El experimento de Zarautz

El alcalde de Zarautz, Juan Luis Illarramendi, de Bildu, anunció en febrero junto a otros alcaldes guipuzcoanos de esta formación que iba a implantar el puerta a puerta en esta localidad. Pero se encontró con una fuerte reacción vecinal. Una plataforma ciudadana logró reunir más de 8.000 firmas en contra del citado sistema de recogida de basura y a favor del quinto contenedor. El regidor tuvo que ceder a la presión social, aunque quiere encontrar una fórmula que satisfaga a todas las partes.

El Ayuntamiento de Zarautz ha encontrado como aliado a la Escuela Superior de Arquitect...

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El alcalde de Zarautz, Juan Luis Illarramendi, de Bildu, anunció en febrero junto a otros alcaldes guipuzcoanos de esta formación que iba a implantar el puerta a puerta en esta localidad. Pero se encontró con una fuerte reacción vecinal. Una plataforma ciudadana logró reunir más de 8.000 firmas en contra del citado sistema de recogida de basura y a favor del quinto contenedor. El regidor tuvo que ceder a la presión social, aunque quiere encontrar una fórmula que satisfaga a todas las partes.

El Ayuntamiento de Zarautz ha encontrado como aliado a la Escuela Superior de Arquitectura de la UPV, que ha desarrollado un modelo de recogida selectiva original, con el que busca lograr un porcentaje de materia recuperada igual o superior al puerta a puerta.

Este nuevo sistema, que aprovecha los contenedores convencionales, se pondrá en marcha en otoño durante tres meses en un barrio de Zarautz. Es el fruto de un estudio realizado por alumnos de Arquitectura Bioclimática bajo la dirección del profesor Iñigo Lizundia.

La fórmula consiste en agrupar los contenedores de colores en puntos concretos del municipio junto a un puesto de control. Estos puntos de recogida de basura, al estilo de los garbigunes (puntos limpios), tendrán horarios para depositar las bolsas y estarán controlados por personal del Ayuntamiento, que harán un “control visual instantáneo” de los desechos.

Lizundia afirmó que además de reducir la fracción resto al “mínimo posible”, otro de los objetivos es ser “limpio y respetuoso” con el medio ambiente.

Los estudiantes señalaron que los puntos de recogida estarán protegidos por una estructura (un “elemento envolvente”) para evitar depósitos incontrolados. Esta estructura tendrá, aseguraron, “un diseño cuidado y adaptado a cada caso”, siempre con “un alto valor estético”. El número de puntos de recogida se reducirá con respecto a la actualidad, aunque no el número de contenedores que estarían concentrados en esos lugares. El volumen de la construcción variará según los casos. Se estudiará utilizar edificios en desuso para encerrar los contenedores.

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