Los perros salvajes atacan por tercera vez al mismo rebaño

La llegada del propietario de las ovejas evitó otra matanza de ganado en Serós

Ramon Agustí con su rebaño en Serós.Javier Martín

Los perros salvajes de Serós (Segrià) volvieron a visitar la noche del miércoles el corral de Ramon Agustí. Dos ovejas resultaron mordidas, una de ellas de gravedad. Es el tercer ataque que protagoniza la jauría en la misma explotación ganadera en menos de 15 días. El propietario está desesperado porque ha perdido ya 224 ovejas y cree que los perros acabarán con todo su rebaño si no son capturados antes.

Agustí explicó que este último ataque se produjo sobre las 23 horas: “Después de ce...

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Los perros salvajes de Serós (Segrià) volvieron a visitar la noche del miércoles el corral de Ramon Agustí. Dos ovejas resultaron mordidas, una de ellas de gravedad. Es el tercer ataque que protagoniza la jauría en la misma explotación ganadera en menos de 15 días. El propietario está desesperado porque ha perdido ya 224 ovejas y cree que los perros acabarán con todo su rebaño si no son capturados antes.

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Agustí explicó que este último ataque se produjo sobre las 23 horas: “Después de cenar me fui a la granja para dormir allí como hago cada día desde el primer ataque y cuando llegué vi que las ovejas estaban fuera del redil muy asustadas. Los perros salieron corriendo cuando oyeron el coche. Si las ovejas no hubieran forzado la puerta ahora estarían todas muertas, la mayoría por asfixia”.

El ganadero señaló que la situación es insostenible y reclama medidas drásticas. “Esto parece de película y me siento muy indefenso. Si me encuentro esos perros cerca del corral, no saldrán vivos”, afirma.

Agustí tenía a primeros de mes un rebaño con 645 ovejas y ahora sólo le quedan 422 porque las restantes murieron tras ser atacadas los pasados días 5 y 9 en el corral de la granja del Conde donde las guardaba, en el valle de Mora, a unos 10 kilómetros de Serós.

En el primer ataque murieron más de 221 ovejas, la mayoría asfixiadas y el resto al cabo de unos días a causa de las heridas provocadas por los mordiscos. Entonces el ganadero trasladó el ganado a otra granja también de su propiedad, en la que los perros volvieron a entrar a pesar de que él dormía en un edificio contiguo. Esta vez sólo murieron dos porque efectuó un disparo en medio de la oscuridad de la noche y logró ahuyentar a los perros.

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El ganadero tiene asegurado el rebaño y espera cobrar el valor de las ovejas muertas, que él cifra en unos 100 euros por cabeza. Se da la circunstancia de que 180 de las 223 ovejas muertas estaban preñadas y habrían parido en las próximas semanas. Además, 150 llevaban dos crías.

Tras los dos primeros ataques, la Generalitat desplegó un dispositivo de búsqueda excepcional, coordinado por el Cuerpo de Agentes Rurales, y con la colaboración de lo Mossos d'Esquadra y de un grupo de cazadores locales. Las batidas para tratar de capturar a los perros abarcan los municipios de Serós y Aitona, pero hasta ahora no han conseguido localizarlos. Intentarán atraparlos vivos mediante trampas colocadas en los lugares de paso, aunque también tienen permiso para abatirlos a tiros si los avistan.

Los agentes rurales creen que por la zona deambulan, desde hace más de un año, dos o tres jaurías formadas por entre cuatro y ocho perros salvajes. El jefe de los rurales, Llorenç Ricou, asegura que se trata de animales que cazan durante la noche y con comportamientos similares a los de los lobos, por lo que su localización no será fácil. Se se mueven constantemente en una superficie de terreno muy amplia y se esconden ante la presencia del hombre.

Los rurales creían que después de la captura, el pasado lunes, de cinco cachorros de este grupo de perros salvajes en la guarida donde se escondían, disminuiría la presión sobre el ganado y su agresividad al no tener que alimentar a la camada, pero no ha sido así.

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