Lorca muere de amor

El bailaor David Morales estrena en Jerez una obra sobre la última relación amorosa del poeta

David Morales, en un ensayo de 'Lorca. Muerto de amor'.

Hace dos años, el escritor jerezano Manuel Francisco Reina presentó Los amores oscuros, la novela que desvelaba la última relación amorosa de Federico García Lorca, antes de su muerte, con un joven de Albacete, Francisco Ramírez de Lucas, relación que hasta entonces había permanecido oculta. El bailaor de La Línea de la Concepción (Cádiz), David Morales, giraba por ese tiempo con su obra ...

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Hace dos años, el escritor jerezano Manuel Francisco Reina presentó Los amores oscuros, la novela que desvelaba la última relación amorosa de Federico García Lorca, antes de su muerte, con un joven de Albacete, Francisco Ramírez de Lucas, relación que hasta entonces había permanecido oculta. El bailaor de La Línea de la Concepción (Cádiz), David Morales, giraba por ese tiempo con su obra El indiano, con la que completó más de 150 representaciones. Acabado el ciclo, él y su grupo buscaban tema para un nuevo trabajo. La figura del poeta Rafael de León y su tiempo les atraía, lo que le llevó a conectar con Reina, autor también de Un siglo de copla. Del encuentro entre ambos creadores surgió la idea de llevar a escena la relación amorosa del escritor granadino, inconscientes tal vez de que quizás fuese la primera vez que se abordaba en un espectáculo no ya la obra, sino la biografía personal de Federico. El autor de la novela se muestra seguro de que hasta ahora no ha existido “ningún espectáculo en el que la obra, pero también y sobre todo la intimidad amorosa del poeta se trate como en Lorca. Muerto de amor". El resultado se estrena este viernes en el Teatro Villamarta de Jerez.

El nombre del espectáculo, en opinión de Reina, que firma el libreto de la obra, tomado del poema del mismo nombre incluido en El amor de don Perlimplín, es también el título de una de las partes de Los amores oscuros. Pero, sobre todo, establece un nexo entre la muerte del poeta, su asesinato, y la relación que mantenía. “Yo fui el último amor de Lorca y, tal vez, la razón de su muerte”, la rotunda frase que abre la novela del escritor jerezano se traslada al espectáculo como toda una tesis. “Es la gran pregunta que llevan haciéndose todos los estudiosos. ¿Por qué Lorca no se fue de un país a punto de estallar cuando todos sus amigos se lo aconsejaron y su vida corría serio peligro?”, se pregunta Reina. La contestación puede que esté en esa carta inédita de Lorca en la que espera la respuesta del joven Ramírez de Lucas para marcharse juntos. “La fatalidad, tan flamenca y tan lorquiana, quiso, efectivamente, que el azar amoroso de esa relación resultase mortal”, añade el escritor, quien afirma que, en muchas ocasiones, la realidad es más poética que la propia ficción.

La decisión de encarnar la figura de Lorca, parte de su vida y su pasión amorosa, inquietó al bailaor David Morales, quien reconoce haber sentido, también por primera vez, el peso de la duda asaltándole durante la madrugada. Las ganas y la decidida ilusión por el proyecto se mezclaban con un temor quizás causado por la responsabilidad y por el carácter transgresor de parte de la obra. David se reconoce como un artista ortodoxo y, además, venía de bailar El indiano, un espectáculo gozoso, engarzado con los llamados cantes de ida y vuelta, que le ha proporcionado muchas satisfacciones. “El trabajo me pareció atrevido desde el primer momento y, además, tenía que incluir elementos transgresores que venían determinados por la propia temática de la obra. Todo un reto.”, confiesa Morales. Como en tantos casos, las dudas se fueron tornando ilusiones con el trabajo compartido y el intercambio de ideas. Primero con la música, encargada al guitarrista malagueño Daniel Casares, y más tarde, con la incorporación de Juan Estelrich a la dirección escénica. El director madrileño ha diseñado una espectacular escenografía audiovisual, con efectos tridimensionales, que constituye una de las sorpresas del montaje.

El bailarín contemporáneo Iván Amaya encarna al joven de quien se enamoró el escritor granadino

A este equipo se uniría el bailarín contemporáneo Iván Amaya, el único componente no flamenco del elenco, que encarna la figura del joven Ramírez de Lucas. Para el resto, Morales ha contado con la base de su compañía habitual (la bailaora Noelia Sabores y la cantaora Esperanza León), más la incorporación del violinista David Moreira. A ellos se unirá como invitada especial la cantante Clara Montes, quién estrenará la canción que ha compuesto sobre el Romance del rubio de Albacete, poema inédito del escritor granadino dedicado a su postrer amor.

Tanto el bailaor y coreógrafo de la obra, como el autor del libreto coincide en que el engarce de la historia con el flamenco ha resultado algo fluido y natural. “El mundo de Lorca era y es muy flamenco: Falla, La Argentinita, La Niña de los Peines, Los Gabrieles… estaban en mi novela y se ha trasvasado al libreto con todo su aliento”, declara Reina. Morales, por su parte, recorre la obra con entusiasmo desde la soleá, que han reservado para el dolor del desamor, hasta los tientos y tangos para el conocimiento, la bulería, junto a Iván Amaya, para expresar la pasión amorosa y la petenera para la muerte. La obra, sin embargo, se reivindica como “una celebración de la vida y del amor”, que no renuncia “al gozo, a la belleza, a la poesía…” En ella se revisa el folclor de la época —con el Anda jaleo y un peculiar Los peregrinitos— y se hacen guiños a la copla. Rafael de León, que estaba en el origen, no podía faltar. De él también se escuchará su Réquiem por Federico.

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