un análisis que comparte con Raúl González, portavoz de IU. “Todos los contratos de la trama siguen vigentes. Tenemos que actuar”, subraya.

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Los grupos que presentan la moción coinciden en que la deuda es el principal escollo. “Somos partidarios de optimizar servicios, de recuperar la gestión de lo que es nuestro”, avanza Faraldos. En 2016 ya hubo un conato de moción para arrebatarle a Ciudadanos su principal bastión en Madrid (también gobiernan en Arroyomolinos, El Molar y Villanueva del Pardillo), pero no cristalizó. Todo se precipitó el pasado 4 de mayo, cuando la oposición en bloque (incluido el PP) pidió la dimisión de Gross como alcalde por no sacar adelante un plan de viabilidad económica. Las negociaciones entre los cuatro partidos comenzaron el día 23 y han desembocado en un pacto de gobierno de 16 puntos para lo que resta de legislatura.

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