Urkullu asienta el cambio de estatus político en la pluralidad y el rigor jurídico

El 'lehendakari' insta a Rajoy a unirse al consenso de las instituciones vascas en materia de paz. Eleva la previsión de crecimiento de la economía en Euskadi al 1% en 2014

El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha activado la marcha hacia un nuevo autogobierno, pero acompasando los tiempos. Lo ha hecho durante su intervención en la apertura del Debate de Política General, en el Parlamento vasco, con un mensaje que mantiene viva la llama de la ambición nacionalista aunque lejos, muy lejos, del ritmo catalán.

"Este es el momento el el lugar de plantear, negociar y acordar un nuevo estatus político y jurídico para Eusk...

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El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha activado la marcha hacia un nuevo autogobierno, pero acompasando los tiempos. Lo ha hecho durante su intervención en la apertura del Debate de Política General, en el Parlamento vasco, con un mensaje que mantiene viva la llama de la ambición nacionalista aunque lejos, muy lejos, del ritmo catalán.

"Este es el momento el el lugar de plantear, negociar y acordar un nuevo estatus político y jurídico para Euskadi", ha dicho para, a continuación, enmarcarlo en los principios de "pluralidad, de rigor jurídico y de desarrollo de las posibilidades legales y legítimas". Ante tan largo desafío en el tiempo, es lógico que EH Bildu se haya apresurado a criticar esta posición tan lejos de la vía vasca planteada por la izquierda abertzale como su nueva táctica hacia el soberanismo.

En su primer debate de política general como lehendakari, Urkullu ha distribuido su discurso en las tres grandes áreas estratégicas en las que viene asentando su acción programática desde la investidura: crisis económica, autogobierno y paz. Pero en esta ocasión ha comparecido en un contexto mucho más favorable que en los diez meses anteriores gracias a los mejores datos que aporta la economía y la trascendencia que entraña el acuerdo de hondo calado político alcanzado con los socialistas, el segundo partido de la oposición.

Sobre esta base más aleccionadora, que oxigena sin duda la capacidad de actuación del Gobierno nacionalista que sigue con unos Presupuestos prorrogados, Urkullu ha desgranado una serie de indicadores que le han permitido elevar la previsión de crecimiento de la economía vasca hasta el 1% en 2014 frente al 0,8% que era la última estimación oficial. El lehendakari considera que "Euskadi ha puesto pie en tierra" y, con ello, tiene la oportunidad de iniciar la recuperación de la mano, no lo ha olvidado, de la mejora de Europa, y en particular de Francia y Alemania.

El 'lehendakari' destaca la cifra récord alcanzada en las exportaciones vascas

Un día después de que se conociera el dato de que las ventas y pedidos de la industria caen en el País Vasco más del doble que en España, con una reducción del 5,8%, Urkullu se ha fijado en la "expectativa cierta" de "un horizonte mejor" que se identifica claramente con las exportaciones, donde se ha alcanzado la cifra récord de los 10.400 millones. Incluso, llegó a decir que en el conjunto del año la cifra pueda llegar a los 20.000 millones.

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Con todo, el lehendakari no se ha entregado a la euforia, en línea con la actitud que acostumbra a mostrar sobre todo al recordar el aumento del paro, que llegó al 14% al final de 2012, con la pérdida de 30.000 empleos y de 10.000 menos en 2013. Además, ha destacado que 50.000 hogares vascos tienen a todos sus miembros en paro y uno de cada tres jóvenes que busca trabajo no lo consigue".

Pero, eso sí, ha transmitido una bocanada de aire optimista a partir de la nueva situación generada. La mayor capacidad de gasto de su Gobierno gracias a la flexibilización del objetivo de déficit y los progresivos ingresos contemplados en la aplicación de la nueva reforma fiscal se unirán a un avance de la economía. "Euskadi va a crecer. estamos en la línea de poder superar el peor momento de la crisis", ha augurado.

Apuesta por el futuro de la ponencia de paz y apela al acuerdo 'a cuatro' en el plan del Gobierno

Ahora bien, el interés político de la intervención de Urkullu estaba por llegar. Ante el anuncio de que iba a referirse al punto de partida del nuevo estatus, el lehendakari ha cumplido con el guión al entender que había llegado "el momento" de hacerlo. En este contexto, aseguró que a Euskadi le corresponde hacer "una nueva propuesta" de relación con el Estado una vez que ha desaparecido "el chantaje terrorista" y que el "Estado autonómico se ha debilitado".

No avanzó el camino a seguir porque su idea es que se decida de manera consensuada en el Parlamento. Es la plasmación concreta de su apuesta por el acuerdo entre diferentes "desde el respeto y la reciprocidad" que pasa por loos trabajos de una ponencia cuya misión estarña encaminada a plantear un lroceso de actualización de la relación interna y de la relación externa".

Mucho más énfasis ha puesto Urkullu en encarrilar el proceso de paz, donde sigue teniendo una espina clavada por los escasos avances conseguidos y la nula receptividad que le viene prestando el Gobierno central. Por eso, en esta parte de su discurso ha dirigido su mensaje hacia Mariano Rajoy, a quien ha pedido que actúe de manera consensuada con el resto de las instituciones vascas, donde existe un pleno convencimiento de seguir buscando "el diálogo y el acuerdo".

Al hablar de la búsqueda del diálogo y el acuerdo, ha traído a colación el futuro de la ponencia de paz y convivencia en el Parlamento, que se tambalea en estos momentos. Urkullu ha apoyado la continuidad de sus trabajos, que ahora se reducen a la presencia de PNV y EH Bildu, y ha apostado por el "acuerdo a cuatro" en el Plan de Paz y Convivencia que ha propuesto su Gobierno y que no consigue muchos adeptos, mientras sigue en su fase de alegaciones.

El lehendakari es consciente de la "complejidad" que entraña la situación de futuro una vez conseguida la renuncia de ETA a la violencia y se le nota molesto por el quietismo de todas las partes concernidas que frustran los avances. Por eso, ha recordado el grado de responsabilidad que tiene el Gobierno central, pero también el reconocimiento de la injusticia de la violencia y la dignidad de las víctimas, para quienes ha vuelto a reclamar, quizá con una referencia al suelo ético, "el derecho a la verdad, la justicia y la reparación".

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