Capitalidad gastronómica

Los banquetes de Carpanta y el Capitán Trueno

Vitoria propone una exposición de 'Gastronomía y tebeos' donde los personajes disfrutan de sus comidas

El comisario de la muestra Fernando Rodil en el Palacio Villasuso.ADRIAN RUIZ DE HIERRO (EFE)

Desde el hambre voraz del Carpanta de Escobar a los banquetes de celebración de El Capitán Trueno. La capitalidad gastronómica de Vitoria vuelve a demostrar que la comida está en todas partes, incluso en las viñetas, a través de una exposición que reúne 215 cómics alrededor de una mesa con apetitosos manjares.

El Palacio Villasuso, en la capital vasca, acoge hasta el 17 de enero Gastronomía y Tebeos, una exposición que es el resultado de un cuidado análisis de más de 42.000 portadas y 28.000 páginas interiores de tebeos con una ...

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Desde el hambre voraz del Carpanta de Escobar a los banquetes de celebración de El Capitán Trueno. La capitalidad gastronómica de Vitoria vuelve a demostrar que la comida está en todas partes, incluso en las viñetas, a través de una exposición que reúne 215 cómics alrededor de una mesa con apetitosos manjares.

El Palacio Villasuso, en la capital vasca, acoge hasta el 17 de enero Gastronomía y Tebeos, una exposición que es el resultado de un cuidado análisis de más de 42.000 portadas y 28.000 páginas interiores de tebeos con una temática: la comida. Hay espacio para todos los géneros, desde el manga japonés, representado por El gourmet solitario, de Jiro Taniguchi y Nasayuki, hasta la BD europea, con En la cocina con Alain Passard, de Christopher Blain. Sin olvidar, por supuesto, de la representación patria, con obras cedidas por Max, Kim-Altarriba, Alfonso Zapico, Mauro Entrialgo, Forges o Paco Roca, que en Arrugas el alzhéimer llevaba a unos jubilados a descubrir los aburridos sabores de un centro de ancianos.

La exposición 'Gastronomía y Tebeos' en Vitoria.ADRIAN RUIZ DE HIERRO (EFE)

Cocinas, cocineros, restaurantes, camareros, recetas, mercados, e incluso recetarios ilustrados como A comer y a beber, de Guillaume Long. No faltan tampoco las críticas nada veladas a la gastronomía como la de Los bajos de la 'alta' cocina, de Álvarez Rabo. Si algo enseñó los cómics de Astérix es que, sin duda, toda batalla acaba mejor cuando termina con una celebración alrededor de una enorme mesa, comiendo jabalíes y con el bardo atado al árbol y en silencio. Buen provecho.

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