Las críticas de teatro de la semana: el interés perenne por ‘Luces de bohemia’ y la causa sáfica de David Mamet
Los expertos de ‘Babelia’ reseñan los estrenos recientes más destacados
“A lo largo de Luces de bohemia conviven civilizadamente el ensayo literario, el sainete arnichesco, el diálogo político, el drama expresionista y la sátira mordaz, hilvanados con unas acotaciones de filigrana”, explica Javier Vallejo en su reseña de la obra de Ramón del Valle-Inclán, que anoche se estrenó en Madrid en un montaje en el que Eduardo Vasco se bautizaba como director del Teatro Español. Una representación en la que destacó la actuación de Ginés García Millán, con un aura nihilista, rebelde y tardorromántica, en el papel de Max Estrella. El público aplaudió el espectáculo en pie y a rabiar, lo que demuestra, junto a la exposición del Museo Reina Sofía, titulada Esperpento, que la estética acuñada por Valle-Inclán sigue de actualidad y el interés por su obra es perenne.
Mientras, en Barcelona, La Villarroel estrenó Un matrimoni de Boston, una obra “llena de mujeres inteligentes, bostonianas [de principios del siglo XX] que utilizan a los hombres como protectores para poder mantener su habitación propia. Es decir, para hacer lo que les dé la gana. La causa que defienden es la sáfica: mujeres que aman a otras mujeres porque los hombres ni les interesan ni les llegan a la suela de los zapatos”, como asegura en su crítica Oriol Puig Taulé. El montaje trae a la memoria el que hizo Espai Lliure en 2005, con la recordada Anna Lizaran como protagonista. El elenco de ahora es similar al de entonces, aunque en distintos roles, y en el que destaca la joven Elisabet Casanovas en el papel de la criada escocesa, “una roba-escenas de manual”.