Frente común para atraer la Agencia Europea del Medicamento

Barcelona ha pasado a la ofensiva para atraer a la capital catalana la sede de la Agencia Europea del Medicamento (EMA, en sus siglas en inglés). El Brexit ha precipitado la salida del organismo sanitario de Londres —la que fuera su casa desde 1992— y la capital catalana ya se postula como firme candidata para albergar la sede de la institución que regula los medicamentos que se comercializan en l...

Barcelona ha pasado a la ofensiva para atraer a la capital catalana la sede de la Agencia Europea del Medicamento (EMA, en sus siglas en inglés). El Brexit ha precipitado la salida del organismo sanitario de Londres —la que fuera su casa desde 1992— y la capital catalana ya se postula como firme candidata para albergar la sede de la institución que regula los medicamentos que se comercializan en la Unión Europea. La ministra de Sanidad, Dolors Montserrat; el consejero de Salud, Toni Comín y el segundo teniente de alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, visitaron este martes la sede de la EMA para presentar la candidatura de Barcelona ante trabajadores y dirigentes del organismo sanitario.

La comitiva española fue la primera de los aspirantes —todos los países presentan candidatura— en plantarse en la EMA para presentar su plan, que cuenta ya con una ubicación física para las oficinas: el Ayuntamiento de Barcelona ofreció hace un par de semanas la Torre Glòries (antes Torre Agbar) como sede de la institución europea.

Pese a las convulsas relaciones entre el Gobierno y la Generalitat por el proceso independentista, los tres gobernantes quisieron escenificar nuevamente la sintonía entre las administraciones y hacer frente común contra los adversarios —Montserrat reconoció que teme especialmente a Copenhague, Amsterdam, Viena, Milán, Berlín y Dublín—. La ministra ya anunció a los trabajadores de la EMA que pondrán en marcha una oficina en Londres para facilitar el traslado de los empleados y crearán un servicio de asesoramiento laboral para las parejas de los funcionarios. 

De la EMA penden 900 empleos directos, las parejas de los trabajadores y 600 hijos. Además, unas 1.600 empresas satélite y 40.000 expertos que visitan cada año el organismo sanitario. El Consejo de Europa prevé tomar la decisión final el próximo otoño.